Aioria De Leo

Capitulo 1 (Cumpleaños De Un León Odiado)

Se supone que un cumpleaños es un evento importante, en donde es tu día especial.

Que te encuentras rodeado de personas que te aman, quieran, aprecian, que al menos eres alguien importante en sus vidas o que te toman en cuenta para los momentos felices y tristes.

Simplemente estar con aquellos que te hagan feliz.

Familia, amigos, compañeros, conocidos…

A veces solo una persona que te acompañe en ese día es suficiente y claro que lo será siempre.

Pero…

¿Qué pasa cuando no tienes a nadie?

Cuando te encuentras por completo solo.

Sin nadie que esté a tu lado.

Que te quieran, toleren, aprecien…

Nada…

A veces puedes estar rodeado de personas, pero eso no quiere decir que sea algo bueno…

Al contrario es malo y cruel, que solo se la pasen todo el tiempo, insultándote, mofándose de ti, burlándose de tu desgracia.

Haciendo comentarios tan hirientes para hacer que desistas de tus sueños.

Diciéndote mil y una vez que sin importar lo que hagas, tendrás el castigo del pecado que no cometiste.

Han pasados algunos meses… Y sigues sufriendo.

Pues nadie te brinda una mano amiga, y los que no te insultan, son indiferentes a ti, como si no existieras.

Puede por que no desean meterse en problemas, tampoco ser blancos de palabras acidas por tan solo tratar bien al hermano del traidor.

Esto ha tenido que estar soportar el pobre de Aioria, con solo siete años, bueno… Ocho…

Siendo el día de su cumpleaños, no esperaba nada… Pues la ilusión se le había agotado.

Todos los días eran igual…

Dirigir sus pasos para entrenar y aquellos que alguna vez fueron amables con él, sus amigos, o que al menos las burlas eran para divertirse, sin tanta mala intención.

Ahora era todo lo contrario, nadie lo quiere cerca, sus miradas de odio o desprecio las podía sentir, sofocan su corazón.

Quiere ser fuerte, demostrarles que no será como su hermano.

Aun que se negaba al principio en creer que su hermano fuera un traidor, todos se han dedicado a hacerle ver lo obvio.

No existía consuelo con nadie.

Y quienes no lo juzgaron, bueno… Pensaba que tendría consuelo con alguno de sus contemporáneos, sin embargo Aries se había ido, y visto igual de mal como Sagitario, sin embargo aún era alguien importante por sus conocimientos de reparador de armadura, otros se habían ido a diferentes puntos a entrenar y cuando volvían, preferían igual ignorarlo.

No serian malos con él, pero con su indiferencia también lo lastiman.

Jamás olvidara las burlas de Milo y Death Mask.

-Aioria, serás igual de traidor que tu hermano-

-Creí que Aioros era alguien bueno, pero todo fue un engaño-

Y con esto las risas que se forman día con día…

Las piedras que arrojan contra él, por llevar la sangre del supuesto “Traidor”.

Aquel que cometió un pecado contra el santuario, el patriarca y la misma Atena, según las palabras del representante de esta Diosa en la tierra.

Produjo en el joven corazón del cachorro de León, un odio… Uno que solo es dedicado a su propio hermano.

Pues lo había dejado solo, cometió los actos de que todos lo tachan, sin siquiera importarle que su hermanito tendría que pagar por ellos.

El día de su aniversario de vida llego, y nada fue diferente.

Bueno, si… Si hubo algo diferente…

Creyó que era un acto de bondad, uno en donde recordarían que al menos es su cumpleaños y no deberían tratarlo tan mal, pero…

No se dio cuenta que todo era una trampa.

El pequeño Escorpio, le sonrió… Dedicándole una felicitación y que tiene un regalo para él.

-Solo cierra tus ojos- Le indico con aquella sonrisa, que parecía bien intencionada.

-Si- Alguien que solo había recibido maltrato últimamente, claro que se aferraría a un gesto de bondad, creyendo que tal vez por este día, todo sería diferente.

Más… Lo que recibe no era nada agradable.

Podría ser solo una simple broma entre niños, pero… Nadie merece que le ensucien de esa forma.

Entre las manos del peli cerúleo un plato de plástico que se encuentra repleto de lodo y algunas otras cosas que bien se podría saber por el olor.

Embarrar al castaño claro, en su cabello y rostro.

Y las burlas de nuevo, de todos los allí presentes.

Aunque otros solo miran y negaran con la cabeza, no le parece del todo bien esto, pero… ¿Qué pueden hacer?

No dañaran su imagen por alguien que es el hermano del traidor.

-Ja, ja, ja, que idiota eres Aioria, ¿Creíste que de verdad te daría un regalo?- Dejo caer el plato al suelo, con la burla de lo que ha hecho.

La cara del griego, sucia por lo que le han arrojado, todo siempre será así.

Nada cambiará, ni siquiera en este día.

De inmediato llevando sus manos a su rostro para limpiarse, pero no podía hacerlo del todo bien, sin seguir ensuciándose.

Y con todas las risas que resuenan en sus oídos, combinado con insultos, fue lo que basto para hacerlo salir de sus cabales.

Las lágrimas surcan por sus mejillas sucias, pero… No dejara pasar esto, no le importa meterse en problemas.

Sin pensarlo más, se arroja contra Milo, para darle su merecido, los puños de ambos son suficientes para infringirse dolor el uno al oro.

-¡¡¡¿QUÉ FUE LO QUE YO TE HICE?!!!- Pregunta con desesperación, mientras intenta darle su merecido, conectando algunos golpes al rostro del otro.

Quiere respuestas… ¿Cuál fue su pecado cometido?

Pero no la encuentra, pues… En efecto nadie, le dirá que hizo mal… Pues no lo ha hecho.

Solo es… Por llevar la misma sangre de Aioros, algo que no puede cambiar.

La pelea fue detenida por Shura, intentando ser alguien objetivó, aunque no pudiera ver a la cara al León dorado, reconocía que aunque hizo lo que debía… Causo mucho daño en ese pequeño.

Pero igual que todos… No le dedicara ni una sola palabra de consuelo.

Nadie lo hacía, ni lo haría…




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.