Al borde del colapso.

Hipócrita

No puedo más, no puedo seguir aguantando todo esto.

De verdad, me enoja como nunca antes me había sentido.

¿Cómo es posible que esta persona, a la que le di tantas oportunidades, a la que perdoné tantas veces, siga faltándome el respeto?

Siento una ira que me quema por dentro. Ya no puedo ni quiero dejarlo pasar más. No es justo, no para mí, no para mi mejor amiga, no para nadie que haya tenido que lidiar con alguien como él.

Lo permití una vez, lo permití dos veces, y hasta más, pero ahora...

NO.

Ya no. No voy a ser la persona que sigue callando y soportando. Él no entiende que hay códigos, que hay límites que no se deben cruzar. No importa cuántas veces lo expliques o cuánto quieras justificarlo.

Es como si le hablara a una pared.

Y lo peor, lo que realmente me revienta, es que se metió con mi mejor amiga.

¿Cómo no va a entender que eso no se hace?

No es una regla escrita, es simplemente respeto. Respeto por la amistad, respeto por los sentimientos de los demás. Y él lo rompió todo, como si nada, como si no valiera nada. Yo no voy por ahí hablándole a sus amigos ni metiéndome en sus asuntos personales. Pero claro,

¿Qué puedo esperar de alguien que vive atrapado en sus vicios y carencias?

¿Qué puedo esperar de un drogadicto que no tiene ni una pizca de empatía ni comprensión?

Hay que ser un hijo de puta, de verdad. No sé cómo más explicarlo.

¿Cómo puede alguien hacer tantas cosas horribles y seguir creyendo que no tiene la culpa de nada?

Mentiras...

engaños...

empujones...

amenazas...

Daño emocional, día tras día, y siempre culpándome a mí. Porque, claro, según él, yo era la egoísta. Era todo mi culpa. Siempre fue mi culpa, se supone. Y yo, como una idiota, me lo creí. Me lo comí todo. Me convencí de que tal vez, solo tal vez, él tenía razón.

Y después de todo, tiene el descaro de volver a escribirme. Como si nada hubiera pasado. Como si no hubiera destruido mi vida y mi paz mental.

Según él, cambió. Según él, todavía me ama. Pero, ¿sabes qué?

Son más mentiras, más de las mismas. Lo que pasó esa mañana, cuando me hizo sentir como si no valiera nada, según él fue un error. Me dijo que no se acuerda de nada, pero yo sí.

Yo me acuerdo de cada maldito detalle, de cada palabra, de cada gesto. Me acuerdo de cómo me sentí, cómo me dejaste hecha pedazos. Me acuerdo de cómo no podía respirar del dolor y de la rabia que sentía por dentro.

¿Qué te crees?

¿Que simplemente voy a olvidar todo lo que pasó porque dices que cambiaste?

No, no funciona así.

No puedes borrar el pasado solo porque te conviene. No puedes pretender que todo va a estar bien solo porque dices que me amas y que ahora las cosas van a ser diferentes. Porque yo no olvido. Yo no puedo olvidar cómo me hiciste sentir.

Me acuerdo de todo.

Me acuerdo de cómo me decías que me ibas amar hasta la decadencia, que nadie podía separarnos. Me acuerdo de cómo llorabas diciendo que si te dejaba, te ibas a suicidar.

¿Te das cuenta de lo manipulador que eras?

Usabas mis emociones contra mí, jugabas con mi miedo, con mi compasión. Y para qué...

Para luego enterarme de que mientras me hacías esas promesas, te estabas metiendo con tu prima.

¿Cómo se supone que debo procesar eso?

¿Cómo se supone que debo seguir adelante sabiendo que estuve con alguien tan enfermo, tan retorcido?

Fui una estúpida. Ahora me doy cuenta de todas tus mentiras, tus manipulaciones, tus escenas. Porque me tenías atada, emocionalmente rota, pensando que tal vez todo era mi culpa. Incluso cuando estaba recién operada, ahí estabas, haciéndome sentir peor.

Haciendo tus escenas, porque según tú, te estaba siendo infiel.

Qué ironía...

Tú eras el que me estaba engañando

Tú eras el que me mentía.

Pero de alguna manera, lograste que yo me sintiera como la culpable.

Pero lo peor que me hiciste fue empujarme. Días después de mi operación, cuando todavía estaba débil, cuando necesitaba descansar y sanar, tú me hiciste daño físico y emocional. Y después, cuando estaba en el hospital, hacías más escenas, más dramas.

¿te acuerda?

¿Por qué?

Porque te llenabas de celos, pensando que estaba con otro, cuando en realidad, eras tú el infiel. Eras tú el que no respetaba nada ni a nadie.

Pero ahora, todo ha cambiado. Ahora no voy a tolerar más nada. Me reconstruí. Y cuando te puse un alto, cuando decidí que ya no iba a permitir más tus abusos

¿qué hiciste?

Me llamaste mentirosa. Me dijiste que estaba alucinando. Pero no, no estoy alucinando. Yo sé lo que pasó. Yo sé quién eres. Te pedí una sola cosa, una sola. Que no te metieras más en mi vida.

¿Y qué hiciste?

Fuiste y lo hiciste de todas formas.

¿Con qué cara, con qué descaro te atreves a cruzar ese límite?

Pero claro, en tu cabeza, siempre seré yo la mala.

Al final, siempre seré la "mala" para ti. Porque no importa lo que hagas, no importa cuántas veces te equivoques, siempre tendrás una excusa. Siempre habrá una manera de hacerme sentir culpable. Pero ya no. Ya no más.

Me he cansado de ser la persona que carga con tus errores, de ser el saco de boxeo emocional que usas para descargar tus frustraciones.

Ahora soy más fuerte, más clara conmigo misma. Ya no me enredas con tus mentiras. Ya no me manipulas. Porque finalmente me di cuenta de que no eres más que un cobarde.

Un cobarde que necesita hacer daño para sentirse poderoso. Pero yo ya no soy tu víctima. Y aunque intentaste destruirme, aquí estoy. Más fuerte que nunca.

Y tú... Bueno, tú seguirás siendo la misma persona patética que siempre fuiste.

Lo único que espero es que te paguen con la misma moneda o que tu madre se entere de las cosas que haz hecho.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.