Adicta a la lectura

Capitulo 30

Siempre mira hacia delante, no mires hacia atrás

Narra Zayne

Alistándome estoy para despedirme de Didier.

La vez que me entere que él se iba a mudar a otra ciudad mi corazón se entristeció mucho, no pensé que en algún momento él se iría.

Sin embargo, así es la vida siempre te sorprenderá como sea. Y acepte a que él se valla, era mi palabra contra la de su familia, me alegro que sus padres se hayan dado una nueva oportunidad. Se lo merecen.

—Siempre mira hacia delante, no mires hacia atrás Zayni —habla Didier y el enseguida me abraza muy fuerte.

Ya estoy aquí en el terminal donde me voy a despedir de él. Ya están a punto de irse ellos, no quiero, no quiero que se vallan.                          

—Lo haré Dedo —respondo con una enorme sonrisa pero por dentro estoy que me muero lentamente de la tristeza.

—cuando regrese... la verdad no sé si regresare pero si algún día regreso te invitare a desayunar en la noche ¿sí? —apenas escucho su absurda idea que por cierto lo copia de la primera película del hombre araña comienzo a reírme. Él siempre me sacara una sonrisa.

—está bien me invitaras a desayunar en la noche —acepto con la única esperanza de que algún día vuelva a la península. 

Mi padre Lucas se acerca a mí y me aleja de Didier, si hace eso es porque no quiero alejarme de él pero ya tiene que irse y si sigo conversando con el jamás lo dejare ir.

—chao, espero que nos veamos pronto —habla el.

Miro varias veces arriba apretando mi labios para contener mis lágrimas, enserio no quiero que se aleje. Antes lo podía ver en el colegio, cuando estábamos peleados lo veía de reojo más que sea pero ahora ya no. Ya no lo veré a cada rato. Igual es su vida, no soy quien para retenerlo. Aún recuerdo la primera vez que él se acercó a mí y quería ser mi amigo pero yo no lo deje.

Cuando lo vi por primera vez supe que había algo raro en ese chico, pues lo raro era su cabello; entre todo su cabello negro tenía un mechón blanco y pues me entró una gran curiosidad sin embargo no pregunte nada. Ahora sé que es algo genético de él.

Ese chico no es cualquier chico, es un amigo fiel que nunca falla. Y para mi mala suerte me enamore de él perdidamente, me ilusione mucho que salí lastimada pero era yo quien permitía eso. Nunca supe con firmeza si él pudo tener sentimientos hacia mí, solo sé que me veía como una hermana, estúpido por cierto, pero ahora ya no lo es, creo.

Me despide de Marcus, Linda y por supuesto de Holger él es un gran niño a pesar de que no pueda hablar muy bien no pierdo las esperanza de que algún día hable como cualquiera de nosotros. Porque para Dios no hay nada imposible. 

En el camino solo iba pensando que tan afortunada soy, de todos los chicos que hay en el mundo a mí me tocó esta vida y aunque no estaba tan alegre al principio pues ahora lo estoy. Si he tenido un cambio, una nueva etapa.

Me di cuenta que no soy como las demás chicas que solo piensa en maquillaje, en tener novios, en tener popularidad, en que no estoy apegada a un celular. Y no por eso las vuelve a ellas malas, a mí una santa.

Si me doy cuenta somos pocos los jóvenes que hablamos de Dios como un tema común, una persona que no cree en el simplemente nos llamaría loca. Y a pesar de que hay algunos compañeros donde no le importa hablar de este tema pues estoy agradecida de no ser como ellos. El vio algo en mí, que nadie más vio, yo soy su niña. Y hasta donde pueda vivir quiero llevarlo siempre presente, que me muestre su gloria siempre.

Un día alguien me dijo: el que se enamora pierde y tenía razón. Me enamore de Dios y perdí el odio, rencor y tristeza. Y ahora soy muy, muy, muy feliz. Tan feliz como una lombriz.

Yo sé que en mi futuro habrá más pruebas que superar y que este solo es el comienzo, solo le pido a Dios de que mi forma no cambia para un mal camino. Tengo miedo de alejarme de él, tengo miedo de volverme fría y oscura por dentro, espero que siga así como soy. O seguir mejorando.

Ya llegamos a la casa al girar mi cabeza veo que hay un camión de mudanza. Tal vez ya una familia compró la casa que estaba en venta.  

Mientras pasó por la casa, siento un golpe en mi cabeza.

— ¡Auch! —me quejo, pues he sentido un dolor en mi cabeza.

—lo siento es que mi hermano me iba a pegar con la pelota pero te golpeo a ti —habla una chica, y lo primero que me impacta son sus cejas, son muy hermosas.

—descuida, no te preocupes esto es común entre hermanos —hablo riéndome y a la vez me acuerdo de las millones de peleas de mis hermanos contra Liliana. Hasta ahora esos pequeños no me han linchado.

— ¿cómo te llamas? —pregunto.

—Darling —habla ella, es un nombre muy curioso ya que en español significa querido/querida. 

—es raro pero a la vez hermoso, mi nombre es Zayne.

—El tuyo también es raro —habla ella, me doy cuenta que atrás de ella viene un chico y valla que quedo embobada con él.

Realmente es guapo. Wau, mis ojos por un momento vieron a famoso.

—Ay no Zayne, tú también te quedaste maravillada por mi hermano —habla Darling, rodando los ojos supuse que a él le caen las chicas como granos de arroz, y yo estoy en una de ellas.

—Wau ustedes de donde son porque se nota que son de Ecuador —mi curiosidad ya se ha incrementado que cuando eso ocurre no paro de preguntar. En ese momento quise saber más de él.

—Bueno somos de Cuba solo que por el trabajo de mi padre nos tuvimos que venir a Salinas —yo creo que en mi otra vida fui bruja pues le he atinado.

Bueno hay que aceptar el chico esta guapo pero en mi mente rápido se hace presente Didier, pues no más hace unos momentos me despedí de el no puedo fijarme en otro tan rápido. Eso suena muy estúpido en realidad, como si él y yo tuvimos algo, bueno hubiese sido pero él me dejó en la zona de amigos, a mí todavía, me rio de mi misma.




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