No sé qué tan corrompido se encuentra mi juicio. Necesito con urgencia un respiro. ¿Puedes dármelo?
Necesito sacar de mi mente lo que no soy capaz de decirte cuando te veo a los ojos, cuando estas frente a mí. Debo sincerarme y desnudar mi alma para poder descansar.
Tengo demasiado miedo, miedos que me aprisionan y me llevan a la horca. Es una de las principales razones por la cual nunca me atreví a decir algo, incluso cuando era el momento adecuado. Posiblemente sea a causa de pensar en que me abandonasen, es un miedo que asumí sin más ni menos, al pensar que, tras decirte todo rompería tu corazón y no me volvieras a amar, y te marcharías sin siquiera mirar atrás; y que, como muchos otros me gritases “¡traidora!”.
Ya no puedo con esto, me siento cansada, exhausta. Me he quedado sin aire a causa de la asfixia. Necesito con urgencia estar a solas conmigo misma y sentirme real, quitarme la máscara. Creer que el amor propio que intente construir es sincero….
Sin embargo, cuando cae la noche y las luces de mi habitación se han apagado dejándome perpleja ante la oscuridad, me cuestiono innumerables veces "¿Por qué hago todo esto ahora?" "¿Por qué no hable antes?", mi conclusión es solo una: "necesito que lo sepan, aunque sea demasiado tarde, mi cuerpo no irá a la tumba con este secreto, con tantos rencores, con culpas". Por ello, he decidido tirar los muros que construí para protegerme, he decidido contar la verdad.
¿Te mentí? Oh, cariño, lo haría una vez más si lo negase justo ahora. Lo hice. Te mentí cada que me era posible, cada que lo veía necesario, cada que deseaba obtener algo a cambio. Mentí tantas veces creyendo que era el camino correcto, pensando que te estaba protegiendo.
Te he escrito una, dos, tres, miles de cartas.
Un solo favor, no realices un juicio precipitado. Te invito a desnudar todos y cada uno de los siguientes pasajes. Y una vez que tengas todo, armarás tu posible conclusión. Sé que te harás infinitas preguntas, y querrás respuestas a ellas: puede que las encuentres. Aunque puede también que tengas acceso a una sola respuesta y debas escoger sabiamente su respectiva pregunta.
Da igual ahora todo, dejará de importar conforme leas el contenido de cada carta; lo sabrás eventualmente. Las fechas encajarán y el rompecabezas se completará.
No voy a ser la única persona que tenga que soportar y lidiar con el desgaste mental que mis confesiones y sus secretos me han traído. No voy a ser la única que se hunda y deba morir injustamente al proteger lo que amo de falsos ángeles, mi suicidio será su penitencia.
No admitiré ante los que me rodean, cuán débil me siento. Seguiré actuando y fingiendo que soy más fuerte que una bomba…
Así que, amable lector, te dejo mis cartas. Yo me iré, ojalá al menos no sea tan lamentable la forma en que morí.
Posdata: hay solo un par de cartas que entregué y tienen respuesta, otras nunca fueron enviadas.