After the Fandom

Cinco

Resulta que mi tía Molly no sólo es la mejor haciendo cocteles en el mundo mundial, sino que tiene un sexto sentido para resolver problemas.
Y además es una bella mujer.
Cuando desperté con cookie dormida, acomodándose sobre mi pecho y asfixiándome, encontré a mi tía tomándonos una foto y sonriendo por la escena.

—Lo siento. Venía a revisar si habías despertado para hablar contigo pero no pude evitar tomarles la foto —sonrió revisando su teléfono. Lo guardó y luego dirigió su atención a mí— escuché que perdiste tu empleo. Tu padre ya me lo contó todo.

Hice una mueca. —Bueno, sí. Pésima idea mezclar sexo con el jefe. Ahora necesito encontrar alguno para el verano y ver si no interfiere con mis clases en la universidad.

Tomó asiento en el borde de la cama. —Creo que puedo ayudarte con eso.

— ¿Cómo?

—Bueno, ahora que estás libre, puedes acompañarme con el grupo de limpieza de la agencia y ayudar en algunas casas, si no te importa.

— ¿Hablas en serio? —asintió. —Pues vaya, por mí no hay problema.

Sonreí. No creí que encontraría un nuevo empleo tan rápido y trabajar con mi tía en su agencia de limpieza no me parecía nada malo.

—Entonces no se diga más, tenemos que ir a limpiar y los muchachos van a pintar una de las habitaciones de una nueva casa. Podrías acompañarnos mañana.

—Por supuesto, sólo dime si nos encontramos allá o nos vamos juntas desde la agencia.

—Perfecto —sonrió —Sé que te gustará mantenerte ocupada en algo.

—Por ahora me gustaría ocuparme en respirar bien —señalé a cookie— ¿Me ayudas?

 

Decidí volver a revisar las menciones de Zayn en twitter mientras supervisaba a Cookie, quien coloreaba a mi lado al tiempo que ambas desayunábamos. Todas unas chicas multifuncionales.
Hasta ahora todo había mejorado. Zayn era catalogado como un héroe y me imaginaba que me tendrían por los suelos pero, las opiniones estaban 50-50 y por mí estaba bien. Eso significaba que me olvidarían en unos días.
Hombre, podría dedicarme a asesorar públicamente a las personas.

 

Ahora que Cookie no tendría clases por el verano, debíamos organizarnos para cuidarla entre papá y yo. Por hoy, había decidido sacarla al parque y distraernos hablando de lo que ella quisiera. Mi hermana era algo ocurrente y estaba en esa horrible edad del “¿Por qué?” que, aunque la amara con locura, me hacía querer arrancarme uno que otro cabello cuando entraba en ese mood.

La buena noticia era que Cookie era un desastre -como la mayoría de los niños- para comer helado. Y puesto que mi hermana era una fiel defensora de no desperdiciar helado, se concentraba en comer el helado sin derramarlo, como si su vida dependiese de ello.
Eso se traducía a que se callaba el tiempo suficiente para que yo entrenara mis respuestas a sus “por qué”.

 

—La mamá de Lilly Aspen no tiene esposo. En la clase de la señorita Perkins, dijo que deberíamos enamorar a nuestros padres, así podríamos jugar todo el día y su mamá haría galletas para todos. Mara, yo quiero galletas.

— ¿Y cuándo no? —Susurré— Pero Cookie, los padres no funcionan así.

—Pero tendría galletas.

—En casa también tienes galletas —sonreí— no son caseras pero tienes muchas. Y no hay tanta diferencia —le respondí como si fuese el mejor de los secretos.

— ¿Por qué?

Aquí vamos de nuevo…

Zayn

La pequeña pelea con Gigi estaba a punto de pasar al olvido. Y eso me tenía de buen humor que ya necesitaba que llegara el jueves.
La habitación contigua a la mía había sido desocupada y pronto no habría huellas de ningún grafiti por lo que tendría disponibilidad de pintar de nuevo.

El día se había ido volando entre negociaciones para otro disco y un poco de tiempo en el estudio.
Aún no tenía muchas canciones y las que tenía necesitaban algunas modificaciones.
Efectivamente, el asunto de la chica estaba pasando al olvido. Lo poco que se comentaba, seguía siendo positivo para mí. Pero no podía negar que en los días que pasaban, mi enfado había disminuido considerablemente. Tal vez porque Gigi ya no estaba enojada y ahora era capaz de aceptar que la chica merecía un aplauso por la movida del vídeo.
Aún así, el moretón no había desaparecido del todo y dolía un poco. El bastardo de su jefe tenía una mano pesada. ¿Trataría así a todas sus empleadas? No es como si pudiese averiguarlo por mí mismo. Definitivamente no volvería a ese lugar. Era bueno, pero no el único.

Le estás dando demasiadas vueltas al asunto, Malik. Ya está.

Resoplé porque era cierto. Yo no tendría que ver más con esa chica. Las pocas palabras que cruzamos y el golpe en mi cabeza, me hacía quererla a millas de mi camino. Directioner o no, no congeniábamos.



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En el texto hay: fanfic, fangirl, one direction

Editado: 08.03.2019

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