Adolescencia

El Amor: una Extraña Embriaguez

¿Alguna vez se han preguntado qué es en realidad amar? Si lo amo, si no lo amo...; si me ama, si no me ama... "¿Estoy enamorada, o no lo estoy?", "¿Cuándo me doy cuenta de que lo que siento es en verdad amor?"

Muchas preguntas como éstas surgen en el interior de los adolescentes, ya que el amor es un dilema universal: nunca se sabe cuál es la definición correcta para él, ya que se manifiesta diferentemente en cada persona. Según su personalidad, sus opiniones, sus vivencias. Sin embargo, hay muchas características que todos sentimos en común.

Primero, es común que todos percibamos diferentes tipos de amor. Porque, a estas alturas del partido, no podemos hablar meramente del amor como amor de pareja. El amor ocupa muchos vínculos (si no la mayoría) en nuestras vidas. Me gusta pensar del amor en etapas: primero, sentimos el amor familiar, el que asociamos a nuestra familia; segundo,  podemos pensar de un amor social, asociado al respeto que sentimos por los demás; en tercer lugar, vivimos el amor de las amistades, ese lugar del corazón donde guardamos a nuestros amigos, esas personas que elegimos para compartir momentos y experiencias preciadas; y por último, sentimos el flechazo del amor de pareja.

Pero, ¿cuándo en realidad sentimos este último amor?

Las otras tres etapas del amor lucen mucho más claras y transparentes a la vista. Pero al hablar de amor, ese amor que nos moviliza el alma y nos destartala enteros, las nociones se vuelven confusas y muchas veces no sabemos realmente lo que sentimos. O por qué lo sentimos. O cómo llegamos a sentirlo.

En fin.

Todo comienza con el típico 'cosquilleo en el estómago'. Al ver a la persona que nos interesa. O al cruzar miradas. O incluso al pensarlo en nuestros recuerdos. Este primer síntoma es inevitable – y hermoso. Y aterrador. ¿Quién no ha sentido esta moción con un amor no correspondido, sólo para comprender que no están hechos el uno para el otro?

También comienza a latirnos fuertemente el corazón, ¡y a veces, al cruzarnos, hasta quedamos paralizados! Pero... ¿es esto verdadero amor? ¿Es el amor sólo sentir lo que la persona que queremos causa en nosotros?

Creo que se queda muy corto para todo lo que nos hace sentir el amor. Si nos detenemos a contemplar esta palabra, descubriremos que en el corazón hay un sinfín de puertas que podemos abrir. Amor puede ser locura, o comprensión, o acompañamiento. Puede ser sentirnos escuchados, o que nos ayuden a salir de alguna situación indeseable. También puede tomar la forma de una aventura, o de la libertad más pura, o de lo que nosotros deseemos elegir. Porque esa es la naturaleza del amor: ser versátil, ser fluido. Ser personal.

Si realmente pienso en el amor, diría que hay dos facetas: el enamoramiento, y el amor de verdad. Puede que todo amor de verdad comience con un enamoramiento. Pero definitivamente no son lo mismo. En cualquier aventura o incluso una atracción nos sentimos vibrar, cosquillear, e incluso palpitar como si el mundo pudiese romperse en pedazos mientras contemplamos a nuestro amor. Pero cuando el amor es real, ¡abarca tantas más cosas! El disfrutar de la sola presencia del otro: pura, sana, inocentemente. El verlo y desear que sea siempre feliz. El querer dar todo para que tenga alas para volar, y que el mejor regalo sea su sonrisa. Sin importar qué; sólo que sea feliz. Sentarnos a su lado a hacerle compañía. Este bien, o esté mal. Necesite reír, o necesite llorar. Quiera hablar, o prefiera más bien el silencio. Cuando sólo eso importe: estar juntos.

Ahí es. Eso es amor de verdad.



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En el texto hay: poesia, reflexiones, sentimientosydudas

Editado: 23.08.2020

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