El viento mueve los botes de las bebidas y gateo por la que originalmente era mía, comprobando que las siglas "JS" y el nombre Jiyu Shin, se encuentran ahí.
No creyéndome lo ocurrido me cuestiono los hechos y si debería disculparme o buscar una explicación.
—Creo que estamos a mano—se acomoda la mascarilla, retirándose y dejándome ahí tirada.
Me quejo indignada y le llamo sin respuesta.
—¡Dae!—se me ocurre llamarle por su respectivo nombre.
Se detiene y sin necesidad de voltear a verme, me dedica:
—Solamente las personas cercanas a mí pueden llamarme así.
—Entonces, ¿Por qué..?—le cuestiono, sigue su camino sin mostrarme interés.
—Olvídalo—reniego.
Qué sujeto tan antipático.
...
Trato de quitar la mancha que hizo el yogur sin éxito, solamente haciendo una montaña de pañuelos. Me resigno y me quito el saco tinto, quedándome con la blusa blanca del uniforme. Acomodo mi listón rojo y reviso mi apariencia un poco desaliñada en el espejo del baño. Enderezco mi usual broche del cabello, siendo un pequeño moño con brillos.
Respiro hondo y salgo, dirigiéndome a mi salón de clases. Escucho la campana sonar, obligándome a apurarme. Subo con pesadez y apresuro mi paso. Cuando entro, la grata sorpresa de enterarme que el chico antipático está al frente con la maestra Seung, presentándose, me hace soltar mi saco boquiabierta.
—Espero que cuiden bien de mí—muestra respeto, mostrando una cara y un tono tan diferente, molesto.
Me contento y levanto mi saco, dirigiéndome a mi respectivo lugar, cuando de pronto siento que la maestra Seung me detiene.
—¿Sucede algo, maestra Seung?—le pregunto y la miro fijamente. Es joven y alta con un porte elegante, con cabello claro, corto y ondulado.
Asiente y acomoda sus lentes.
—Debido a la ausencia del cuarto miembro de tu equipo y el correspondiente orden, Dahaek-Ho Suk tendrá que unirse temporalmente antes de una nueva organización. Sabes que estamos en semanas claves y como líder de equipo, ¿Podrías enseñarle y asesorarlo en lo correspondientemente al entorno escolar?
Me tenso de momento y mi pesar aumenta cuando unas miradas extras de curiosos se posan en nosotros.
Miro de reojo al chico y parece tener la mirada fija en mí, lo ignoro y me concentro en la petición. Mantengo la calma y mi debida postura, recordándome que es mi responsabilidad poner orden y ejemplo sin interferir con lo personal.
—Seguro, considérelo hecho—sonrío.
Ella me sonríe y le indica que me siga. Los murmullos no tardan en hacerse presentes hasta que los calma dando inicio a las indicaciones de la clase.
Me sigue hasta nuestros respectivos lugares en el fondo, las chicas de mi equipo solamente se quedan mirándolo en lo que se instala a un lado mío, compartiendo la mesa. No sé si tomarlo como una bendición o maldición. Al menos, podemos volver a empezar.
—A partir de hoy, nuestro nuevo compañero formará parte de nuestro equipo de forma temporal. Hagamos todo lo posible por hacerlo sentir bienvenido—les explico con un tono alegre, queriéndole transmitir un cálido recibimiento.
—¡Hola, soy Sorah Nam!—la chica extrovertida con ojos claros y cabello muy corto de color castaño rojizo, se presenta con desenvoltura. Es un poco más bajita que yo y es muy entusiasta.
Él asiente y se muestra educado.
—Soy Ren Rinji, un gusto—la segunda miembro de mi equipo se presenta, aunque un poco más tranquila y con una pequeña sonrisa tímida. Es muy delgada, tiene el cabello de color negro azulado y ojos cafés.
Me miran esperándome y aclaro la garganta.
—¡Jiyu Shin!—me apunto y se voltea, dándole igual.
—Lo tengo—me dedica.
Aprieto los dientes, agotando mi serenidad.
Al finalizar de forma particular las presentaciones seguimos atentos a la clase de literatura, la cual es mi favorita. Mi pasatiempo es escribir las ideas que se me vienen en mente y como una persona soñadora, me gusta plasmarlas en historias. No soy muy buena que digamos, pero me hace realmente feliz. Solamente las personas más cercanas lo saben, incluyendo a mi mejor amigo que ahora mismo me está haciendo caras desde su respectivo equipo.
Niego e insiste con su usual práctica, aventándome una bola de papel con una nota, cayendo en el lugar de mi querido compañero de al lado.
Ni se inmuta, estiro mi brazo lentamente y cuando se da cuenta de mi movimiento, agarro el papel rápidamente.
Lo desdoblo y leo:
¿Comemos juntos?
Escribo y le respondo:
Hoy no, me haré cargo de una tarea. ¡Buen provecho! Come mucho.
Arrugo el papel y cuando estoy a punto de aventarlo, Dahaek-Ho me detiene, poniendo su palma enfrente de la bola de papel, evitándome seguir.
—¿Podrías parar? Me desconcentra.
Sonrío levemente y sigo sin tomarle importancia a sus palabras. Pegándole en la cabeza a mi mejor amigo, lo que me hace casi reír.
#2865 en Novela romántica
#909 en Chick lit
#1013 en Otros
#326 en Humor
comedia romantica, k-drama y romance, romance escolar drama comedia
Editado: 21.02.2025