Ahogados ©

6. Hola de nuevo, viejo hogar

Tom.

Es raro verlo tendido en una camilla tapado con una especie de bolsa hermética, sin pelo, totalmente pálido y conectado a máquinas por todos lados. 
Tiene sus labios secos, y sus ojos se encuentran cerrados, aunque lo más extraño es su expresión... pareciera que sufre, ya que sus cejas están levemente encorvadas.
Tiene una venda que rodea la mitad de su cabeza, y supuse que allí estaba la bala que había acabado con su existencia. Me impresiona ver su pecho subir y bajar lentamente, y más aún al ver como la sangre de mis hermanos entra y sale de su sistema a través de una constante transfusión. 
La habitación está completamente esterilizada, y con una tenue iluminación, lo que hizo que me costara analizar el rostro de Judith. 
En sus ojos busco algún tipo de explicación.

Entiendo que fue el amor de su vida, pero va en contra de todo traelo de vuelta (si es que eso es posible). 
No la culpo de nada, yo en su situación hubiera intentado hacer exactamente lo mismo, aún así no justifica nada, sigue siendo una actitud egoísta. 
¿Pero qué le pides decir? ¿Gritarle? ¿Enojarse? ¿Decirle que lo que está haciendo es una terrible equivocación? Tal vez si haya que decirle eso último, pero ¿Cómo? Si ella misma sabe que hay una posible solución a su sufrimiento, y que puede traer al amor de su vida de vuelta, ¿Ustedes que harían?

—¿Y en el cajón que enterramos? ¿El que lloramos? —dijo Ben alzando una de sus cejas.

—Nunca estuvo allí, yo misma me encargué de traerlo hasta aquí sin que nadie viera nada. Después de haberles curado, tomé la decisión de intentar... —suspiró profundamente mientras toma la mano de Tom —No podía dejarlo, no sabiendo lo injusta que fue su muerte.

Me quedé en silencio viendo el reflejo de extremo dolor en los ojos de Judith. 
A pesar de todo, hay algo que todavía sigue carcomiendo mi cabeza.

—¿Qué hay de Jared? —dije apretando mis labios.

Ella bajó su mirada —Jared... Él rechazó el suero, su cuerpo en vez de sanar, se deterioró más rápido de lo normal —Judith limpió unas lágrimas de sus mejillas —Tom en cambio muestra signos vitales, ayer, comencé a detectar un leve latido. Es bajo, pero es alg...

—Cuando él despierte —Theo lo miró de reojo aún sin creerlo —Si es que despierta, va a vivir un sufrimiento terrible. No sólo por las secuelas que puede llegar a tener, sino que vivirá la pérdida de su hijo —Theo arrugó su frente en total negación.

Judith tuvo la intención de decir algo, pero se quedó callada al borde del llanto.

—No te culpo —dijo Isaac de repente —Lo más desgarrador es perder a una persona importante. ¿A dónde va ese amor tan inmenso? ¿A dónde cuando ocupaba gran parte del corazón? Mierda no solamente del corazón —dijo negando lentamente —Cuando en realidad ocupaba gran parte de tu vida, porque en cualquier lugar en donde miras, la vez a esa persona, y eso te persigue hasta siempre. El recuerdo nunca desaparece, el dolor nunca se va, el único que se queda soportando todo eso eres tú —se cruzó de brazos algo abatido —La única solución que existe es aprender a vivir con ese vacío. Pero tú Judith, encontraste otra solución mucho mejor. Así que no te culpo, porque estoy seguro que en tu situación yo hubiera hecho lo mismo —dijo ésta vez mirándome.

—¿Eso quiere decir que si Mailen se está muriendo puedes usar la sangre para traerla de vuelta? —dijo Trevor llevando su mano al mentón en total preocupación.

—Lo siento Trevor, pero no creo tener suficiente para ella —dijo Judith con sus ojos vidriosos.

Éste asintió lentamente y de reojo pude notar como su cuerpo se tensa a por completo.
En un rápido movimiento golpeó la pared con rabia e ira, y dejó una pequeña marca en el revoque. 
Pude notar una pequeñas gotas de sangre caer por su mano, y como sus ojos celestes se tornaron rojizos, por unas lágrimas que comenzaban a asomarse, al mismo tiempo que maldice varias cosas en susurros. 
Isaac caminó hacia él, y lo tomó del brazo mientras lo saca rápidamente de la habitación. 
Bajé la mirada sin saber como responder a lo que acababa de presenciar, y me volteé hacia mis hermanos.

—Esa sangre de mierda, nos hizo mierda —dijo Theo asintiendo de forma irónica —Y ahora la estás usando para devolverle la vida a alguien más. ¿No pensaste que podríamos ser el blanco de alguien más?

—No, creí que éste lugar podría retener la energía, pero al parecer no fue diseñado para tanto grado de magnetismo —dijo Judith sin soltar la mano de Tom.

Me crucé de brazos en modo pensativa —Y donde crecieron los mellizos, ¿Ese lugar si aguanta? —dije atenta a su respuesta.

—Si, supongo que sí... —dijo alzando una de sus cejas —En ese lugar estaríamos a salvo.

—Hay que volver —dijo Ben sin titubear —En éstos momentos estamos al descubierto, necesitamos desaparecer por un tiempo. Escondernos.

Theo bufó por lo bajo y aplastó su rostro con sus dos manos en total frustración —Me prometí a mí mismo no volver nunca más a ese lugar. Y lo peor de todo es que tienen razón, no conocemos un mejor escondite que ese.

Me encogí de hombros —La vez que nos fuimos por miedo a la policía, resultó ser que nunca descubrieron los laboratorios. Podría decirse que fue algo innecesario haber ido a las cabañas de Tom...

Inmediatamente Judith comenzó a organizar los preparativos para el traslado de Tom y Mailen. 
Ben se ocupó de ir con Lizzie, por las dudas de si la pequeña se había despertado con todos éstos ruidos y gritos, no quiero que se asuste. 
Mientras que Theo me acompañó para hablar con Isaac y Trevor a cerca de nuestra propuesta. 
Nos detuvimos al ver a Trevor sentado en uno de los sillones de espera, con su rostro tapado en ambas manos, mientras que Isaac soba su espalda tratando de consolar, de alguna forma, el dolor que está sintiendo su mejor amigo. 
Alcé mi mano tratando de llamar la atención de Isaac, y éste me no tardó en establecer contacto visual.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.