No me entiendo en absoluto.
Es como si viviera atrapada en un constante vaivén entre tratar de comprender quién soy y perderme por completo en el proceso. Lo intenté tantas veces, buscando respuestas, intentando descifrar qué pasa conmigo.
A veces creo que estoy a punto de lograrlo, de entenderme, de encontrar ese punto de equilibrio. Pero justo cuando parece que todo encaja, me entra otra duda, como una pequeña grieta que se extiende hasta romperlo todo. Y todo se va por la borda, otra vez.
Es frustrante. Siento que, cada vez que estoy cerca de comprender algo sobre mí, un pensamiento intrusivo, un miedo, aparece de la nada y destruye cualquier avance que haya hecho.
Entonces, entro en este estado extraño, como si algo dentro de mí se apagara. No sé cómo describirlo, es como si dejara de sentir, como si nada realmente importara. Empiezo a hacer cosas sin sentido, decisiones impulsivas que no llevan a ninguna parte, pero en ese momento, me parece que todo está bien.
De alguna manera, es hasta divertido.
De repente, me siento invencible, como si nada ni nadie pudiera detenerme. Es casi ridículo. Me creo la reina del mundo, y no puedo evitar reírme
Que absurdo que suena.
Es una sensación extraña, porque en esos momentos, me da igual todo. Las dudas, las inseguridades, el miedo… todo desaparece, aunque sea por un rato.
No me importa lo que piensen los demás, no me importa si lo que estoy haciendo tiene sentido o si me llevará a alguna parte. Solo me dejo llevar por la corriente, sin detenerme a pensar en las consecuencias.
me detengo y me pregunto qué pasa conmigo.
Soy una espectadora de mi propia vida, viendo cómo todo se desarrolla a mi alrededor sin poder involucrarme verdaderamente.
Y sí, sé que es peligroso, sé que no es normal sentirse así, pero en el momento, es tan liberador.
Me olvido de todo, de la presión de tener que entenderme, de la necesidad de encontrar un propósito. Es como si, por un breve instante, pudiera escapar de mí misma y convertirme en alguien diferente.
Alguien que no se preocupa por las dudas, que no se ahoga en sus propios pensamientos. Me río, porque en esos momentos, me siento poderosa. Es como si estuviera jugando un juego en el que solo yo conozco las reglas.
Pero luego, cuando la euforia desaparece, vuelve el vacío. Me encuentro preguntándome qué estoy haciendo, qué sentido tiene todo esto. Es entonces cuando las dudas regresan, más fuertes que antes.
Y me pregunto si tal vez hay algo realmente mal conmigo, si todo esto es solo una gran señal de que necesito ayuda. A veces pienso que debería internarme, que tal vez en un lugar donde todo esté controlado, donde no pueda seguirme saboteando, podría encontrar un poco de paz.
Pero luego me río de nuevo, porque suena tan dramático, tan fuera de lugar. Y vuelvo a mi ciclo.
A mi juego constante de perderme y encontrarme, de sentirme invencible y luego completamente perdida. No sé si alguna vez lograré entenderme, si alguna vez dejaré de dudar de todo lo que soy y de lo que hago.
Pero mientras tanto, sigo adelante, actuando como si nada importara, como si pudiera controlar esta montaña rusa que es mi mente.
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desahogo mental y emocional, miedos sin fin, quiero ser normal
Editado: 16.11.2024