Capitulo 2

Uest

Piensa que todos los días son iguales pero si ves detalladamente tus momentos no es así, claramente siempre la vida te sorprende con muchas cosas tanto buenas como malas.

Cuando eres nuevo en algo, piensas muchas cosas sobre ello, ¿cómo lo harás?, ¿cómo reaccionaras ante ello? ¿Qué cosas vas a tener que enfrentar?

¿Te aceptaran? Si no lo has pensado, bien por ti.        

Zayne se encontraba muy nerviosa puesto a que iba a su nuevo colegio, ya había bajado del auto del señor Lucas y la señora Margarita, sus nuevos hermanos no iban a entrar ese día sino la mañana siguiente, antes de que ingresara se había puesto averiguar sobre el colegio, su nombre es ''Unidad Educativa Santa Teresita'' más conocida como ''UEST'' un colegio religioso muy excelente, sin embargo, la adolescente no quería ir allá debido que no quiere ser una carga para sus nuevos padres, ellos no aceptaron la respuesta de su hija.

Ella veía a todos los alumnos muy contentos, unidos como una gran familia, estaba muy confundida nunca había visto algo así, cada persona tenía una gran sonrisa.

—por fin, entramos al colegio —escuchó hablar a una chica de cabello negro.

—Bueno si me alegro pero yo quería más vacaciones —dijo otra chica con pereza y sueño, Zayne solo se ríe.

Les hicieron formar en columnas con los alumnos en una gran cancha, un profesor dio la bienvenida a todos. Luego habla la rectora a pesar que es una monjita su cara refleja una inocencia.

Luego les hicieron subir por unas escaleras, jamás se había cansado por tantos escalones que tenía que subir y peor iba ser porque parte del uniforme los zapatos son tacones y ella no estaba acostumbradas a esas cosas. Al entrar al salón sintió una energía que pasaba por todo su cuerpo, no reaccionaba del todo bien.

—Mi nombre es Zayne Saquí, vengo de Salinas —la joven no quiso decir más porque no quería que supieran de ella, todos los del salón se quedaron mirando la, una es nueva y dos tenía una belleza increíble y más por sus bellos ojos.

—Bienvenida al colegio esperemos que con el tiempo te acoples con nosotros —dijo la tutora, ella sabía perfectamente la vida de Zayne debido que la hermanita —rectora— le había informado.

Dieron las típicas charlas que se suelen hacer cuando uno ingresa al cole, ella no reflejaba en su rostro ninguna emoción, se sentía como una hormiguita indefensa.

Alguien se le acerca a ella, al mirarlo se fijó en sus ojos negros como una noche bien oscura.

—hola ¿cómo te llamas? —preguntó el chico. Todos los estudiantes estaban en Décimo grado, Zayne debería haber estado en Primero de bachillerato pero no pudo ya que cuando era niña, un año dejo de ir a la escuela por el trabajo de sus padres ya que debía ayudarlos.

—Ya no lo dije como ciento de veces a cada profesor que me pregunta —contestó seria, lo que no quería era amigos, no quería estar en ese colegio, ella nunca debió haber estado allí.

—bueno si pero..., Zayne creo que te llamas —dijo confuso y ella miraba hacia otro lado que no sea él.

— ¿qué quieres? —dijo seca, al chico no le gustaba su actitud nunca había conocida a alguien tan seria solo quería ser su amigo como todos los del grado.

Había algo raro en ese chico, pues lo raro era su cabello; entre todo su pelo negro tenía un mechón blanco y a Zayne le entró una curiosidad pero no preguntó nada, tal vez era el típico niño que para estar a la moda, se pintaba una parte de su cabello, ridículo, pensó ella.

—Bueno en verdad solo vine porque me hicieron un reto mis amigos... —le dijo también con una actitud seca, el en su mente pensaba porque es así, nada malo estaba haciendo.

— ¡¿pues vete no?! Y no hagas nada por obligación así que chao —el chico la miro por última vez y se regresó donde sus amigos.

Ella veía a todas las chicas de allí como se reunían y sacaban sus celulares aunque valla contra las reglas, pero quien va a seguir el juego de algo.

Por otro ese chico no dejó de mirar a Zayne por el resto de la clase, tenía que hacer algo al respecto, si veía que estaba alguien mal, el hacia lo imposible por ayudar a esa persona. Le entró curiosidad por saber más sobre aquella joven, le atraía.

Después de clases Zayne estaba esperando afuera del colegio a que le vinieran a recoger y sintió que alguien se puso a lado suyo.

—Hola, de nuevo —ella comenzaba a mirarlo de forma extraña, tal vez es un acosador pensaba, que es lo que quería.

—Mi nombre es Didier —respondió aquel chico misterioso, ella seguía mirando hacia otro lado ignorándolo por completo para que se alejara de ella.

— ¿por qué eres tan furiosa? —pregunta Didier con curiosidad. Y este que se cree, que confianzudo es.

—Si un extraño intenta acercarte a ti y le pides que se valla, pero el extraño vuelve acercarse, no le recibirá con una sonrisa —se alejó Zayne dejando le atónito a Didier.

El chico corrió hacia ella y le entregó un lápiz que él solía regalar.

—Pues tendremos casi diez meses, cuatro semanas, cinco días y nueve horas para poder ser tu amigo, no soy ningún extraño, de hecho creo que soy amigo de todo el colegio —y ahora él se fue regalando le una sonrisa.

Zayne, desde que se murieron sus padres, se llevaron gran parte de su vida y no sabía si regresaría la niña alegre que era antes.

— ¿cómo te fue? —pregunta la señora Margarita.

—Bien —respondió, los señores la entendía... no es nada fácil acoplarse a una nueva vida pero ellos tenía una gran esperanza que iba a cambiar, que esto solo va hacer el comienzo porque después todo resultara más fácil para ambos.

—y ya ¿hiciste amigos? —preguntó Liliana para romper el silencio.

— ¿en el primer día hacer amigos?... no a todos podemos darle ese lujo de llamarlo amigo… pero si te refieres a ver si ¿hable con alguien? Si, si lo hice… señora, señor muchas gracias por la comida —exclamo Zayne hacia sus padres, para lavar su plato y se dirigirse a su habitación, ella compartía el cuarto con una de sus hermanas.