El día está nublado y hace frío, una mala combinación para recorrer el invernadero, cuando lo mejor era disfrutar del paisaje con un día despejado y soleado. Después de descansar en la enfermería y pasar por una revisión médica, incluyendo una buena comida, me sentí como nueva, aunque atrasé mi recorrido con mi salón, así que tuve que unirme a otro al cual no conozco a absolutamente nadie, solamente dedicándome a escuchar la explicación y prestar atención, siguiendo con el respectivo protocolo.
Al pasar por las coloridas flores, aprender poco a poco sobre ellas y su cuidado e importancia, decido adelantarme e ir al baño en donde me lavo la cara hasta sentir menos la pesadez. Observo mi rostro en el espejo y estoy pálida, realmente me veo horrorosa con estas pintas, así que decido arreglarme un poco más, tratándome de verme más decentemente en mi uniforme deportivo y mi cabello agarrado. Cuando finalizo salgo del baño hasta sentir que alguien me jala del brazo y me sienta en una de las mesas de camping del lugar.
—No te levantarás de aquí hasta que te termines esto—se trata de Mina con una expresión seria, dándome un suplemento alimenticio de fresa.
La miro inocente y suspiro, asintiendo y abriéndolo para después beberlo.
Me examina hasta que termino de beberlo sin decirme ni una sola palabra.
—Te lo agradezco—le sonrío.
Asiente.
—En la enfermería dijeron que si seguías así podrías desmayarte o incluso agravar la situación. Estoy realmente preocupada, Jiyu—se cruza de brazos, confrontando las palabras que le dije para tranquilizarla, las cuales no son ciertas. Me excuse diciéndole que estaba tan enfocada en la escuela que descuidé mi salud, cuando en realidad en cierta parte lo hice a propósito, sabía el daño que me estaba haciendo y tomé ventaja inconcientemente hasta debilitarme. Siendo que el fin no justifica los medios cuando se trata tan incensatamente.
—No volveré a arriesgar mi salud así, lo prometo. Ahora ya me siento mejor de verdad, ¡Hasta puedo unirme a las actividades deportivas!—me levanto mostrándome animada.
Me detiene y me agarra con cuidado.
—Debes descansar, estás débil y no puedes hacer mucho esfuerzo físico—me ayuda a sentarme nuevamente.
—Está bien, entiendo, me cuidaré hasta que sea la hora de adoptar un árbol—le digo animada por la práctica, tratándose de elegir un árbol y ponerle un nombre para llevarlo a casa y cuidarlo.
Asiente enérgicamente.
—¡Nos vemos en un rato! ¡Deseame suerte con mi pomelo, te quiero!—se comienza a alejar, hasta sentirme mal momentáneamente por ocultarle la verdad sobre su querido pomelo, así que la llamo queriéndoselo confesar hasta arrepentirme, así que le digo otra cosa en su lugar:
—¡Ánimo!—hago una seña y me despedido, yéndose corriendo respondiéndome igualmente lo dicho.
...
Pasándomela aburrida dando vueltas por ahí cubriéndome del frío con las arenas calientes, decido ir por una bebida caliente y disfrutar de la hermosa vista del campo, de los paisajes coloridos con las flores y plantas de todo tipo, los campos de siembra, la colina en donde estamos, el lugar lleno de naturaleza pareciendo todo un bosque por cada rincón lleno de áreas verdes, adornando pequeñas luces colgantes y luces solares. Siguiendo mi plan de pasear por el lugar, escribiendo, tomando fotos y recorrerlo mientras tanto, matando el tiempo y disfrutándolo, me dirijo por mi bebida en la tienda del lugar, hasta que algo inesperado me hace latir fuertemente mi corazón y sentir los traicioneros nervios aparecer, pasando al lado del chico con el cual no me había encontrado durante todo el día de hoy y durante las últimas semanas pasadas.
¿Por qué cuando más lo quería ver, menos lo encontraba? Y ahora que deseo que sea lo contrario, resulta siendo incensatamente contradictorio.
Me mantengo neutral, firme a mis palabras, aunque mis sentimientos me esclavizan y mis emociones me condenan. Maldita sea.
Con la cabeza en alto y ocultando mi verdadero sentir mantengo y muestro mi fortaleza actuando como él deseaba, como una completa desconocida la cual no tiene ni el mínimo interés en mirar hacia su lado, pasándolo y siguiendo mi camino de manera fructífera.
Al llegar a sentarme a una pequeña mesa en medio de la naturaleza, dedicándome a beber mi latte de calabaza con caramelo, escucho música mientras reviso mis redes sociales y comienzo a editar algunas fotos que tomé para poder subirlas, preguntándome si con el contenido que estaré compartiendo mi relevancia aumentará, deseando algún día poder tener cierto prestigio y reconocimiento. Acomplejándome el hecho de la popularidad y la aceptación de los perfiles de las personas de nuestra escuela, pareciendo que es como una cierta competencia de hasta falsedad. Una idea fugaz me pasa en mente al observar detenidamente una bella mariposa con una combinación impresionante de colores vívidos detenerse en una rosa blanca, apreciando el momento para ser capturado, en mi caso, con la belleza y el color de las palabras, escribiendo un pequeño poema lleno de inspiración.
Al terminar, me propongo a seguir escribiendo la novela compartida, sintiendo poco a poco sueño, así que al terminar el capítulo me recuesto sobre mis brazos cruzados, ya que Mina y yo decidimos hacer una lista de ideas y conforme a ella, cada una escribiriamos un capítulo. Los sonidos de la naturaleza me relajan tanto que cierro los ojos y dejándome llevar, tomo una pequeña siesta hasta despertar pareciendo pasado del medio día, sintiendo los rayos del sol calarme en el rostro. Me estiro y me levanto agarrando mis cosas, siguiendo con mi recorrido un poco adormilada aunque contenta de sentirme descansada.
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Editado: 01.05.2025