Una lagrima se derrama sin mi consentimiento, y como reflejo la quito rápido como si quemara, porque eso sucede cuando recuerdo cosas dolorosas, las lágrimas queman en ese instante, y no quiero lastimarme una vez más. Pero como le explico eso a mí razón y mente, como lo hago, porque por un breve momento soy yo la que las controla, pero después llega el corazón, y este hace que pierda todo el control de las cosas.
Se que en momentos soy débil, y lo sigo siendo, pues no se puede cambiar de la noche a la mañana. El que nos lastimen a veces es bueno, pues todo eso nos va haciendo fuertes, pero ¿qué sucede cuando ya no queremos serlo más? Porque llegara un momento en el que nosotros nos vamos a querer sentir nuevamente humanos, y cuando eso suceda, una sensación de desconocimiento aparecerá, pues hace tiempo que no la sentíamos, y es que así suele pasar, me ocurrió y me sigue ocurriendo.
En ocasiones, cuando suelo recordar cosas que viví cuando era solo una niña, en mi adolescencia dolían, pues no podía asimilarlo aún. Pero hubo una edad en la que, al hacerlo, las lágrimas ya no se derramaban como antes, solo… lo recordaba, y me sorprendía a mí misma al observar que ya no dolían. Y fue en ese momento donde me di cuenta de que había aceptado lo que sucedió, y que queriendo o no, tenía que vivir con ello, pues los recuerdos no se van como muchos pensamos. Solo se quedan ahí, dormidos...