Ahí estaré

“Ahí estaré...”

Todos los días al salir de la Universidad del Norte recinto del reino de Carolina localizado en la isla de Puerto Rico, la Princesa de Azul caminaba hacia su palacio.  A travesaba un solitario callejón cual le servia de atajo.  Este estrecho y solitario camino estaba localizado entre una escuela abandonada.  Esa era su rutina de lunes a jueves a las 3 de la tarde.  Siempre cargando en su espalda su mochila color azul, en sus manos su libro de Cálculo 1  y vistiendo un traje largo color azul. Sus pies eran adornados por unas enormes zapatillas del mismo color que su traje.  A pesar de que se ahorraba media hora caminando para su palacio, el callejón era peligroso. En lo que va del mes de marzo, ya habían asesinado a 5 personas en ese camino.  Sus padres le advertían a diario que era peligroso para una princesa caminar sola por esa área. Ella debería aceptar su privilegio de ser transportada en el vehículo oficial del reino, y tuviese escolta armada. Pero no, la princesa de azul quería ser independiente y no aferrarse al protocolo.

"Yo solo quiero una vida normal" siempre protestaba la Princesa de azul. "¿Tú no tienes miedo? Yo no tengo miedo."

A pesar de las advertencias y las malas noticias, la princesa continúo caminando. Un día, mientras se dirigía hacia la universidad a través del callejón, fue testigo accidental de un asesinato. Dos ladrones enmascarados vestidos completamente de negro asesinaron a balazos a un joven que aparentaba tener entre unos 15 a 18 años de edad.  los matones se quitaron sus máscaras y le dispararon 3 veces más a su victima. La princesa gritó y les lanzó sus tacones de cristal. Corriendo descalza como las locas, sin mirar para al frente, tropezó con un zafacón. Los asesinos la alcanzaron apuntándole con sus pistolas. Le dijeron que no era nada personal ni tenía nada en contra de ella, solo no podían dejarla ir. Todo parecía perdido para ella hasta que milagrosamente, como si fuera sacado de película, una espada cayó del cielo entre medio de la princesa y los asesinos. Las armas de ellos quedaron atrapadas en el filo de la misteriosa espada. También, el impacto les causó una leve cortadura en sus manos.

"¿Quién está ahí?" Preguntó uno de los asesinos. Al lado izquierdo, en el techo de la escuela abandonada, se encontraba un hombre que aparentaba ser un príncipe. Tenía traje de príncipe color rojo, un antifaz de color azul, y unos guantes color blanco. El hombre sonrió y les dijo a todos:

"Hi, ¡Mucho gusto!"

Uno de los matones recogió la espada del suelo, tambaleo un poco, y a toda velocidad dirigía la espada hacia el cuello de la chica. El misterioso hombre/príncipe saltó del muro y a una increíble velocidad pateó al criminal y le arrebató la espada. El otro criminal recogió lo que quedaba de su pistola y comenzó a disparar sin pensar. El misterioso príncipe se protegió a él y a la princesa usando la espada. Después que los matones se quedaron sin balas, de un solo movimiento ágil, el misterioso hombre les picó sus cabezas. Guardo su espada, dio un salto hacia el cielo y desapareció tan rápido como llegó.

"¡Espera!"- Exclamó la princesa justo antes de desmayarse. Del cielo comenzaron a caer plumas color blanca.

Media hora después, la policía llegó a la escena y la encontraron recuperando el conocimiento. Le preguntaron qué sucedió y ella mintió diciéndoles que unos hombres intentaron violarla y matarla.  Cuando recuperó el conocimiento, ellos (la policía) se encontraban ahí y los violadores sin cabezas.  El fiscal de distrito llegó a la escena y le ordenó a uno de los oficiales que transportara a la princesa de regreso a su palacio. Ella protestó diciendo que estaba tarde para la universidad e iría caminando como siempre. El señor fiscal estaba en desacuerdo y ordenó a sus oficiales a que la pusieran bajo arresto si era necesario. 

Después de este incidente los planes cambiaron.  Su padre, el señor rey de Carolina, le prohibió terminantemente ir a la universidad caminando. Todos los días era transportada a la universidad en una enorme limusina blindada color azul escoltada por cinco policías. El protocolo era así: Primero, uno de los oficiales entraba a la universidad para investigar el área, Cuatro patrullas armadas velaban el vehículo,  A través del radio, el policía daba la señal de que todo esta en orden,  La princesa se baja de la limusina y 3 oficiales escoltan a la princesa a donde quiera que va. De los tres oficiales, una es mujer quien es la encargada de escoltarla al baño. Así era la nueva rutina de lunes a jueves.

"Esto es absurdo.  Mi padre tiene que calmarse y bajarle tres a tanta sobre protección." – protestó la princesa.

"Es por su bien, su majestad." – le respondió la única fémina en el grupo.



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En el texto hay: misterios y leyendas, magia, angel de la guardia

Editado: 13.03.2018

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