Ahogados ©

5. ¿Traición?

Los mellizos no paran de hablar desesperados, están exaltados y no saben cómo controlarlo, no los culpo ya que yo estoy igual o peor que ellos.

—Pensé que la maldita flor había desaparecido para siempre —dijo Theo apretando sus ojos.

—Obvio que nosotros no tuvimos nada que ver Isaac —dijo Ben de brazos cruzados —¿Ya le preguntaron a Judith? ¿Ella sabe todo lo que está pasando?

Isaac negó lentamente mientras baja su mirada en tono de preocupación —Estamos expuestos de vuelta, y volvimos a ser el blanco de varias personas poderosas... ¡Mierda! —dijo mientras toma asiento y agarra su cabeza.

Me acerque rápidamente hacia él, y le apreté su hombro en forma de consuelo, por más de que yo también estoy muy asustada por toda ésta situación —¿Cómo te enteraste de la noticia?

Pregunté haciendo que todos se cayaran y vieran ansiosos a Isaac esperando por una respuesta.

—Tengo a unos conocidos infiltrados en éstas redes, y como me debían un favor, les pedí información. Y eso me dijeron, que nos tienen en la mira, ya que comenzaron a detectar nuevas ondas que coinciden con la flor. El problema es que aún no saben de donde viene —Isaac apretó su mandíbula —Es por eso que nos están vigilando.

La risa de Trevor lo interrumpió —¿Conocidos infiltrados? Que buen chiste —dijo exagerando su risa aún más —¿Esperabas que te creyera esa mierda que acababas de decir? Conmigo no hermano, di la verdad porque si fueran conocidos infiltrados yo los conocería, además tu padre nunca nos hubiera dejado relacionarnos con personas de otro bando —rascó su nariz y se acomodó en el sillón —Ahora, ¿De dónde sacaste esa información?

Arrugué mi frente y todos nos giramos hacia Isaac, el cual no ha sido capaz de mirarle a la cara.

—Mi madre —dijo haciendo que todos nos quejemos en voz alta. Indignada por su respuesta me alejé de él, y me senté al lado de Theo —Traté de ignorar sus llamadas, y en su insistencia vino a mi departamento. Traté de hacer que se vaya, pero en cuanto escuché la palabra Signum, se me erizaron los vellos de la nuca —asintió lentamente —Al principio no le creí, pero luego me mostró carpetas e información de las nuevas ondas. Trevor, son iguales y aún más fuertes de las que vimos mientras trabajábamos para Nelson —Isaac sacó la carpeta de uno de los cajones y se la lanzó a Trevor. Éste luego de abrirla se puso pálido.

—Quizás lo manipuló con la escusa de acercarse a Lizzie —dijo con el ceño fruncido —Maldita manipuladora. ¿¡En serio le vas a tomar su palabra!?

—Ella tiene gente infiltrada, me contó que luego de todo lo que pasó con Nelson, quizo entrometerse para estar informada y que nos vuelvan a pasar cosas malas —dijo Isaac mirando fijamente el suelo —Es mi madre, yo se cuando miente o cuando dice la verdad, y con Lizzie en mis manos, ella no hablaría de semejante cosa para preocuparnos sin sentido.

Trevor arrojó la carpeta al suelo —Tengo que buscar a Mailen, no está a salvo —caminó de un lado a otro por toda la sala de estar —Hay que irnos, todos. Necesitamos ir a un lugar seguro y no separarnos —apretó su cabeza intentando pensar —Tenemos que avisarle a Judith y ahí pensaremos en algo.

—Te acompaño —dijo Theo yendo hacia Trevor —¿Alguna idea de donde puede estar?

Trevor río sin ganas —¿Me crees capaz de dejar que se vaya sin saber a dónde va? Obvio que lo sé —dijo alzando en alto su celular —Se llama rastreo, ahora vamos... nos vemos en los laboratorios Hamilton.

Isaac asintió lentamente mientras se voltea hacia nosotros —Hay que prepararnos. Niña, ¿Puedes ir por Lizzie? Está en su habitación durmiendo.

Asentí sin decir ni una palabra y fui directo a donde estaba la pequeña, la tomé en mis brazos no sin antes cargar su mochila de algunas cosas. 
Estoy haciendo lo imposible por no quebrarme en dos, la situación me está superando por completo. 
Un día eres libre de preocupaciones y al otro el mundo te aplasta a más no poder. 
En cuanto salí del cuarto tuve un pequeño retorcijón al ver como Isaac y Ben cargan un arma entre sus manos.

—¿Eso siempre estuvo aquí...

—No podía deshacerme de ellas, además nunca supimos si íbamos a estar a salvo todo el tiempo —dijo Isaac al ver mi cara desilusionada —Lo siento niña.

No le conteste, pero no porque estoy enojada, sino porque estoy asustada y nose que hacer. 
El camino al laboratorio fue en un total y pleno silencio, Ben tiene una expresión indescifrable mientras que Isaac no para de mirar por el lente retrovisor. 
Por el momento la calle a esta hora está desierta, aunque eso no quiere decir que nos estén siguiendo o vigilando. 
Me preocupa no ver el auto de Trevor en la entrada del laboratorio, espero que estén bien. 
En cuanto entramos a las instalaciones todos fueron muy gentiles con Isaac, e inmediatamente nos guiaron hacia donde estaba Judith.

—Chicos, hola —dijo con una bata y su rostro todo despabilado. Al notar a Ben y a Lizzie entre mis brazos, su expresión cambió radicalmente —¿Que ocurrió? ¿Están todos bien?

Isaac tomó uno de sus hombros y le pidió que tomara asiento —Mira, hace unas horas nos enteramos de que hay registros de una energía... energía del Signum.

Dejé a Lizzie recostada en uno de los sillones, y me voltee algo extrañada al ver la poca reacción de preocupación en el rostro de Judith. 
En tan sólo unos minutos las puertas se abren de un tirón, y sentí mis piernas temblar en cuanto vi a Mailen cargada en los brazos de Trevor.

—¿Qué fue lo que pasó? —dije sin poder respirar correctamente.

—La encontré así tirada en la calle, creo que le golpearon la cabeza con una roca y puedo notar marcas de torturas —dijo Trevor con la mirada perdida y sus ojos cubierto de lágrimas que desbordan entre sus mejillas.

Judith rápidamente le pidió a Trevor que la llevemos a uno de sus consultorios, y está junto a su equipo la comenzaron a atender rápidamente. 
Isaac no lo dejó entrar a Trevor y lo sostuvo todo el tiempo, tratando de contener el dolor de su amigo. 
Yo no paro de apretar mis manos y llorar en silencio. Me siento culpable por su estado, y no me imagino lo que debe sentir Trevor en éstos momentos. 
Theo y Ben están serios sentados al rededor mío, intentando apaciguar mi preocupación. 
Habrá pasado tan sólo una hora, y aún nadie nos dice nada. 
Espero que todo este bien, y que no sea nada grave. Maldigo la persona que pudo haber sido capaz de cometer semejante daño. 
Estoy comenzando a tener deja vú de cuando mis hermanos estuvieron internados en la misma habitación, y eso me está haciendo sentir mucho peor de lo que ya estoy. 
En cuanto Judith salió de la habitación todos nos pusimos de pie.




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