After the Fandom

Tres

Ya en mi hogar, luego de dejar todas mis cosas en la habitación, cené lo que papá había guardado para mí mientras miraba algo de televisión.
Una noticia sobre Harry Styles prendió las alarmas de mi cerebro y se me ocurrió revisar rápidamente en redes sociales y portales de internet. Mientras buscaba información, vi que el reloj de la laptop marcaba las 2:25 am. Aún me habrían quedado dos horas de trabajo aproximadamente.

“¿Zayn Malik metido en problemas legales?” “Ex integrante de 1D causa problemas en un bar” “¿Zayn Malik agrede a jovencita?” “Pelea de Zayn Malik acaba en estación de policía”

Cerré la computadora porque en todos los portales no decían más que mentiras o abordaban todo de una manera muy general. Aunque sin duda, en varios de ellos, por no decir que todos-pues sólo uno se abstuvo- aparecían fotografías mías acusándome de textualmente ser “la razón del problema”. En uno de ellos incluso vincularon mi nombre a una futura pelea entre Zayn y Gigi.

—Mara, ¿por qué llegas a esta hora? Aún no son las cuatro. —la voz de mi padre me sobresaltó. Cerrando por pura precaución la computadora, hablé:

— Perdí el trabajo en el bar.

— ¿Qué pasó? ¿Tuviste algún problema?

— Bueno, mi jefe y yo tuvimos un pequeño desacuerdo al inicio de la noche y terminé por renunciar. Lo siento, papi. —Hice un gesto de disculpa.

—No te disculpes del todo. Sabes que no me gustaba ese trabajo de todas formas.

—La paga era buena. Extrañaremos eso.

—Lo sé, pero ya podrás encontrar otro trabajo con una paga justa y que no incluya borrachos. —Sonreí. Jamás le agradó que decidiera trabajar en un bar nocturno.

Hablamos poco más de tres minutos. Con papá las conversaciones serias eran así. Rara vez discutíamos nuestros problemas personales o nuestros sentimientos, a no ser que estos involucraran a mi hermana (cosa que rara vez se daba) o la magnitud de los mismos nos superaran. Creo que nos iba bien así porque ambos éramos toscos para los momentos emotivos familiares.
Luego de verlo irse a su habitación, decidí relajarme por dos minutos mirando el vaso de agua medio vacío. Pero la adrenalina de la pelea, las horas en las estación e incluso Bad Benson, aparecieron de pronto en mi cabeza, haciéndome tomar conciencia de lo mal que pudo haber acabado todo. El dolor de cabeza aún no se había ido y ahora había invitado al cansancio a la fiesta, por lo que me fui a mi habitación por una ducha para acabar en la cama pensando en el desastre de día que había tenido.
Peor aún; debía decidir si le contaba o no a mi papá.

 

Cuatro horas antes

Iba tarde para el trabajo. Eso era seguro.

Maldije en el momento que vi mi mano vendada. Me había quemado mientras intentaba preparar una nueva receta. La mascota de mi hermana pequeña era un conejo que siempre lograba asustarme cuando se paseaba por mis pies. Y esta vez lo hizo mientras intentaba sacar una lasagna del horno, consiguiendo que mi mano se quemara lo suficiente como para asustar a mi padre y vendarla para evitar complicaciones.

Llegué veinticinco minutos tarde, y en el momento que pisé la cocina del bar, tenía a Malcom gritándome en el oído lo aparentemente irresponsable que había sido desde que me contrató.
El problema de Malcom era que me había vuelto irresponsable y poco comprometida desde hacía mes y medio cuando decidí terminar nuestras noches de sexo. Así que lo irresponsable y poco comprometida se debía a mi inexistente relación formal con él.

Malcom cuenta con treinta y cinco años mientras que yo apenas llego a los veintidós. Me gustó desde el momento en que empezó la entrevista de trabajo, y no tuvimos ningún acercamiento ni coqueteo hasta que pasó un año de trabajo. Para el momento en que me despidió, eso sería hoy, tenía año y ocho meses de trabajar para él. Duramos cinco meses en un affair. Los malos tratos llevaban tres.

Zayn había llegado en el peor momento de la noche. Había tenido que lidiar con un grupo de clientes jóvenes algo pesados y él no lo hizo más fácil. Estaba irritable y por momentos parecía que era incapaz de dar una sonrisa de agradecimiento o cortesía. No era que debiese hacerlo, pero a ver, yo no tenía la culpa de su problema y nada más me limitaba a hacerlo feliz con su bebida.

El problema vino cuando me equivoqué de orden por estar evitando las palabras de Malcom, quien me reprochaba la lentitud para llevar las bebidas, al igual que Zayn.

—Malcom, me he quemado la mano —levanté mi mano vendada— lamento la tardanza, pero soy zurda y ahora tengo que manejar todo con mi mano derecha porque la izquierda está adolorida.

—A los clientes no les interesa tu mano. Mucho menos a mí, Mara. Procura darte prisa.

—Cuando estábamos en la cama no decías lo mismo de mis manos. Cínico—no iba al caso pero quería callarlo.

Hice mi camino hacia la mesa de Zayn, pero antes repartiendo bebidas ordenadas en otras mesas. Para cuando llegué, el tipo estaba más irritable y asesinando a la pantalla de su móvil con los dedos.



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En el texto hay: fanfic, fangirl, one direction

Editado: 08.03.2019

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