— Señorita Salazar, los señores aquí presentes han decidido no presentar ningún cargo contra usted. Y el abogado de su agredido no presentará ninguna demanda. Así que, por esta vez cuenta usted con suerte y puede irse tranquilamente.
— ¿No bromea? —sonreí mirando a todos porque en verdad no me la creía. El sargento se recargó en su silla y entrelazó sus manos:
— ¿Le parece que este ambiente me inspira a ser cómico, señorita Salazar?
— No señor, tiene usted razón. —Fingí arrepentimiento e inocencia justo como Leta recomendó.
— Algo más. — Seguí fingiendo culpa mientras el sargento hablaba.
— Sí. Lo único que su jefe quiere es una disculpa por parte suya y todo este incidente quedará olvidado.
Me tensé. Hasta se fueron las ganas de ir al baño y reír. ¡No quería disculparme con ese ogro! Si lo golpeé fue porque hizo mérito para ser golpeado. A mi alrededor, el tipo sólo se comunicaba por medio de gritos y empujones desde que decidí no volverme a acostar con él.
Porque sí. A mí es la única que se le ocurre tener sexo con su jefe y no dejar si es caso por escrito, que era eso. Sexo. Algo de un momento. Que se acaba de la noche a la mañana.
— ¿Es necesario? Quiero aclarar que él también me agredió verbalmente. Me estaba gritando y no era la primera vez.
— En ese caso, hay protocolos, señorita. Debió denunciar o abstenerse de usar la fuerza. En este caso, acompañar esa fuerza con un objeto.
— Ajam. Lo tendré en cuenta la próxima vez. Nada de arrojar objetos. —asiento obedientemente.
—En realidad, le recomiendo que no haya una próxima vez. Con o sin objeto. No quiero verla de nuevo por acá.
—En su vida volverá a cruzarse conmigo.
Me disculpé con mi ex jefe y el sargento asintió a gusto: —ahora, discúlpese con el señor Malik por agredirlo también.
¡¿Que qué?!
—Creía que debía disculparme con mi jefe nada más.
—Usted no sólo agredió a su jefe, señorita. Agredió verbalmente al señor Malik, le tiró su bebida e indirectamente su pelea llevó a que su jefe le propinara un golpe y se viera envuelto en todo este lío.
—Ni hablar del lío que será calmar a la prensa. —Miré al hombre que acompañaba a Zayn. Suponía era su abogado. Porque sí. Me he metido en un problema terrible e involucré a Zayn Malik en todo esto.
—Yo… Lo siento. Realmente mi rabia hacia ti no incluía hacerte daño de esta manera.
— ¿Estás diciendo que sí planeabas hacerme daño de otra manera? —Preguntó Zayn.
Y por todos los dioses de mi hermosa Atlántida… ¡Qué voz! ¡Jamás creí que podría tener a Zayn hablándome directamente! Lo único triste era que ya no se sentía del todo bien por la situación y por cómo había cambiado mi imagen de él.
—No no no. Yo lo que estoy diciendo es que sí te tengo rabia pero jamás, en toda mi vida, habría planeado meterme y meterte en un lío como este. Soy la persona más pacífica del mundo y siempre resuelvo todo por la vía legal. —El sargento me miró alzando sus cejas y podría jurar que quería gritarme “cínica” en la cara mientras que el abogado de Zayn se cubrió la boca en un intento de no reírse pero que sin duda noté.
Por su parte, Zayn sí susurró lo que el sargento no se atrevió. —Sé que me acaban de sacar de una celda y eso contradice mi declaración pero, ¡cualquiera explota si presionan sus límites!
Al final el sargento nos dejó ir a todos pasada la medianoche. Cuando salí de la estación de policía, no tenía trabajo, tenía un dolor de cabeza insoportable, estaba famélica, mi celular se había descargado y contaba con sólo 38 dólares en mi bolsillo.
La calle fuera de la estación estaba cubierta de fotógrafos que casi nos comen vivos en el momento de poner los pies en la acera. Los flashes de las cámaras me cegaban como si no hubiera un mañana y entre toda la confusión y empujones, vi cómo se llevaban a Zayn entre guardias de seguridad a una camioneta mientras que Malcom-mi delicioso pero estúpido ex-jefe - y yo nos vimos rodeados de preguntas.
¿Quién eres? ¿Qué pasó con Zayn? ¿Alguna declaración? ¿Te atacó Zayn Malik?
Malcom profirió uno que otro insulto hacia los fotógrafos pero no dijo una palabra en contra de Zayn. En cambio, me vendió respondiendo rápidamente que yo era la del problema.
Inmediatamente los fotógrafos volcaron su atención en mí, así que lo más seguro que pensé, era hacer una salida rápida y buscar un taxi.
¿Qué tienes que ver con Zayn? ¿Tú lo golpeaste? ¿Le hiciste ese moretón? ¿Eres su novia?
¿Hablo o no hablo?
Afortunadamente un taxi respondió por mí al aparecerse y rápidamente le hice señas para detenerse. Cuando lo hizo, me metí velozmente en él y le di la dirección de mi casa.