Luchando por separado

—Mona querida. Me da mucho gusto que estés aquí.—La directora del instituto saludaba muy cortés a la discipula de Ajaw que recibía en su oficina.—Me alegro que hayas recibido mi mensaje y estés aquí reuniéndote conmigo.

—Siento mucho mi mala educación pero no estoy aquí por placer.—Estaba muy seria como un invitado que asiste a una fiesta solo por el compromiso.—Estos días he estado muy dispersa, siento que me hace falta entrenamiento y por más que recuerde las lecciones con mi maestro, el espacio y mi disposición no han sido suficientes.

—No tienes porque sentirte mal. Este espacio fue creado precisamente para eso. El entrenamiento y pulir los dones espirituales son nuestro propósito como instituto.—Estaba muy amable y atenta, incluso su voz parecía un poco forzada a alcanzar estos tonos de amabilidad. Algo deseaba sacar de este comportamiento hacia la joven bruja.

—Entonces. ¿Puedo venir a entrenar sin ningún problema?—Sin ningún problema y sin ninguna demora tampoco. Puedes usar el espacio, las clases, las herramientas, nuestro conocimiento y todo lo que desees inmediatamente. Siempre serás bienvenida aquí.

—Muchas gracias por su bienvenida y por permitirme entrenar. Le prometo no causar molestias ni interferir con los demás alumnos.

Mona estaba lista para irse de ahí después de haber dado las gracias pero fue interrumpida por la directora quien intentaba seguir conversando.

—Eso no es problema, al contrario, sería muy bueno que esos alumnos aprendieran algo de ti. Después de todo, no todos los días aparece en el instituto alguien que estuvo con Ajaw.
—Le agradezco mucho sus palabras.—dió la media vuelta para intentar seguir con su camino.—pero como le dije, no pienso relacionarme con los alumnos ni con nadie.

—Y si te dijera que yo te puedo ayudar más de lo que crees ¿Qué me dirías?

Steysi intentó retener nuevamente a Mona. La profecía sobre su muerte le había cambiado mucho la mentalidad. Sabía que esas chicas tenían un gran nivel por eso tenía miedo que aquello se cumpliera. Había pensado varias estrategias y llegó a la conclusión que tenerlas cerca y se aliadas sería lo mejor.

—No te voy a negar que me siento preocupada por otra invasión.—Bebió un poco de su copa de vino.—Esta vez me estoy preparando de la mejor manera y el hecho de que tú entrenes es un plus muy bueno.—Se quedó en silencio un momento para seguir formulando su idea.—Pero me temo que esta vez no pueda ser suficiente… sin Ajaw como refuerzo.

—Vaya al punto por favor. No tengo tiempo que perder.

—Quiero entrenarte yo misma.—Dijo Steysi sin rodeos.—Enseñarte hechizos más avanzados a cambio de que luches de nuestro lado.

Mona se sorprendió con aquella propuesta. Ahora no solo sería una discípula de Ajaw, tenía la oportunidad de aprender algo de la directora quien también era considerada una leyenda. Sabía que entrenar sola era solo repasar lo que su maestro le enseñó, pero con ella tenía la oportunidad de aprender cosas nuevas, quizá un tipo de magia que le ayudara a vengarse de Selt y de superar a sus compañeras, principalmente a Edith que se había cambiado de bando y era muy probable que la enfrentara.
Lo consideró por varios segundos en silencio, meditó todas las opciones y entendió que era una buena opción.

—¿Qué tipo de entrenamiento sería?—Cuestionó para conocer más sobre las intenciones de Steysi.

—Velo por ti misma… acompáñame.

La directora se acercó a la pared que estaba muy cerca de su escritorio. Ahí había un cuadro en forma de círculo. Era de color amarillo y tenía varios símbolos.
Se acercó, colocó sus ojos muy cerca y dijo “liberus”
El cuadro sacó un par de brazos con los que tocó a la directora, sacó de ella un poco de su energía para leerla. Era un filtro de seguridad ya que solo se activaría con ese método.
Al salir afirmativa la prueba, el cuadro comenzó a expandirse hasta quedar del tamaño de una puerta, después desapareció todo su relleno y así se abría paso a una habitación que estaba escondida ahí.
Mona se sorprendió pero no se detuvo, avanzó cuando la directora se lo pidió.
Ambas brujas entraron al cuarto secreto. Era uno sin ventanas pero la iluminación era abundante debido a que el techo tenía una simulación de la luna, una muy brillante y hermosa. Además había varias velas de diversos colores levitando por la habitación.
A simple vista el lugar era pequeño, pero se hacía más y más grande conforme avanzaban. En los largos pasillos había muchas mesas y vitrinas, en todas ellas objetos mágicos y misterios.
La decoración también era compuesta por armaduras de caballeros, cada una con un escudo muy grande que las protegía.
Las brujas siguieron caminando hasta que llegaron a un gran estante con libros y pociones.

—La magia ha existido desde hace mucho tiempo.—comenzó a hablar Steysi.—Muchos creen que nosotros tenemos la magia, pero no es así, es algo que ha existido, una energía potente que varias especies han aprendido a usar.

La directora se dió cuenta que había captado completamente la atención de la discípula. Todo lo que ahí había le cautivó. Era un punto fuerte para ella y su plan.

—Los primeros magos no fuimos los humanos.—caminó hacia los libros para tocarlos con sus dedos.—Fueron los espíritus, ellos dominaron esa energía que llamamos magia. Después vinieron otros como los elementales o los Grods.—Siguió recorriendo los libros con su dedo.—pero los humanos fuimos los más afortunados, la magia nos aceptó sin pedirnos nada. A los demás, aunque sus vidas son más largas, les pidió un sacrificio por usarla. Por nosotros fluye contenta, en una gran sincronía.

Mona estaba poniendo bastante atención a lo que la, directora Steysi le estaba diciendo. No entendía del todo pero sabia que venía algo interesante de todo eso. Esperaba pacientemente por saber qué seguía.

—Después los brujos se dieron cuenta que había varios tipos de energía fluyendo en este mundo.—Aqui la miró a los ojos, con su rostro serio daba un poco de miedo.—Hay dos principales, una que se forma con la vida y todo lo que representa; los cuatro elementos, las emociones, las plantas, es la más noble de usar.—Se acercó a Mona para agarrarle los hombros.—La otra es la que viene de la muerte, de todo lo que se esfuma de este mundo y se transforma en energía. Esa que se combina con el mundo de los muertos y entra una y otra vez por ambos mundos, la denominada magia oscura…