Ágape

Ágape

Advertencias: Esta historia es para un reto de escritura de los Escritores inefables que estoy haciendo para conseguirnos más publicidad, perdón a todos los lectores de Sin City… ya que es un extracto de esta *Guiño, guiño, codazo, codazo* a los nuevos.

Disclaimer: blablablá, Neil, no seas capullo que tú nos diste permiso para escribir fanfiction.

Premisa: Ágape, Solo porque adora ver feliz a B, A acepta ir a un lugar que B ha querido visitar por mucho tiempo.

Crowley aprieta los ojos y suspira profundamente porque es hora de entrar a la sala donde ya están las luces a medias y ha empezado la cena y ya no parece haber escapatoria posible. Bloody Puppy eyes.

Aziraphale se humedece los labios preguntándole a la chica de la puerta y... escuchando las instrucciones de la mesa a la que deben sentarse (que es, milagrosamente como la de la primera fila). Antes de entrar... se gira con Crowley que está detrás fingiéndose lo más desinteresado posible en todo esto. Eso requiere un gran esfuerzo.

—Ven, creo... tenemos buenos lugares —le apresura el ángel y vacilando un poco, extiende la mano y le toma de la muñeca.

—No puedo creer que luego lloriquees por cómo una hora y media cuando se te moja la ropa con la lluvia y ahora hayas obrado el milagro de una mesa en bloody primera fila —protesta el demonio al notar a donde le lleva.

—Ha sido una casualidad —se defiende, un poco incómodo.

—Eso díselo al juez —replica sin creerle ni un poquito.

—Es mejor milagro este que el de la ropa... es para que disfrutes el show —asegura yendo entre las mesas, tirando de él y moviendo un poco la mano lejos de la muñeca hacia su mano.

—Como un condenado, lo voy a disfrutar —ojos en blanco pero se deja tirar.

—¡Que exagerado! —protesta mucho más enfocado en terminar con él del todo de la mano, el demonio le entrelaza los dedos de modo natural sin ni fijarse en ello.

Aziraphale lo nota y el corazón se le acelera un poquito otra vez no queriendo llegar a su sitio.

—La gracia está en... imaginar cómo engaña a nuestros sentidos —insiste.

—Pero es que no lo hace —le mira por encima de las gafas de sol.

—¡Sí lo hace! No te dejas llevar —llega a su mesita, con dos sillas y una velita.

—Porque es tremendamente fácil ver dónde está el truco, no es magia de verdad —sigue protestando el demonio.

—¡Es habilidad! Y no es tan fácil con magos buenos.

—A diferencia... —sonríe de lado, mirándole y sentándose o más bien, de nuevo vertiéndose sobre la silla como hierro fundido sin soltarle.

—Yo lo hago aceptablemente bien —frunce el ceño y el demonio se muere de risa con eso—. Que tú seas un aburrido...

—Esto no es de ser aburrido, es de un mínimo de dignidad —hace un gesto con la mano.

—¡No tiene nada de indigno divertirse un poco! —protesta—. Voy a copiar alguno de estos trucos.

—Lo que faltaba —le mira desaprobatoriamente pero no puede dejar de sonreír.

—¿¡En qué he te afecta a ti que haga unos trucos nuevos?!

Suspira sin responder a eso, volviéndose hacia el escenario.

—Quizás esta vez si te asombre —insiste el ángel.

—O quizás no —le mira de reojo.

—Me hace cierta gracia que te cause tanta grima... —le aprieta un poquito la mano.

—¿Por?

—Porque... es solo un juego y a tu parecer debe parecerte que hago demasiado el ridículo.

—Porque lo haces.

—Lo dices solo porque sabes que puedo hacer un milagro de verdad.

—¡Por supuesto!

—Eso no es de habilidad y la gracia de la magia que me gusta es... la actuación.

—No te creas que no sobre actúas —no me puedo creer que te estés atreviendo a decirle eso tú, Mr. Reina del Drama.

Cuando les traen la carta es que Crowley le suelta la mano porque además no... piensa comer o quizás sí tal vez lo mismo que él, no le importa mucho.

Cuando le suelta, Aziraphale recoge la mano, tocándosela un poco con la otra, mirándole de reojito un poco idiotizando... pese a lo horrible que le está diciendo.

—Bueno, sobre actuar es un poco parte del truco. Ser dramaaaaatico como tú, o aleeeegre y lleno de energía —hace un poco de sobreactuación.

—Mira, ya te creí lo de que en la ópera la gente se muere cantando porque es un recurso líbrico o como se llame, no me voy a creer esta.

—Lírico —se ríe de buena gana con esto.

—Eso he dicho.

—Has dicho líbricomy dear —sonríe de lado

—Pues eso.

Aziraphale le sonríe, mirándole con unos ojitos de corazón que le cuesta ocultar. Él le sonríe de vuelta porque mira que mono es cuando está encantado.

—¿Te apetece comer algo? —pregunta con absoluta suavidad unos segundos después

—Lo que tú quieras —mira la carta. El ángel aún le mira un poco más antes de mirar la carta, sonriendo.

—Creo que deberías probar el pato.

—¿Cómo recurso humorístico o como comida? —sonríe de lado.

—Como ambos —define.

—Está bien, pato entonces —sonríe.

—Y creo que la ocasión amerita una copita de Champagne... —se mira la carta de vinos.

—A ver... —se acerca para mirar cuales hay. Le gira un poco la carta para que pueda mirarla—. Que tal... —señala uno que le parece.

—Suena bien —Aziraphale asiente conforme.

—Bien —sonríe y se echa otra vez atrás como si fuera un jersey que alguien acaba de quitarse y lanzar a la silla, buscando al camarero.

El ángel le mira de reojo con esa posición y... la verdad es que aunque se queja de ella, no sería Crowley si se sentara derechito sin desparramarse. Cierra la carta con cuidado y la pone en la mesa moviendo un poco la pierna de manera que toca levemente la del demonio.

Crowley le deja hacer logrando que el camarero se olvide de cualquier cosa que estuviera haciendo y les mire con ese truquito del chasqueo de dedos.



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En el texto hay: goodomens, aziracrow, ineffablehusbands

Editado: 22.04.2024

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