Al final del arcoirís [001]

JESSICA:

  Significaste mucho en mi vida. Hasta la fecha te estimo muchísimo y en parte te debo el haber aceptado quién soy. Me ayudaste y estuviste presente en cada momento, cuando te necesite... Pese a todo, inclusive a la distancia, los miles de kilómetros y el enorme océano que nos separa, aprendí mucho de ti… Me perdí en tus hermosos ojos.

  Hace poco estuve leyendo nuestras viejas conversaciones… La nostalgia me visito. Me trajeron buenos recuerdos, así como desbloquee aquellos atrapados en una línea del tiempo, aquellos que eran poco gratos. Siempre te contaba lo que ocurría y esa es la evidencia más real que he encontrado.

  Estoy en deuda contigo... ¿Fue lindo también para ti el tiempo que compartimos juntas? 
Me pregunto "con qué me relacionas cuándo piensas en mí, acaso ¿te viene un buen recuerdo o me piensas con aquellas que fueron nuestras canciones.?"

  A veces pienso irremediablemente qué sería de nosotras, pero no tiene caso, lo que fue ya está.
Gracias al menos por darme la oportunidad de conocer una parte de ti.

  Sí, pienso más de la cuenta y de lo necesario.

  Fue poco convencional y extraña la manera en la que una llego a la vida de la otra… 
Fue la primera vez que le mentí a él. Hubiese querido retroceder el tiempo, si hablarle con la verdad cambiaría nuestra relación, pero dudo que haya sido muy diferente al presente.

  Mentir, en eso se basó todo. Aunque lo disfrute como nadie imagina. Fue una liberación enorme de adrenalina. Eso me ayudo a soportar.

  Jamás imagine que el amor que sentía por ellos fuera un factor determinante en nuestro noviazgo.

  Aquel chat al que entre por simple curiosidad tras mirar el enlace en Facebook. La dinámica era simple: un chat de idols donde interpretabas a uno. La bella imagen que te entrega el k-pop para seguir consumiendo y olvidar las atrocidades que realizan. 

   Im Yu Gyeom, era tu personaje, el mío era Shin Tae Lee. Una bella amistad nació entre nuestros personajes y la confianza entre nuestros ussers era genuina. Recuerdo vagamente los nombres de las chicas: Heidi, Anna, Sandra, Ángela, y alguien que se volvió una bomba: Anastasia.

 Los meses de ausencia por parte tuya se me hicieron eternos, no pasaba inadvertido el tiempo. Tardaste. Pero siempre te recibí con los brazos abiertos. Y hablábamos hasta por los codos. 

  La diferencia de horario pocas veces fue un obstáculo. ¿La distancia? La rompimos y la rompemos cada que nos enviamos un texto.

  Jessy, yo seguiré diciendo que eres quién me transformo, quién me enseño infinidad de cosas. Por ello, no importa quién venga a señar que eres falsa, siempre defiendo el recuerdo que tu persona me dejo. Que alguien se burle de lo que tuvimos es motivo de pelea, es un insulto a mi persona, un insulto a ti y eso no lo pienso tolerar. 
Me da curiosidad saber si hacías eso por mí, pero lo dudo, nadie de tu círculo social conocía la existencia de esta chiquilla, creo.

  Estoy a mes y medio de mi mayoría de edad, ¿qué edad tenía en aquel entonces? ¿16 años? ¿o estaba a punto de cumplirlos? Enero del 2017.

  En la llamada de hace unos días, me dijiste el año en que nos conocimos, pero por mi mala memoria lo he olvidado, lo siento. Fue por aquel entonces que un celular fue a dar a mis manos. Mismo del que comenzamos a hablar. Él nunca lo supo, hasta después, por un descuido de parte de mi hermana, sinceramente la odie. Triunfante, me di cuenta que si quería y era mi voluntad actuaría frente a sus caras y no se darían cuenta si yo no lo deseaba.

  Lo único que retiene mi mente sobre aquel chat grupal es la energía que desprendía. Era muy alegre y cálido. Los miembros se llevaban bien y puede que unas pequeñas e insignificantes peleas hayan sido entre las hermanas Heidi y Ángela. Mi memoria no da para más y es lo único que recuerdo.

  Nuestro chat personal se basaba en constantes bromas de tu parte, bromas que adoraba y me ponían alegre sacándome miles de risas. 

  He de admitir que entrar a la preparatoria me aterraba demasiado. Las materias, mis posibles compañeros, los maestros y el hecho de que me deje guiar un poco por los comentarios que escuchaba o me decían. Conocí muchas personalidades, mismas que me daban miedo.
Te cuento esto porque realmente no sé cómo o nunca supe como sobrellevar este pesar, y confió a ciegas en ti.

  Realmente había muchas chicas, unas demasiado hermosas, algunas fresas, presuntuosas, orgullosas y demasiado presumidas o altaneras, lo mismo con los chicos. Yo no encajaba en ese lugar. No sabía dónde sentarme de hecho. Y fue en la fila a ventanillas que orientando a una de ellas hice mis “primeras amistades”. Y aún así yo me la pasaba en el celular, hablando contigo, con las chicas. Sentía que mi mundo giraba alrededor de ti, como la tierra al sol. 

  Una vez que la confianza era fuerte, comenzamos a hablar sobre nosotras. Porque déjame decirte que en nuestro chat seguíamos interpretando idols, no salíamos de personaje, sino hasta dos meses después.

  Me decían que era peligroso hablar con las personas que conocías por internet, sobre todo lo hizo y sigue haciendo quien se volvió mi mejor amiga. La verdad me daba igual, conocía el peligro, pero prefería ignorarlo.

  Jessy, quizá hoy día nuestra comunicación es una o dos veces al mes, con un intercambio de saludos y conocer el bienestar de la otra. Pero esta bien así. Estoy bien con ello, porque sé que no te irás para siempre.

  Admito que extraño despertarme en plena madrugada solo para darte los buenos días, saludarte y después de ello continuar mi sueño hasta entrar a la escuela y por las tardes hablar un poco, hasta que te daba media noche. Esa era “nuestra rutina”. Extraño hablar contigo, también te extraño a ti…

 La distancia entre nosotras es enorme, y nos separa también el océano infinito. ¿Piensas que es tonto esperar a verte algún día? 
Siempre soñé con viajar hasta donde tú, me gusta tu acento, me gustaba escuchar tu voz. Jess, me gustaban muchas cosas.