After the Fandom

Siete

MARA

— ¿Cuándo volverás a ver a Zayn? ¿Lo conoceré esta vez?

— A no ser por trabajo, no lo volveré a ver de esa forma, Cookie.

— Bueno, ¿pero lo conoceré?

— Seguramente, peque. Pero no creo que sea gracias a la tía Molly.

Mi pequeña hermana se bajó del taburete refunfuñando y volvió a su cuarto. A lo  lejos la escuché actualizar a Lilly Aspen sobre nuestra conversación. Habían transcurrido dos meses desde que había estado en la casa de Zayn. Lo poco que sabía de él era debido a las redes y hasta ahí. Mi tiempo se concentró en trabajar. Había terminado mi carrera universitaria hacía un año y aún no conseguía trabajo.

Bueno, en parte era por decisión propia. Mamá había fallecido poco antes de mi graduación y toda la situación estaba muy “fresca”. Mi planeado año sabático se convirtió en un año de adaptarse. Cookie recibía terapia y respondía muy bien a ella. Mientras que papá y yo lo manejábamos a nuestra manera.

La conversación con mi hermana había calado en mi lado directioner. ¿Volvería a verlo? ¿Quería hacerlo? Sí quieres. Claro que lo hacía. Pero lo había entendido: persona no grata. Eso era para él. O en su defecto no fui más que una trabajadora que le pintó su habitación.

El sonido de unas llaves siendo agitadas en la entrada se llevó mi atención. Segundos después mi padre entró y saludó.

— ¿Cómo te fue?

 — Hoy entraron dos pedidos de una casa de eventos. Matrimonio—rodó sus ojos.

— Auch. Ya imagino esos manteles. ¿Vino?

— Y mucha comida. Parece que sirvieron la comida cuando todos estaban ebrios. Eso o el matrimonio fue de unos caninos y no de humanos—Reí. Mi padre agradecía su trabajo y las ganancias, pero era imposible no quejarse en ocasiones.

— Bueno, como siempre: mucha suerte en la labor—asintió a modo de reconocimiento. —Ahora, tenemos que hablar.

— ¿Pasó algo malo?—terminó de quitarse los zapatos y se recostó en el sofá de la sala.

—No. Pero mi tía necesita más ayuda. Frankie ya se recuperó pero ahora es Sandra la que no estará. Se casará y parece que decidió mudarse a Detroit.

— ¿Cuándo?

— Viajará en dos semanas y media, creo. Pero eso implica que yo no estaré entre semana y necesitamos que alguien cuide a Sofi cuando venga de clases y alguien que la acompañe a terapia.

— Buscaré a alguien.

— ¿Puedo ayudarte a revisar las candidatas?—Papá levanto el pulgar mientras se acomodaba para descansar un rato en el sofá. Miré al cuarto de Sofi y asumí que dormía sino había aparecido para saludarlo.

ZAYN

Tenía la mitad del álbum. Y eso era un gran avance. Llevaba ocupado la mayor parte del tiempo y el poco que me quedaba, lo invertía en mi familia, Gigi y pintar. Llevaba un cuarto de la habitación ocupada. La casa había sido limpiada tres semanas atrás pero yo no había estado durante ello. Sospechaba que con la visita de mis hermanas iba a necesitar una limpieza un poco más profunda en las habitaciones.

Mi equipo, en especial Shannon era la encargada de mantener en orden mis cosas, yo solo aprobaba las últimas decisiones y se me informaba del resultado. Sin embargo esta vez quise encargarme personalmente del asunto.

Y era esa la razón por la que estaba observando cómo una Mara enfundada nuevamente en overol, bajaba de la camioneta. Esta vez no venía el hombre de barba blanca.

Debatí sobre salir o no de la habitación a recibirlos. Tenía que reconocer las ganas de entablar conversación con ella. Shannon monitoreó unas dos semanas más el incidente y ni una vez encontró información que revelara su visita a mi casa. Comencé a fantasear con que la chica no era tan malvada e imprudente después de todo.

Opté por mantenerme recluido en la habitación revisando las canciones ya listas. A mitad de la tarea, recibí un mensaje de mi madre alertándome sobre la hora y día de su llegada.

Unos golpes en la puerta fueron seguidos de una suave voz pidiendo permiso para entrar.

— Me han enviado para arreglar esta habitación —una mujer con sonrisa amable asomó su rostro.

— Adelante—tomé mi cuaderno y teléfono para salir de la habitación. Dejé a la mujer y comencé a explorar el trabajo en el resto de la casa. Solo se escuchaban las aspiradoras en la planta baja, las habitaciones estaban inmaculadas. Listas para recibir a mis hermanas y a mis padres. Decidí bajar a la primera planta y saludar. O eso era lo que me había dicho al inicio.

Cuando salí a la parte trasera, reconocí que en realidad había estado aburrido en mi habitación y solo buscaba a la razón por la que había bajado en primer lugar. Allí se encontraba ella. Apoyada sobre sus rodillas mientras cambiaba unos tubos. Una vez más trabajaba escuchando música, pero en esta ocasión añadía su voz y eso me permitía identificar la canción: “La vie in rose”.



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En el texto hay: fanfic, fangirl, one direction

Editado: 08.03.2019

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