Al otro lado de las cadenas

Capitulo 1 ¿Soy un hombre bestia?

Capitulo 1 ¿Eh transmigrado a otro mundo?

NOTAS DEL AUTOR:antes de que empieces a leer, quiero decir que esta es la primera vez que escribo y los primeros 4 caps son algo torpes a la hora de escribir y en la ortografia. Pero si llegas hasta ahi y puedes leer mas se que la historia te puede atrapar. en resumen trata sobre la perspectiva de dos personas, un exnoble que busca vengaza y una persona que transmigra en un esclavo. y cuando sus destinos se reunan es cuando empieza la verdadera historia.

*coff, coff*

El aire era pesado. Cada bocanada de aire que intentaba tomar se atascaba en mi pecho como si mis pulmones se negaran a seguir funcionando. El sabor a sangre en mi boca confirmaba lo inevitable

Mi cuerpo tembloroso apenas podía moverse pues estaba atado en una silla, rodeado de oscuridad solo interrumpida por la tenue luz del foco en la habitación.

Una vida normal…-susurre con la voz rasposa mientras una tos violenta sacudia mi cuerpo.

Siempre habia querido eso. solo eso. nada extraordinario, nada imposible. Una casa, una familia, un lugar al cual pertenecer. Pero…¿ cuando fue que todo empezo a ir mal?

Una carcajada amarga escapo de mis labios, mezclándose con el sonido de mi propia agonía.

-que estupidez…- me burle de mi mismo-toda mi vida ha estado mal desde el principio

Mis padres…. ¿Quiénes eran? Nunca los conocí. Me abandonaron cuando aun era un bebe, dejándome a merced del sistema, del mundo cruel que nunca me ofreció mas que violencia. Ese fue el inicio de todo.

Recuerdo que cuando tenia 7 o talvez 8, la televisión parpadeaba en la sala del orfanato, emitiendo un dibujo animado y yo estaba absorto en el episodio que se transmitia, no me importaba que el televisor fuera viejo ni que la imagen se distorsionara.

-apagalo- susurro un niño a mi lado mirándome con nerviosismo- si el tio Frank entra, nos va a castigar.

Yo no aparte los ojos de la pantalla, solo quería ver un poco mas. Solo un poco. Era una escena emocionante.

-solo un rato mas…-murmure

Pero el crujido de la puerta al abrirse helo mi sangre.

-¡¿Quién carajo dejo esa porquería encendida?!-bramo el tio Frank.

Entonces sentí como mi cuerpo se paralizaba, pero antes de que pudiera reaccionar, una mano aspera me tomo del cuello de mi polera y me levanto del piso.

-¿otra vez tu, maldito mocoso? Te dije que no desperdiciaras la electricidad.

Intente explicarme, pero no tuve oportunidad. El primer golpe me hizo ver estrellas, luego el segundo y tercero… perdi la cuenta, cuando todo termino, apenas pude arrastrarme hasta el colchón en el rincón del dormitorio. El dolor en mi espalda y piernas era insoportable. No pude sentarme durante tres días.

En el orfanato no habia adultos que se preocuparan por mi. Frank y su esposa manejaban el lugar con puño de hierro y Carmen, aunque no los trataba mal, tampoco nos defendia. No podía darse el lujo de hacerlo cuando tenia un hijo propio al que criar.

A diferencia de los demás niños que jugaban en los pocos ratos libres, yo y los demás huérfanos vivíamos bajo una regla cruel, si queríamos comer teníamos que mendigar.

-no me importa como lo hagan- les decía Frank cada mañana- pero si no traen menos de esas cantidad… ya saben lo que pasa.

Esa era la monotonía del orfanato, pero hubo una mañana en donde nos ordenaron vestirnos con ropa limpia y nos dieron comida.

-¿Por qué?- pregunto un niño a mi lado mientras mordia un pedazo de pan con mantequilla.

Otro mas mayor respondio- el alcalde viene con periodistas-en un susurro- quiere tomarse fotos con nosotros.

Y asi fue. El alcalde llego con una comitiva, trayendo viveres, juguetes y sonrisas falsas. Las cámaras parpadearon mientras los niños sonreían con timides. Cuando se fueron, la comida tambien lo hizo. Y al dia siguiente Frank los puso a mendigar como siempre.

Mendigar era su vida, pero la escuela… la escuela era un respiro.

Frank los obligaba a asistir, no por bondad, sino porque alguna ley lo obligaba. Era una molestia para el, pero para mi, significabas horas lejos de la calle, un momento en el que no tenia que extender la mano para recibir el desprecio de la gente. Aunque la escuela tambien era difícil, al menos podía sentarme en un aula sin miedo a que alguien me golpeara por no traer suficiente dinero.

Sin embargo a los 10 años vivi algo que deasearia olvidar.

Una noche, Frank llego borracho. Mas de lo normal. Se tambaleaba y arrastraba las palabras, pero lo peor no fue eso. fue lo que intento hacer.

Entonces yo como otros despertamos con los susurros y sollozos de una niña. Mi estomago se revolvió al ver a Frank acercarse a ella. Pero antes de que pudiera reaccionar, alguien mas lo hizo.

Un chico, uno de los mayores, de quizá 13 años, se lanzo sobre Frank.

-¡Dejala en paz, maldito!

Pero un niño nunca podría contra un adulto.

Frank lo golpeo con tanta fuerza que cayo al suelo de un solo golpe. Luego siguió patada tras patada, puño tras puño. Los demás niños miraban, congelados por el miedo, sabiendo que si intentaban intervenir, les pasaría lo mismo… incluyendome.

Cuando todo termino, el chico ya no respiraba. Y Frank nos amenazo si decíamos alguna palabra, esa noche se llevo su cuerpo, y nunca mas volvimos a verlo. Esa noche entendí que si quería sobrevivir, tenia que irme de ese infierno.

A los 14 años yo y otros dos niños encontramos la oportunidad perfecta. Fran siempre tenia dinero escondido, lo suficiente para vivir cómodamente mientras nosotros sufríamos. Asi que una noche mientras el hombre dormia borracho, entramos a su habitación y lo robamos y huimos tan rápido como pudimos.

Pero ¿A dónde ir? No teníamos familia, no teníamos hogar. La única opción fue la calle… y la calle tenia sus propias reglas.

Una pandilla nos encontró antes de que muriéramos de hambre. Al principio, solo eramos jóvenes que robaban para sobrevivir. Pequeños hurtos, carteras, tiendas descuidadas. Yo no tenia miedo de ensuciarme las manos, porque la vida nunca me habia dado otra opción.




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