Ajaw, el brujo más poderoso

—Insisto en que el camino es muy largo para llegar a ese salón.—Edith seguía quejándose pues habían caminado mucho siguiendo a la directora.

—No se preocupe señorita, hemos llegado.—Con alegría en su voz comunicaba el éxito a las cinco chicas.—Aquí es el lugar del encuentro.

—¿Aquí es?—Continuaba con los reproches Edith.—Pero aquí no hay nada, esto no es un salón es… ¿un parque?

—Pues no hay juegos ni nada, creo que esto es más como un terreno baldío. ¿En verdad esto es parte de la escuela?—Angy se unía a las quejas sobre el lugar donde se encontraban.

—Si, esto es parte de la escuela. Es el lugar más lejano y escondido al que las pude traer.

El terreno era un lugar con pasto, hierba alta y muchos árboles que la cubrían. Además de piedras y muchos insectos no había algo más con lo que pudieran trabajar. Tanto misterio y estar en un lugar así comenzó a llenar de dudas la mente de las chicas. Se sintieron en peligro un momento pues la directora había actuado muy sospechosa. Pensaban en reclamarle pero su voz las interrumpió.

—Muy bien ya estamos aquí, sé que nos observas, ellas son las mejores alumnas que recibimos este año. Por favor no las trates mal y considera mi deuda pagada contigo.

Las cinco chicas estaban desconcertadas por lo que escuchaban y comenzaban a temer por ellas.

No lograban ver a ninguna persona pero la directora hablaba como si en verdad alguien estuviera ahí parado, observandolas.

—Bueno chicas las dejo con su maestro ¡Suerte en el curso!

Esas fueron sus últimas palabras antes de desaparecer a gran velocidad de ahí. Las jóvenes nerviosas no pudieron hacer más que observar.

—¿A quién le hablaría?—preguntaba Edith rompiendo el silencio.—¿Acaso ese árbol nos va a entrenar? Yo no veo a nadie más ahí.

—Si hay alguien.—Corrigió Luz.—Hay una presencia oculta ahí, se siente pesada, poderosa y muy siniestra.—Cerró sus ojos para intentar concentrarse mejor.—Tiene una naturaleza muy extraña, no logro identificar con precisión qué tipo de ser es. Su aura es muy notoria y su energía, ni se diga, es muy poderosa.

—¿Enserio puedes sentir todo eso?—Mona estaba muy sorprendida por la información que proporcionó su compañera.

—Tú también podrías si quisieras.—Le respondió con una sonrisa y con una voz muy atenta.—Al inicio debes cerrar tus ojos para que no te distraigan y tu mente se pueda conectar con tu intuición. Imagina un punto en ese árbol y trata de dirigirte ahí, sentirás algo inmediatamente.

Mona hizo paso a paso y con mucha dedicación lo que su compañera le recomendaba para sentir la presencia. Era como si una linterna guiara su camino en la oscuridad que existe cuando cerramos los ojos. Se enfocó en el árbol que ahí había y al subir a las ramas efectivamente vió la presencia de alguien en ellas. Trató de resistir lo más que pudo pero era algo difícil de observar, una energía muy densa que provocaba malestar al verla. Su cuerpo se paralizó al sentir la energía que emanaba de lo que ahora le parecía un escalofriante ser. Después de unos segundos abrió los ojos y puso una expresión de temor en su rostro.

—¡Es verdad, hay alguien ahí!

—Pero te ves asustada, ¿qué pudiste ver?—Preguntó su hermana consumiéndose por el temor que veía en ella.

—No se qué es, solo te puedo decir que es alguien muy poderoso e intimidante que no me gustaría hacer enojar. ¿De verdad alguien así nos va a entrenar?

—¿Quién eres?—Edith preguntaba un poco desafiante pero igual de temerosa que sus compañeras.—Sal de ahí y déjanos conocerte, nos han dicho que tú serás nuestro maestro. Estamos aquí para aprender.

Las chicas estaban muy nerviosas e impacientes por lo que se ocultaba en la cima del árbol, el silencio las estaba matando pero escucharon el ruido que menos esperaban con el que se tranquilizaron un poco. De la copa del árbol se escucharon aplausos muy lentos pero fuertes y no sabían a qué se debían.

—Lo hicieron muy bien con esa lectura energética para saber que yo estaba aquí.—Continuaba aplaudiendo aún sin salir de ahí.—Parece que sí tienen un poco de talento después de todo.

Al escuchar la voz, el grupo dirigió aún más su atención pues querían saber más de esa persona.

Por sus cabezas pasaron mil rostros y formas diferentes que le daban a ese ser por las características que habían escuchado en la lectura energética. Desde un brujo con su capucha negra, con un rostro macabro debajo de ella. Hasta un ser deforme que se alimentaba de almas y cuerpos humanos. Pero ninguna de esas suposiciones se acercó a la naturaleza real de esa persona.

—Hola, estoy aquí.—La voz que previamente escucharon en el árbol se había trasladado más cerca de ellas sin que pudieran darse cuenta del momento exacto de ese movimiento. La voz estaba justo a sus espaldas, más cerca de lo que podían imaginar.

El grupo se quedó paralizado un momento en el que imaginaron muchas cosas. Ninguna de las alumnas se atrevía a voltear directamente para corroborar la nueva posición de su voz. Sus ojos se hicieron grandes y sus pupilas se dilataron, además pasaban saliva de la impresión.

—Entonces ustedes serán mis nuevas discípulas, creo que nos divertiremos mucho.

Con estas nuevas palabras voltearon una a una para reunirse visualmente con la persona que les hablaba. Conforme iban volteando se sorprendían aún más al ver que no era nada a lo que se habían imaginado.

—Mi nombre es Ajaw, un gusto conocerlas.—Ahora podían ver claramente al dueño de la voz. Era un hombre que se veía muy joven, como de unos 28 años de edad, su cabello color negro no era largo y tenía un corte moderno muy corto en el entorno y con los cabellos parados en el centro. Su complexión era delgada y su altura era de 1.77 metros. Su piel morena clara con rasgos muy finos pero sobre todo carismáticos. Sus ojos eran pequeños, de color miel que mostraban una gran inteligencia, sabiduría y poder. Estaba vestido con una sudadera color negra con un símbolo verde en su pecho, un pantalón morado con un corte entallado y zapatos grises.