21 de julio 2024
Hora 11:58 pm
Observo como mi mama le habla con cariño a mi abuelito, quien se encuentra en una silla de ruedas con la mirada perdida y pequeños temblores en el cuerpo.
Se que para ella es difícil ver a su papa en ese estado, pero ya no podemos hacer nada. Los doctores lo dijeron; solo queda esperar.
Salgo del cuarto para refugiarme en la sala, en donde minutos después, llega mi mama a abrazarme.
—Shh, todo va a estar bien. —le dijo mientras trato de no llorar.
—No puedo hija, ya no… esto es mas fuerte que yo… me duele verlo de esa manera. —dice mientras se desahoga.
—Y es normal que duela, es su papa, mi abuelito. Nada ni nadie puede reemplazar ese dolor. Y puede que sea injusto lo que le diré, pero… dejarlo ir es lo mejor…
—¡No! ¡Papi no! —escuchamos los gritos de mi tía y enseguida nos levantamos para ir a la habitación.
La escena me quiebra, pues al momento de entrar, observo como mi tía esta de rodillas en la cama abrazando a mi abuelito mientras le pide que no se valla, mis primos están a los pies de esta llorando, mis tíos tan solo observan con lágrimas en los ojos mientras sostienen a mi abuelita que llora al lado de él. Mi mama se detiene al lado de la puerta, y mas lagrimas comienzan a fluir por sus mejillas.
De un momento a otro, su respiración se detiene, y un grito desgarrador, nos confirma lo que tanto temíamos…
—¡No! ¡Amor por favor no te vayas! ¡Llévame contigo! —le dice mi abuelita mientras lo abraza y lucha por no soltarlo. Las lágrimas corren por sus mejillas de manera acelerada, mis tíos la sostienen intentando aparatarla, mas ella se resiste.
El grito que ha salió de su garganta siempre lo llevare en mi memoria. Pues una vez mas me confirmo lo mucho que ella lo llego a amar.
Los recuerdos comienzan a navegar de forma rápida por mi mente, trayendo consigo el millar de veces que me aconsejo, las risas, sus chistes, todo.
Regreso a la realidad en el momento que mi madre me abraza para no caer.
La persona en la que mas confiaba ya no está.
Se ha ido para siempre.
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½