Mierda.
Lo hice de nuevo.
Es como si todo lo que toco se volviera una desgracia monumental. No importa lo que intente, cómo lo intente, siempre termino arruinándolo.
¿Qué mierda debo hacer?
¿Qué mierda esperan de mí?
Porque ya no entiendo nada. Parece que todo lo que hago es insignificante, una verdadera mierda. Y lo peor es que ni siquiera me sorprende. Cagarla ya se ha vuelto una costumbre.
Pienso en todas las veces que lo he intentado, en todas las veces que dije: "Esta vez será diferente". Y adivina qué, nunca lo es.
Al final, siempre termino en el mismo lugar, mirando el desastre que dejé a mi paso. Es como si hubiera nacido para fallar, como si estuviera programada para hacer las cosas mal. Y lo peor de todo es que no sé por qué sigo intentando.
¿Para qué?
Si todo va a ser una mierda igual.
Me da risa, una risa amarga, porque es ridículo. Me pregunto si realmente soy tan mierda, si soy incapaz de hacer algo bien, o si simplemente no estoy hecho para este mundo. La vida parece avanzar para todos los demás, mientras yo sigo atrapada en autodestruirme.
Cada decisión que tomo, cada paso que doy, solo me lleva a más fracaso. Y no es que no lo vea venir, lo veo, lo siento, pero no sé cómo evitarlo.
Es como si estuviera atrapada en un espiral que me arrastra más... y más... y más abajo,
y ni siquiera sé si tengo ganas de salir. ¿Qué mierda debería sentir? Porque honestamente, no sé si debería estar enojada, triste, o simplemente resignada. He perdido la cuenta de las veces que me dije que las cosas iban a mejorar, que eventualmente encontraría la forma de hacer algo bien. Pero ya ni siquiera me creo mis propias mentiras.
Todo lo que hice hasta ahora parece insignificante. No tiene peso, no tiene valor.
¿De qué sirve todo esto si no soy capaz de hacer algo que valga la pena?
Me pregunto si hay un propósito para esta existencia que parece una broma de mal gusto. O tal vez simplemente soy yo,
el problema soy yo,
y el mundo está bien tal como es. Tal vez soy yo la que está hecha una mierda.
Mierda, la cagué otra vez. Y esta vez ni siquiera puedo fingir que me importa. No es novedad, ya es casi automático. Cagarla es como respirar para mí. Lo hago sin esfuerzo, sin siquiera pensarlo.
Cuando trato de dar marcha atrás, ya es demasiado tarde. Mierda tras mierda, apilándose una sobre otra hasta que todo se derrumba. Y aquí estoy, riéndome de lo patético que es todo.
Me pregunto qué mierda esperan de mí.
¿Quieren que me levante, que siga adelante como si nada?
¿Quieren que actúe como si todavía tuviera alguna esperanza de no arruinarlo todo?
Porque, sinceramente, no sé si tengo algo más que dar. Tal vez ya di todo lo que tenía, y eso no fue suficiente. Quizás lo que soy simplemente no es suficiente, y eso es todo.
Mierda.
¿Qué más da?
Supongo que seguiré tropezando en esta rutina de fracasos. Ya no importa… al fin y al cabo, todo es una mierda…
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desahogo mental y emocional, miedos sin fin, quiero ser normal
Editado: 16.11.2024