Agridulcencanto

04 ¿AMOR O AMISTAD?

—¡Es suficiente hielo! —exclamo al comenzar a sentir que me quema.

Dahaek-Ho aleja la bolsa de hielo y la deja al lado de la camilla de la enfermería. El lugar donde hemos ido a parar después de mi célebre caída por las escaleras, por la cual terminé teniendo un vendaje en el tobillo y varios raspones cubiertos con curitas de colores.

—Debe doler, ¿Ya tomaste el medicamento? —busca con desespero y asiento.

Lo detengo, agarrándolo del brazo.

—Está bien, solamente es un tobillo torcido. No me rompí un hueso, tranquilo—me burlo y lo suelto.

Suspira.

—Rodaste por las escaleras como un cubo de basura, claramente no ibas a salir ilesa—se ríe.

Agarro el empaque de vendas y se lo aviento indignada.

Se cubre, defendiéndose.

—Tengo que recuperarme, no fastidies, aish—me cruzo de brazos y seguimos esperando a la enfermera que minutos antes nos dejó.

—Me siento responsable por lo que te sucedió.

Lo miro extrañada.

—Fue mi torpeza actuando. Estaré bien en unos días, no es para tanto, Dahaek-Ho—lo intento tranquilizar. —No es la primera vez que me pasan y pasarán este tipo de tragedias.

—¿Eres la niña tragedia? —deduce.

—Supongo—me río.

Trae un pequeño tazón con comida sosa. Algo parecido a un puré o comida de bebé, aunque son vitaminas en sí. El platillo principal de la visita a la enfermería.

—Abre la boca—me ordena para alimentarme.

—¡Estoy chueca, no manca! —me niego.

—No seas necia. Te hace falta—vuelve a intentar y fallar.

—¡¿Me estás diciendo débil o tonta?!

Resopla mientras mira al techo, frustrado.

—Jiyu...—me mira serio.

—No tengo hambre, gracias—concluyo.

Deja la comida en la mesita con las demás cosas de cuidado y atención, quedándose libre para sentarse a mi lado.

—La lluvia es densa—comenta.

¿Esa es su respuesta?

—Deberíamos buscar a la enfermera—me muevo y me detiene.

—No vas a ir a ningún lado, déjame ir a buscarla—se levanta.

—Está bien—le hago caso.

Lo veo marcharse y deslizar la puerta.

Su pregunta en la escalera, antes de mi tragedia me deja pensando.

» ¿Te gusta Dongju? «

¿He sido muy obvia? O es por nuestra cercanía, nuestra amistad, nuestro lazo; nosotros. En sí, creo que sería muy extraño que no se notase, siendo recíproco. Emanando en el aire, acomplejándome.

Busco mi celular y veo un mensaje de Dongju:

¿Dónde estás? Te estoy esperando.

Es de hace una hora, debería contestarle.

Te dije que no era necesario, estoy con Dahaek-Ho. Estoy en la enfermería, no te preocupes, iré a casa en cuanto la enfermera llegue. Ve a casa con cuidado.

La luz se va, desconcentrándome, provocando que no se envíe el mensaje por la señal. Aumentando al hacerme brincar del susto en cuanto la puerta azota y un trueno adorna la escena.

—Vámonos—comienza a agarrar nuestras cosas con desespero. Esta penumbra apenas nos dejará ver, hay que darnos prisa.

—¿Podemos irnos? —le pregunto con ingenuidad.

—Es tarde—es lo único que responde y se acerca a mí, para acompañarlo.

—Es peligroso si no podemos ver—intervengo.

—Alumbra con tu celular—me indica. Lo dudo un instante antes de dárselo.

Niega y se agacha, quedándose en la posición de cuclillas.

—Súbete.

—¡¿Qué?!—me exaltó. —¡No seas ridículo! Nos caeremos.

—Te cargaré hasta la escalera.

—¡Sabes la mala fama que tienen las escaleras! —apunto a mi pie vendado.

Procesa lo que le dije y se levanta, analizando las opciones. Agarra mi celular y alumbra partes de la habitación mientras camina.

Escucho un ruido y hasta estar frente a mí me doy cuenta de que se trata de una silla de ruedas.

—Iremos por la salida de emergencia, tomándola como una rampa. Volver a subir escalón por escalón dando brincos no es nuevamente una opción—le da unos golpecitos a la silla de ruedas y lo único que puedo hacer es quedarme boquiabierta.

—Te indiqué en el recorrido que esa salida está prohibida... ¡Porque es para emergencias!

—Entonces, hágamos esto—se va de la habitación con mi celular y mientras espero, no tarda en sonar la alarma de emergencia.

—¡Dahaek-Ho! —lo regaño molesta. —¡Nos meteremos en problemas!

Llega corriendo y con uno tono alegre me dice:

—Ahora es una emergencia.

...




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.