Águila: Búsqueda Incansable

#5 Noche De Superhéroes

Mansión Ortega, Buenos Aires, Argentina 🇦🇷, 21 horas después

Está cayendo el Sol en Buenos Aires, y en el horizonte deja a su paso una hermosa gama de colores en el atardecer. Alfonso y Elizabeth Ortega están en la Jefatura de Policía contándole todo a la Policía, que recibieron una llamada anónima de los secuestradores amenazando con matar a Kate a menos que acepten venderle la compañía a Antúnez y, por lo tanto, la soltarían. Por desgracia, Antúnez se las ha arreglado para no tener nada que ver en el caso, pese a ser el perpetrador, y aprovechando el ultimátum, baja considerablemente la última oferta que le ha hecho a los Ortega, de 250 millones de dólares, y acaba ofertando únicamente el 20% de esa cantidad. Es por esto que los Ortega, en ausencia de Danny [Quien estaba con Los Renegados en ese momento], no tuvieron más opción que vender la compañía y así fue como recuperaron a Kate. Ella se encuentra viendo el atardecer con su hermano, en este momento. Ya le ha contado todo por lo que pasó, lo que sintió y la alegría de volver a casa, después de estar cautiva durante más de un mes y donde los días se hacían prácticamente interminables y el único contacto con el mundo que tenía era cuando escuchaba y veía las noticias, con una radio y una televisión vieja por cable a las que le dieron acceso. A diferencia de sus padres, Danny no va a trabajar en todo el día y decide pasar todo el tiempo que pueda con su hermana, preocupado por ella y asegurándose de que ella esté a salvo. También le cuenta sobre el traje y lo que secretamente han estado haciendo con Roman. Ambos hermanos están viendo el atardecer en la azotea de su mansión y tomando un poco de licuado de frutas, uno de los postres favoritos de Kate.

—¿Cómo te sientes? —Pregunta Danny—.

—Feliz de estar en casa —Responde Kate—.

—Hay que ser fuerte para no perder la cordura y no quebrarse. Tu te mantuviste íntegra, hermanita —Le felicita Danny—.

—Eso es porque tuve un hermano mayor que me enseñó eso. Gracias por eso —Expresa ella—.

—No hay de qué. Por un lado, también estoy feliz de que estés en casa. Pero por otro lado, siento que todo lo que hice fue vacío. Te busqué por todos lados y de todos modos ibas a aparecer cuando ese maldito lograra quebrar a mis padres para quitarles la compañía. Fue totalmente en vano —Se lamenta Danny—.

—No fue en vano. Estoy impresionada por todo lo que hiciste, de verdad lo estoy —Reafirma ella—. Escucha, me pongo en tu lugar y entiendo como te sientes. Probablemente yo me sentiría igual, si pasara esto. Pero, si tu propósito era encontrarme y atrapar al que nos hizo esto, aún no terminas, entonces —Le motiva—. Aún tienes que encontrar a Antúnez y sacarlo de su nido de ratas.

—No tenemos evidencia en su contra. Es muy bueno limpiando sus huellas —Afirma Danny—.

—Pues eres vigilante ¿verdad? Entonces no tienes que responder ante la ley. Encuéntralo y hazlo pagar. El tiempo hará el resto, tarde o temprano. Siempre es así —Afirma Kate—.

De repente, el celular de Danny suena. Es Tommy quien le está llamando. Tommy, de 18 años, es uno de los nuevos amigos de Danny, es uruguayo y es el superhéroe Overload. Ambos se hicieron amigos, igual que del resto de Los Renegados, durante los sucesos de El As De Picas. Siendo Tommy quien lo llama, Danny acepta la llamada.

—Hola, Tommy —Le saluda Danny—.

—Hola, amigo —Le saluda Tommy de vuelta—. Vi las noticias. Tu hermana está de vuelta ¿eh?

—Si, aquí está conmigo —Afirma Danny—.

—Cuánto me alegro. Oye, se que aún no atrapan al culpable, ¿es verdad? —Pregunta Tommy—.

—Es verdad. Sabemos quién es, pero es un maestro escondiendo sus huellas —Le informa—.

—Bien, entonces cuenta conmigo —Dice con total seguridad—.

—¿De qué hablas?

—Estoy viendo tu mansión en Google Earth. Nos vemos en tu azotea a las 11 de la noche. Acabaremos con esto de una vez por todas —Le asegura—.

—No se te ocurrirá volar hasta aquí ¿O sí? —Cuestiona, incrédulo a lo que Tommy sugiere—.

—Sí, así es. Lo haré. Tu no te diste por vencido conmigo cuando todos los demás lo habían hecho —Haciendo referencia a lo ocurrido en Estados Unidos hace muy pocos días—. Creo que es tiempo de que te regrese el favor. Y no aceptaré un no por respuesta, amigo. Estamos juntos en esto —Le asegura—.

Maldonado, Uruguay 🇺🇾, 2 horas más tarde

Es de noche y Tommy hace una parada antes de volar a Buenos Aires. En este momento se sienta en una banca afuera del hospital y espera a que su amiga Ana salga. Ana, quien es la superheroína Blackbird, tiene 19 años, es muy amiga de Tommy y, a medida que se van conociendo, se están volviendo más cercanos entre ellos. Ella está en la escuela de enfermería y por eso está en el hospital, ya que ella hace sus rondas allí. Ana se lleva una grata sorpresa al ver a Tommy allí afuera esperándola.

—¿Qué haces tú aquí? —Pregunta con una pequeña sonrisa en su rostro que no puede disimular—.

—Estaba esperándote —Responde Tommy, devolviéndole la misma sonrisa—. Necesito tu ayuda.

—¿De qué se trata?

—¿Podemos hablar en otro lado? No te convendría que te vean —Sugiere Tommy—.

—¿A qué te refieres?

—Mírate y mírame. ¿Qué dirían tus compañeros, si a alguien como tú la vieran hablando con un patético y triste perdedor, como yo? No quiero manchar tu imagen.

—Esa ya está manchada. ¿Sabes? Te juro que me dan ganas de golpearte en el rostro, cuando hablas así de ti —Dice muy molesta—.

—Lo siento —Se disculpa Tommy, con voz arrepentida—.




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