La suavidad de sus labios es impresionante, así como son cálidos, resultando ser una sensación única que jamás había experimentado y al ser sorpresa, me deja paralizada. Su respiración choca con la mía y esos segundos en los que dura nuestro fugaz beso, parecen eternos, todo se detiene hasta que se separa arrepentido, con vergüenza, pidiendo perdón y trabándose en el proceso.
Se hace un gran silencio seguido de una expresión de asombro por parte de los presentes, las sensaciones atraviesan y recorren mi cuerpo mezclándose entre sí, el calor me inunda, y las ganas de llorar con sentimientos encontrados me ganan.
¡Jui me dio mi primer beso! No lo puedo creer, el momento más cliché y especial que esperaba fuera con Dae, me lo terminó dando y robando por accidente otra persona, estando en frente del chico que realmente me gusta.
—¡Perdóname, Jiyu! No fue mi intención, de verdad fue un accidente—repite y repite, no sé qué intentando lograr. Estoy más triste, decepcionada que enojada.
—¡Ese fue mi primer beso!—rompo en llanto al no haber vuelta atrás, sintiendo las lágrimas recorrer mi rostro y el público reaccionando a esta dramática escena.
El juego se ha detenido por completo y el bullicio aumenta, así que lo que hago es levantarme e irme corriendo. Mientras escapo, puedo ver borrosamente por mis lágrimas a Dae en modo estatua, ajeno a lo que sucedió, mientras Mina está sin palabras, igualmente sorprendida en una esquina.
Jui me sigue hasta alejarme del juego, me detiene y yo respondo con agresividad , impulsiva, queriendo quedarme un momento a solas. Necesito mi espacio.
—Estás muy alterada, espérame—intenta calmarme, sujetándome de los hombros, lo que empeora mi estado al verlo tan tranquilo frente a esta situación.
—Acabas de besarme frente al chico que me gusta, y en la noche en que mi mejor amiga se le confesaría. Todo esto es un desastre, ¿entiendes la gravedad del asunto? Me siento estúpidamente patética, ridícula—me sincero completamente, desahogándome mientras más lágrimas caen y caen.
Lloro sin más y él se queda sin palabras un instante antes de intentar consolarme al acercarme.
—¡Suéltame! No me toques, Jui. Quiero estar sola, déjame en paz, por favor—le pido antes de alejarme de su tacto y darme media vuelta, largándome de ahí.
Escucho que suspira fuertemente, molesto.
—Entonces díselo.
—¿Qué?—sus palabras me dejan extrañada.
—Acaba con esa estúpida farsa y deja de cargar ese ridículo peso, Jiyu. Dile a Mina lo que sientes por él y termina con todo esto de una vez por todas, con ese teatrito que han montado, ¿tan difícil es?—su tono es frío, directo como si miles de cuchillos se clavaran en mi espalda, provocándome que me voltee sumamente molesta. Me hierve la sangre y siento esa intensa emoción por primera vez hacia a él.
Camino hasta estar a un paso cerca de su rostro, y él sin retroceder, permanece serio.
—¿Eres consciente de lo que dices? Parece que no entiendes nada por más que has aparentado hacerlo.
—Créeme que sé mejor que nadie cómo te sientes...—baja el tono de voz antes de subirlo de nuevo y seguir: —¿Quién ha estado ahí para ti cuando más lo necesitaste? Cuando tu supuesta "mejor amiga", te hacía de lado por tener ella a su lado a tu "ser amado", al chico del cual estás enamorada desde hace bastante tiempo atrás. Es suficiente, Jiyu. Hay un límite de la generosidad a permitir ser un trapo humano, arrastrado, utilizado y desechado no una, sino más veces—intenta tocarme y lo rechazo en su totalidad.
Sus palabras son duras y tan ciertas que me hacen llorar con rabia, de coraje, que no puedo contradecirlo.
—Me lo merezco por ser una falsa amiga, me merezco todo esto que estoy sintiendo...—mis palabras salen del corazón, sintiéndolo plenamente hasta ver cómo su semblante cambia, extrañado. —Tienes razón, así como me usaron yo también te usé, soy una porquería de amiga que solamente sabe ser un trapo y solamente sabe tratar a los demás así. Solamente sé utilizarlos y exprimirlos egoístamente. Lo siento mucho por todo Jui, ya no te volveré a molestar con este tema, al final, es mi batalla, no la tuya—huyo con todo mi ser de ahí, llorando sin parar y viendo las luces borrosas. Corro sin rumbo fijo, queriendo solamente perderme y desaparecer hasta que todo pase, todo se arregle, todo acabe.
Al quedarme sin aliento, me detengo y lloro sin parar, sintiéndome peor que antes. Me escondo en un rincón oscuro y me quedo ahí hasta sentirme mejor, sacando todas las emociones que siento.
No sé cuánto tiempo pasa exactamente, solamente sé que es lo suficiente para calmarme. Escucho mi celular sonar y veo que es Dae, inevitablemente le contesto y se escucha agitado, preocupado, preguntándome en dónde estoy, parece que estaba buscándome.
Sin contestarle, solamente repitiendo su nombre entre sollozos, logra encontrarme en cuestión de segundos, estando al frente mío cuando apenas me doy cuenta.
—Aquí estás, no es un buen escondite—sonríe fugazmente antes de ponerse en cuclillas frente a mí.
—Tal vez quería que me encontraras—sus palabras me causan gracia. —Y tampoco es que me haya escondido demasiado bien.
Asiente concordando.
#8616 en Novela romántica
#2007 en Chick lit
#4476 en Otros
#790 en Humor
comedia romantica, k-drama y romance, romance escolar drama comedia
Editado: 06.08.2025