Agudizando sentidos

Julio 22 2003

Sentía mi cabeza estallar al abrir la puerta era el cadáver de la madre de la niña, la niña se llama Nohuran, la mire y cerré la puerta detrás de mí, llame a mi madre por la ventana de la cocina, y ella salió la miro casi desfigurada, con una cortada de derecha a izquierda en su garganta pero era lo único que presentaba en su cuerpo y una cuerda en la muñeca izquierda, pensé de inmediato que no era el mismo asesino del caso de mi hermana, o los demás, sabia absolutamente que el asesino era el esposo, La puerta rechino, y Nohuran paralizada con esa impactante imagen, cayó en shock, estaba cansado de todo esto y entre y subí a la pieza de mi madre, había una carta.

 

Baje y le pregunte por ella y dijo nada importante con un tono seco, la escondí en mi bolsillo izquierdo del pantalón y fingí no prestarle atención alguna; Me hacia la ciudad quedaba a 3 horas de mi casa en bus, mientras iba en el bus con una música fúnebre y las interrupciones agraviadas del locutor de radio y otras dos personas más, decidí leer la carta la letra era cursiva y estaba escrita con color rojo, quizás era algo urgente, me preocupaba que fuera algo malo, sentía un vacío en mi estómago, decía así.
 
Junio 28                                                                                                                2003

Señora…

Aunque no tenemos justificación alguna para la muerte de su hija, vecinas y para las 2 niñas desparecidas tenemos un sospechoso, por información de un vecino de la localidad creemos que el asesino es su hijo, le pedimos que lo vigile, tenga mayor precaución, usted puede llegar a ser la próxima víctima de ese psicópata que habita en su casa, además Don Pancho, afirmo que él no quería a Antonella cerca, por eso ella está muerta y en caso tal de que usted sepa de un movimiento extraño de él nos podrá avisar.

Cuente con nuestra ayuda señora mía.                                                                                                                   

Jurisprudencia Catálata  

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Estaba plasmado, mis manos sudaban y sentía frio, me sentía confundido, quería gritar, quería…
Mis pensamientos fueron interrumpidos por el freno del bus, me baje y decidí quedarme en la ciudad para poder despejar mi mente, camine para calmarme, miraba a lo lejos como la noche estaba tan estrellada y oscura, en ese momento me volví un admirador de la belleza de esa belleza que solo conseguimos en lo simple, en esa belleza que ahora es común y corriente… Un admirador de la vida.

Sin darme cuenta eran las 8 y si no estaba mal quizás más, corrí para ver si algún bus o carro iba para mi pueblo, No tenía dinero y no podía llamar a mi madre, no la quería preocupar así que caminaría para intentar avanzar mientras que alguien me llevara, bote la carta para que nadie tuviera siquiera la oportunidad de tocarla, iba tan tranquilo un muchacho me había acercado lo suficiente para poder llegar en una hora a mi casa eran las nueve y cinco, iba bien…Todo iba bien, hasta que un olor nauseabundo se propagaba por un camino angosto, de piedras blancas que brillaban a conjunto de la luz de la luna, decidí ir a mirar, con tal no perdía nada, mis pies tropezaban una y otra vez con esas pequeñas piedras y cuando un viejo árbol impedía ver el deslumbrar de la  luna alce la mirada, como en un pequeño escondite, se encontraba una puerta de metal que brillaba en la turbia noche que entrañaba el árbol, me causaba curiosidad, sentía un vacío, hasta que avance unos cuantos pasos y no aguante el fétido olor que se deprendía de aquel lugar, mis ojos lagrimeaban, y estaba un poco mareado y tenía un dolor de cabeza insoportable, Salí y camine alrededor, al cabo de un rato decidí respirar a bocanadas, entre y sin esperarlo solté el aire y mis pulmones se llenaron del fétido olor que emanaba la pieza, había un cadáver y aun brotaba sangre de sus muñecas, su cuerpo presentaba descomposición, su cráneo estaba roto por la parte superior de una forma artificial, y su mandíbula estaba tirada hacia el lado derecho, y ella se encontraba posada encima de un charco de sangre.



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En el texto hay: sangre, panico, nohuran

Editado: 09.06.2019

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