Adicta a la lectura

Capitulo 24

Empezar de nuevo

Didier a pesar de ser fuerte a la vez era muy débil. 

Pensaba en las demás personas antes que él. Buscaba la felicidad de otros, antes que la suya. Ponía las manos en el fuego por otros. Y eso es hermoso porque nadie lo hace pero a la vez es muy bueno.

La noche que Didier le dio un beso a Zayne por un reto y que su amigo le haya dicho que era alguien traicionero, se lamentó mucho en ese momento que le dijo a Zayne que no significo nada para él. Se sintió mal, no solamente hirió a sus 2 amigos sino que oculto sus sentimientos. 

Le gustaba mucho esa chica de hermosos ojos pero si iba a lastimar a sus amigos prefería no seguir enamorándose de ella, la vida le estaba dando pequeños consejos a través de las personas, pues su madre Linda le dijo que la tratase como una hermana.

Los días pasaron y la amistad iba empeorando con Didier y Zayne hasta el punto de no hablarse.

Ocurrió la muerte uno de sus mejores amigos de Didier, la muerte de Dez. El más grande dolor que haya tenido. Pues no había sentido una gran decepción así, él no sabía que era perder a un ser tan cercano pues los familiares de él seguían vivos.  

Se echó la culpa de no haber estado para Dez en esos momentos, de haberlo podido ayudar, pero nadie sabe cuándo un problema estar por venir. Pero fue muy valiente y siguió adelante.

Mientras sus compañeros echaron la culpa a Dios, él no lo hizo.

Si Dios están bueno ¿por qué no impidió el suicidio? 

A veces pienso que Dios en el cielo está muy ocupado y que la gente solo reprocha de él cuando en realidad ni siquiera lo han buscado. Una vez me dijeron que cuando hay una muerte muy fatal, es porque el diablo estaba presente y lo quiso hacer así. 

Pero a la vez que el diablo es buena persona y que en realidad solo Dios lo manda al mundo de las tinieblas para que gobernara. Y que nosotros lo creemos que es malo.

Mientras que se alejó de Zayne, el muchacho conoció a una joven muy bonita. Su nombre es Akari una chica muy delgada, súper blanca con pocas cejas y de ojos azules. 

Pues estudiaba en un colegio donde le hacían bullying por su aspecto físico pero a ella le daba igual ya que no prestaba atención a esos comentarios, era todo lo contrario le encantaba escuchar que hablaran de ella. 

—la gente puede ser muy cruel, te lastima cuando necesitas apoyo. Y según te aman —dijo Akari.

—pero a veces si son buenas las personas —responde Didier.

—eres muy ingenuo. En este mundo tú crees que haya gente buena —Didier se quedó callado pero de algo estaba seguro que no dejaría manipularse para dañarse a sí mismo.

—mira Akari, déjame estar en mis pensamientos ¿bien? Si yo pienso de esa forma, respeta mi decisión —dijo algo enojado.

—Bueno entonces no diré nada —habla ella, sin enojos, ni nada por el estilo. 

—gracias... que coincidencia después de conocerte mi manera de pensar a cambiado un poco —la chica sonrió un poco pues ella no estaba seguro si seria para bien.

—espero que no, pues daría un mal ejemplo —exclama ella. 

—eres una chica con un pensamiento único, me gusta eso.

—uy sí, pero no te enamores —ambos se rieron por lo dicho.

El chico le pareció agradable la presencia de ella, pero sin duda preferiría mil veces a Zayne. 

Ante que empezara el mes de Diciembre y que su cumpleaños se acercara, recibió otra mala noticia pues su padre se había desmayado. Como ellos vivían con su madre no se habían enterado al instante.

Holger el más pequeño y más apegado a su padre se puso mal, que se desesperaba por ver a su padre. Linda hace tiempo que no veía a su ex esposo casi había pasado un año pero tenía que verlo sus hijos le suplicaban.

—madre, tranquila todo estará bien —decía Didier.

—Hace tiempo que no lo veo y jure que no lo volvería a ver  —Linda movía mucho su pie derecho pues un gesto de desesperación.

—Por algo pasan las cosas —dijo el, su madre le regala una sonrisa mientras que abraza a su otro hijo.

Apenas ven a su padre que está en esa camilla, lo abrazan tan fuerte.

—Hijos —dice él.

— ¡¿Linda?! —pregunta asombrado Marcus. 

—hola... —responde tímida ella.

Esa tarde pasaron un agradable momento como si jamás hubiese pasado nada, como si jamás si hubiese divorciado los señores. Los hijos se sentían muy contentos de ver a sus padres riendo.

—Debes cuidarte más Marcus —le habla seria a su ex esposo. El mencionado sonríe un poco pues no esperaba que Linda lo regañara y se preocupara a la vez.

—Desde que nos separamos no he estado comiendo muy bien y he trabajado bastante —Linda miraba a todas partes menos a él. 

—Te puedo decir algo pero no te rías —habla ella.

— ¿qué? —pregunta el. 

—Todavía mi corazón salta de alegría al verte —Linda le miraba aun con cara de enamorada a Marcus.

—es curioso, porque igual yo —ellos no sabían que pasaría luego de esa confesión. 

O tal si sabían, solo que tenían miedo de volver a estar juntos. El trabajo del hombre era bastante agotador y ocupaba bastante tiempo en ello. No le prestaba atención a su mujer, ni a sus hijos. Linda no soporto más y tomo la decisión de divorciarse.

Ellos creían que era fácil de solo firmar unos papeles y solucionado el problemas. No señores eso no es nada fácil, porque solo pensaron en ellos mas no en los hijos. Ambos sufrieron mucho porque cuando estaban juntos. el amor se estaba acabando pero al separarse el sentimiento de extrañar, era mutuo.

Didier como hermano mayor sufrió bastante, pero gracias a Dios el muchacho fue fuerte y supo llevar la situación.

Después del encuentro que por cierto las cosas pasan por algo. Linda y Marcus retomaron su relación de nuevo, dándose una segunda oportunidad. Los chicos se quedaron muy sorprendidos cuando los vieron juntos agarrado de las manos.




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