Al Final Todos Somos Historias

Cap. 8

 

♫Lean este cap, con la cancion... Everything Works Out in the End (Instrumental) [tiktok version]

Sábado, 01 de junio.

Por favor que no llegue con su cara. Me digo al observar la hora en mi celular.

Un suspiro cansado sale de mi como en los últimos días. Todo esto no se si es para bien o para mal, a veces ya no sé qué esperar del destino.

Me visto con lo primero que encuentro, que consiste en, blusa negra de manga corta, falda larga negra, tenis negros, y por último me recojo el cabello en un moño desalineado. Al observar mi reflejo en el espejo, me doy cuenta de que esto me hace sentir bien… el poder demostrar mis sentimientos a través de mi vestimenta es un modo mío para desahogarme. No como la manera en que quisiera, pero lo es.

Esto refleja todo.

Sin más que decir, salgo de casa y me pongo en marcha hacia la casa de mis abuelos, al llegar, me dirijo hacia su habitación.

Entro y enseguida me pregunta el monto a pagar, y se los digo, ara después dármelo.

—Hija, ¿crees que tu mama quiera hacerle un dobladillo a la sudadera de tu abuelo? —pregunta mi abuela.

—No sabría decirle, pero a lo mejor sí. —respondo.

—Se la puedes llevar y decirle… Y ya si no quiere le jalas las orejas. —me dice bromeando.

—No. Vez tu y le explicas bien como, y ya si no quiere le jalas tú las orejas. —dice mi abuelo con un tono demandante.

—Hay, bueno, pues ahorita vuelvo. —dice mientras se acerca a la puerta y la abre para salir, y antes de que le cierre, salgo.

—Hay abue, —suspiro— no quiero que llegue Susana.

—¿Por qué?

—Por todo. Tengo miedo a que llegue y este con su cara, no quiero que el lugar se sienta tenso.

—No le hagas caso, si llega con su cara ignórala, y tu apúrate a contar el dinero, a si llega y ya estas haciendo algo, y no te dice nada. —dice deteniéndose enfrente de la oficina.

—Si, creo que le hare caso. Me voy a apurar. —le doy un beso en la mejilla y me adentro a la oficina.

Me puro hacer lo poco que sé que está pendiente, y cuando dan las 8 a.m. Susana llega.

—Esta abierto. —le digo cuando intenta abrir.

—Oh cierto. ¡Hola! —me dice alegre, y eso me confunde.

—Hola —le digo en susurro— Mi abuela ya me dio el dinero que hace falta para poder pagar, y ya acomodé las facturas que estaban pendientes. —le digo tratando de sonar tranquila.

—Ah mira, que bueno que ya estas aquí. —me sonríe— Pero bueno, ya provechando, necesito que nos pongamos de acuerdo en que es lo que va a hacer cada una, pues no quiero que haigas malentendidos y después digas que yo no hago nada, y que tu si, o al revés, —y eso termina con la poca paz que tenía— A si es que pues no se tu dime que es lo que quieres hacer.

—No pues, lo que haga solo será de medio tiempo, y una vez que salga de la escuela lo hago todos los días, a excepción de que pida mi día libre, es como no, pero de ahí en fuera, lo hare.

—Me parece perfecto, solo que necesito saber qué es lo que harás.

—Bueno, si gustas, me puedo hacer cargo de las transferencias que se necesiten en el tiempo que estoy aquí, de las facturas, de los estados de cuenta, ya sean para fin de mes o para los cortes, en descargar los movimientos de todas las cuentas, llevar la cuenta de el Sr. Carlos, y pues no sé qué otras cosas más.

—Bueno, mientras tu te encargas de eso, yo me encargo en llevar las cuentas a pagar, lo de la nómina, el control de los agricultores, y pues ya de lo demás que se haga presente —asiento—, porque ahora lo que necesito es que todo esté en orden y ya no haiga mas detalles como los hubo esta semana.

—Con respecto a eso, la verdad es que, si quisiera que aclaremos eso, porque para mi se me hace incomodo esto, el miércoles estuve a punto de regresarme y venir a preguntarte que fue lo que hice?

—Y estoy de acuerdo, la verdad es que ni yo supe que paso. Solo me fui un día, y al regresar… llega tu abuelita y me dice que ya no vas a trabajar aquí, y que me tengo que poner al corriente con todas las facturas pendientes, luego llega esta persona —Lucrecia— y me dice que tu dijiste que yo nunca hago nada, y que solo me la pasó en el celular, y la verdad es que… —niega— No entiendo que fue lo que paso.

—No pues a si como a ti te dijeron eso, a me dijeron mas cosas, ahora, yo no se que te hice para que tu reaccionaras de esa manera, yo te hubiese perdonado que te metieras conmigo, mas no con mis hermanos ni con mi mama, pero no. Decidiste también decir cosas de ellos, y, por si fuera poco, le has dicho a Lucrecia cosas que solo se deben de quedar aquí. —le digo.

—Mira, te diré tal y como fueron las cosas aquí lunes, yo llegue y tu abuela viene aquí muy seria y me dice que quizás ya no vengas a trabajar, y que hay una probabilidad de que solo vengas viernes y sábado, a i es que por lo tanto que me ponga al corriente con todas las facturas pendientes, y que espera que salgamos bien en este mes. Luego se va y entra esta persona y me dice que el sábado se escondió y escucho como tú le decías a tu abuela, que tu hacías todo y que yo no hacia nada. Y me lo dijo muy segura, y yo no entendiendo que sucedió, te marco y después me bloqueas, a mí no me importaba si me bloqueabas en mi numero personal, pero en el de aquí de la oficina, si me sorprendió.

—Bueno pues déjame decirte que sí, te bloquee, pero porque me dio mucha rabia escuchar todo, me dio coraje ver como gracias a todo lo que dijiste me han quitado la ayuda que me daban mis abuelos para la escuela.

—¿Qué? ¿Cómo que te han quitado el dinero? —pregunta incrédula.

—Así es, todo porque tu le dijiste a esa persona cuanto ganaba, y que me daban para la escuela. —le suelto tratando de sonar tranquila.

—Sam, me vas a disculpar, pero en ningún momento le he dicho a nadie cuanto es lo que ganas, en el sentido de los honorarios yo no digo nada.



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En el texto hay: familia, divorcio, adolescente

Editado: 31.10.2024

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