Adicta a la lectura

Capitulo 1

Adiós pasado y hola futuro

No has deseado bastante veces regresar al pasado y corregir un solo error, ese error que te hizo sufrir bastante y te arrepientes mucho pero a la vez te acuerdas de lo que vives ahora y estas feliz por eso, es eso lo que te rodea y no quieres por nada del mundo cambiarlo, es un truco complicado ¿no?, es raro no sé si entiendan, cuando todo lo que amabas se destruyó en unos minutos y a la misma vez en unos minutos puedes sentir miles de sensaciones.

Dichosas las personas que buscan a Dios sin que tenga problemas.

 Algunas personas reniegan sin conocer quien es el: ¿Por qué Dios me puso este castigo?

Gente bella, no es un castigo es la mayor bendición, pero eso nadie sabe, hasta que aprendemos de él, porque el señor te está tomando en cuenta y sabrá cuanta fe tienes hacia él.

Por otro lado de que sirve que tus padres, que tu iglesia, que el sacerdote, te explique sobre Dios y lo que él quiere para nosotros, si no cooperas en tu vida.

No te juzgo como piensas pero ya es hora de darle un giro a tu vida. ''La vida es una y hay que vivirla''

Puede que tenga razón esta frase pero este  demonio es donde utiliza  para caer en la tentación a la vez. Donde lastimamos a gente sin ningún pudor.

Respeto las religiones de cada uno pero digo que el señor nos dio la mejor bendición del mundo y no la aprovechamos.

Pero ¿por qué dices eso? si también eres ser humano y pecas: dirán algunos, pensaran, y pueden que tenga razón pero trato de cambiar mi vida y entregársela al señor, ni modo que esta vida que tengo es prestada, no más.

¿La historia hablara de Dios? se preguntaran y tal vez se vallan porque no quieren saber de nada, o se quedara para averiguar cómo cambiamos y porque para muchas personas es muy importante este ser.

Zayne veía con asombro y admiración esa casa tan grande y a la vez reacciona, esa casa era su nuevo hogar, donde estaría bastante tiempo en ella. Como es la vida, hace unos meses atrás vivía en una casita de caña por los pueblos pequeños y ahora está en una ciudad, Lucia quien le había recibido con una gran sonrisa desde el primer día en que se conocieron a pesar de ser tres años menor que ella, siempre esa niña era alegre, Zayne solía ser así pero ya no, porque la vida le quito a las dos personas que más amaba.

—cariño, queremos que sea tú quien abra la puerta primero —dice la señora Margarita, a su lado se encuentra abrazando a su esposo Lucas, quienes parecen dos jóvenes enamorados.

Ellos le decían a Zayne que sería la primera en entrar a nuestra casa, ''nuestra casa'' decía ella en sus pensamientos, los nuevos padres querían dar le el mejor cariño posible, sabían perfectamente que no iban a ser los mejores o peores que los padres fallecidos de la adolescente. Cada persona tenemos a algún familiar, amigo o conocido que ya no está en este mundo, Zayne al igual que sus nuevos padres habrían perdido a una niña de tan solo dos años, ellos estuvieron a punto de caer en la depresión cuando Dios los iluminó y atrajo a la vida de ellos a la joven.

No reflejaba muchos sus sentimientos Zayne, solo lo normal, sin embargo, los padres estaban tan seguros que ella cambiaría, solo necesitaban que se acoplara a este nuevo ambiente.

No esperó más la joven, así que fue abriendo poco a poco la puerta, como si de una película se tratase, darle la tensión al ambiente, su nueva familia fue entrando y acomodando las cosas, claramente ellos estaban acostumbrado a todo esto, no es que sean millonarios pero si tenía dinero suficiente para sostener una gran familia, ella se sentía una hormiguita en la cueva de un oso.

—amor, yo voy sacando los cartones del auto —dijo el señor Lucas muy tranquilo con un brillo en sus ojos negros, todos en la familia sin duda tenían su pinta pero eso lo que menos le importó a la muchacha, debido que también tenía lo suyo a diferencia de los demás su cabello era castaño y sus ojos verdes, su piel canela eso lo heredo de la familia de su bella madre.

 

—ven te mostrare tu cuarto —habló Liliana, un año menor que ella, detrás estaban sus nuevos hermanos: Camilo de seis años, Alejandro de ocho años, Lucia de once años, la pequeña Clarisa de cuatro años y por último el bebé Julio de un año.

Para ella al principio no creyó nada, como era posible que pueda tener tantos hijos. No es nada fácil, si ella que era hija única se daba cuanta lo complicado que es criar a un hijo y ahora a 7 niños, incluyéndose.

—Tu cuarto es grande —exclama Camilo con los ojos abiertos, si él estaba así imagínense a Zayne, ella recién experimentaba todo esto, no tenía idea de que algún día hubiese estado aquí, todo parece un sueño pero no lo era.

 

—Mira que ventana —habla Clarisa.

 

—bueno todos afuera, Zayne necesita su espacio… vamos hacer una carrera, el ultimo es un huevo podrido —propone Liliana y todos salen corriendo tras ella, la adolescentes sonríe tristemente ya que todo esto parece una fantasía y ella realmente quiere que lo sea, aún no puede superar la muerte de sus padres.

Era un día normal, en el pueblo que se llama Colonche, toda su infancia y parte de la adolescencia había vivido allí.

—Nos vemos mañana —se despidió con un fuerte abrazo Zayne hacia sus padres quienes tenían que ir a la finca a inspeccionar el lugar debido que su abuelo antes de que fallezca les dio a ellos.

—Te amamos cariño, eso no lo olvides nunca y siempre mira hacia delante, no mires hacia atrás —ella no entendía bien esas palabras, solo simplemente sonrió para ellos.

Lo que no sabía era que sería la última vez que los vería.

Tocaron esa vez la puerta en la noche, era muy extraño ya que ella no espera a nadie.

—Zayne, abre la puerta soy Beth —la joven arrugo la frente '' ¿qué hacia su tía a estas hora? '' Se preguntaba, bueno aunque viven juntas se extrañaba ese momento, ella ahora es monja y le ha enseñado muchas cosas a la joven.




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