Adicta a la lectura

Capitulo 7

El poder del abrazo

—Necesito hablar con los señores Osorio, tus padres... ellos necesitan saber de tus problemas —habla la psicóloga mirando a Zayne desde su escritorio.

—No, por favor no, ellos ya deben tener sus problemas y si le cuenta va a ser peor —habla aterrorizaba la joven.

—ser adoptada no tiene nada de malo simplemente es duro aceptar tu nueva vida pero ponte a pensar si así no más es ahora, en el futuro va a ser peor y tienes que prepararte emocionalmente, no puedes quedarte con tus problemas tu solas después de todos solo era una chica que ha tenido que pasar por muchas cosas —el mayor miedo de Zayne era que la juzgaran a ella y se burlaran por ser adoptada.

—yo conozco a tus padres muñeca y jamás en la vida te mencionaron y ahora que tú me cuentas la verdad veo la razón. Aunque lo deduje.

—Tengo miedo —dijo Zayne, y por supuesto que tenía miedo en sus ojos hermosos se veía el gran temor de ella.

La psicóloga se levanta de su asiento para dirigirse hacia la adolescente a darle un abrazo fuerte.   

El poder del abrazo es gratis que alegran el estado de la persona.

—Tienes que confiar solo en Dios —habla Linda.

Zayne mientras recibía el abrazo estaba analizando lo que había dicho, últimamente ya no hablaba con Dios, ni le paraba bola a las clases de Religión, ni a las misas.

Todos los jueves en el colegio hacen el ''santísimo sacramento del altar'' consiste en atender a las oraciones del sacerdote mientras que nosotros los católicos por respeto nos tenemos que arrodillar, sin embargo algunos no lo hacen, ejemplo claro Zayne; y su sencilla respuesta es que no confiaba en Dios, pues le decepcionó.

Hay un momento en nuestras vidas donde nos enseña sobre Dios, quien es realmente, más que todo en la infancia, con el pasar del tiempo se van olvidando esos detalles. En la vida de Zayne claro que existió Dios, pero nos cegamos nosotros mismo poniendo una barrera con el cuándo no debería hacer así.

—Puedes regresar a tu curso y afronta este reto, demuestra que tú puedes, aléjate de esas personas malas, simplemente no permitas que nadie arruine tu felicidad —la joven le regalo una hermosa sonrisa para aquella hermosa mujer que la había ayudado.

—Gracias, gracias psicóloga —dijo Zayne para luego irse a su grado.

Ella había pasado primero por enfermería a que le dieran un vaso con agua para calmar la angustia que estaba sintiendo, respirando y exhalando varias veces e intentando controlar sus sentimientos.

Toca la puerta y para su buena suerte le tocaba cambio de hora, cosa que no había un maestro que estuviera allí.

Se sentó como si nada hubiese pasado pero rápido se sentía que la miraban a ella, toca el hombro de su compañero de al frente para preguntar que había mandado el profesor de matemáticas mientras ella no se encontraba.

—Yo te doy mis apuntes —habla Didier. Zayne le miro directamente a sus ojos muy apenada con la situación que había pasado.

—Gracias pero Samay me las dará —la chica no expresa nada en su rostro mientras que Didier solamente la ve.

—para tu información Samay se fue porque tenía cita médica, ya Zayne somos amigos, no vuelvas hacer la de antes déjate ayudar.... —ella rodó los ojos mirando a otro lado que no sea él. —Si te han dicho que eres hermosas cuando te enojas —dijo Didier, ahora si él se ha ganado toda su atención la de Zayne.

— ¿qué clase fue la de hoy? —preguntó seria ella, mientras que Didier tiene una amplia sonrisa en su bello rostro.

Había pasado rápidamente las horas de las clases, que sin darse cuenta los estudiantes ya era la hora de recreo, mientras que Zayne baja de las escaleras observaba que todos los chicos y chicas estaban en círculo en medio del patio por supuesto que ella enseguida fue a ver qué es lo que sucedía.

— ¿quieres ser mi novia? —dijo un chico de ultimo bachillerato a una chica muy bonita de cabello negro al igual que sus ojos. 

Todos veían la escena con romance que había entre el chico y la chica pero Zayne al ver a la chica se dio cuenta que aquella no estaba del todo bien, claramente se reflejaba en su rostro el temor de ella; sin embargo acepta.

—qué bonito, ojala algún día me pase lo mismo como esa chica —se expresa Odalis. 

— ¡qué mal! ella era mi amor platónico —exclamó Didier entre triste y algo riéndose.

— ¿en serio? pero ella es 3 años mayor que voz —menciona Zayne.

—pero es un mi amor platónico y punto... en cambio ese chico no le conviene, lo conozco y es un completo imbécil —estaba enojado Didier.

— ¿quién es esa chica? —habla Samay que vino de su consulta médica. 

—Ella es Fernanda Pall, es tan guapa —dijo Didier soñando y mirando al cielo, Zayne comenzó a reírse fuerte. —Tú también eres guapa —se dirige Didier hacia Zayne y esta se sonroja mucho. 

—a mí parecer esa chica no quería aceptarlo tal vez se sintió presionada con la gente que nos encontrábamos allí —Zayne había dado su punto de vista pero solo una chica la escucho y le dijo:

—tu que sabes del amor —desde luego la muchacha se quedó pensando pues su compañera tenía razón, ella en ese tipo de amor de pareja estaba súper que perdida.

Al finalizar de las clases justo que iba Zayne saliendo, Didier se dirige a ella regalando le una flor morada que había robado de las flores del colegio. Zayne se quedó paralizada cuando recibió aquel detalle que se le hacía un gesto muy lindo.

Didier se tomó el atrevimiento de darle un beso en su cabeza, ya que era más alto que ella.

Zayne no se movió para nada de donde se encontraba, estaba atónita por lo que había pasado hasta que comenzó a caminar rápido dirigiéndose al auto de su padre.

En toda la tarde no dejó de pensar en Didier, ni se pudo concentrar en sus deberes hasta su hermana Liliana le pregunto qué pasaba porque estaba muy ida, pero Zayne no dio explicaciones.




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