Al otro lado de las cadenas

CAPITULO 2 Otra historia

Capitulo 2 Otra historia

Mes de febrero, año 3011 según el calendario Secrilio.

En el reino de Targoveth, en el condado de Ravenspire en un pacifico feudo se encontraba una casa alejada del pueblo, con pequeños sembradíos alrededor y pocos animales.

-mama… no mama no te vayas…

Un sueño o una pesadilla, talvez un recuerdo pasado, se hizo añicos cuando Alexis despertó jadeando mientras miraba a su alrededor, el sudor de su frente, sus manos temblando y su corazón latia con fuerza, le recordaban que aun no había superado su pasado, ¿como podría haberlo hecho? apenas tenia 8 años en aquel entonces. Las pesadillas que tenia de vez en cuando le recordaban como toda su vida cambio en un solo dia.

-¡mierda!

Exclamo mientras se ponía de pie, el sol aun no había salido y era oscuro afuera, pero ya era una costumbre levantarse temprano para entrenar como siempre, no tomo mucho para vestirse y tomar la espada que tenia al lado de su cama. Al salir por la puerta, escucho los ronquidos silbantes de la habitación de al lado, era Sebastián su abuelo o eso era lo que todos creían en el pueblo.

“parece que julie tampoco se despertara pronto” pensó viendo el tercer cuarto con la puerta medio abierta

Sin intenciones de despertar a su abuelo y a su pequeña hermana, en silencio bajo por las gradas hacia el patio que tenían en la parte de atrás, siguiendo su rutina de entrenamiento comenzó con su calentamiento. Mientras balanceaba su espada.

Ya habia salido el sol cuando escucho una pequeña voz llamándolo.

-¡Alexis ven a desayunar!

Era julie quien grito desde la puerta, con un suspiro y calmando su respiración agitada por el cansancio, enfundo su espada y camino hacia adentro. En la sala ya se habia preparado un desayuno sobre la mesa, habia pan con mermela y una sopa de verduras que aun desprendia vapor.

-Buenos días abuelo

-Alexis Parece que te levantaste temprano… ¿otra vez las pesadillas?

-Si, aunque esta vez fue diferente.

-¿pesadillas?.... ¿quieres que te preste al señor oso?-dijo julie mirando a su hermano preocupada, pues ella misma dormia con su peluche cuando tenia miedo y en los días de tormenta se escapaba al cuarto de su hermano y se escondia en las sabanas.

Alexis miro con una sonrisa a su hermanita y negó con la cabeza- si me prestas al señor oso tu tendras pesadillas.

-¡no-o.. es cierto, ya no tengo miedo a las pesadillas!-refuto julie con el ceño fruncido.

-je, je nuestra pequeña ya es muy valiente… pero creo que tu hermano estará bien aun sin el señor oso. Ya que acabaste tu comida porque no vas a recoger los huevos que pusieron las gallinas y luego ve a abrigarte en un momento saldremos con Cafecito al bosque y recoger algunos hongos y arandanos.

-¿si?... ¡sii! Ya vuelvo-dijo emocionada julie mientras corria hacia la puerta saliendo hacia el corral de las aves.

-¿Cómo es eso de las pesadillas?-pregunto Sebastian volviendo la mirada.

Entonces Alexi solto un suspiro-La escena es la misma, pero ya no puedo ver sus rostros… me pregunto si los estoy olvidando.

Por un momento el silencio reino el ambiente, Sebastián entendía los sentimientos del joven o a al menos intentaba entenderlos, mirando el rostro del muchacho dijo.

-¿Es asi?... deberías tomar el espejo que tengo en mi habitación, y asi podras recordarlo. Tienes el pelo rubio y los ojos verdes como tu madre…. Y el rostro de tu padre. Tienes un rostro bastante llamativo diría yo.

Alexis se quedó perplejo por un momento mirando a su abuelo y una leve sonrisa apareció en su rostro, no sabia porque, pero esas palabras lo reconfortaban de algún sentido, sin decir una palabra se metio la primera cuchara a la boca.

Queriendo cambiar la atmosfera del ambiente, a Sebastian se le vino un recuerdo.

-La última vez que fui al pueblo escuche algunos rumores sobre un joven casanova, parece que te has estado escapando con Karina y no solo ella… también con como se llamaba ¡oh! ¿Renata?...

*cough...*

Por un momento Alexis se atraganto con la comida que tenía en la boca.

-Ja, ja tranquilo, no digo que estes haciendo nada malo, yo también fui joven alguna vez e incluso si necesitas algunas concejos yo podría darte algunos- dijo Sebastián inflando levemente su pecho- aunque no lo parezca, alguna vez fui buscado por algunas chicas y tengo cierta experiencia je, je… de hecho si me preguntas, no estaría mal si te quedaras con alguna de ellas. Aunque sus padres no lo tomarían con mucho humor, ya esas niñas están por cumplir su mayoría de edad y tu también…creo que formar una familia tampoco estaría mal.

-¡cough! ¡cough!* – Alexis no pude evitar atragantarse esta vez, desplegando una carcajada estruendosa de Sebastián.

-No abuelo, no es lo que crees. O bueno, no tengo planeado algo por el estilo con ellas. Solo es que se dio de algún modo…como decirlo, solo tuve que recitar un poema de Carlos Linfarte Augusto, el noble romanticista del imperio Secrilio. Aunque hace tiempo que ya me aburrieron sus escritos, debo decir que ciertas frases son muy empalagosas para las mujeres- con un leve suspiro continuo-además no me siento atraído hacia ellas, al principio ¡si!... digo-dijo mirando su sopa sin atreverse a mirar a su abuelo por la vergüenza- tienen buen cuerpo, pero cuando veo que no pueden ni siquiera contar sin mirar sus manos o hacer una simple suma o resta, o siquiera leer una simple palabra… es como si esa belleza se esfumara. Asi que solo eh tenido algunos encuentros físicos con ellas…!nada más que algunos besos!- afirmo con firmeza hacia su abuelo, temiendo que lo malinterpretara, pero aun asi sintiendo un poco de vergüenza.

-Oh muchacho, entiendo lo que dices. Pero no puedes culparlas, un libro cuesta almenos la comida de un año para su familia y por eso talvez en el pueblo los que puedan leer y escribir no superen las 5 personas y quienes puedan siquiera admirar la belleza de los libros y la literatura y son dos, tu y yo. Hablando de eso vi que ya terminaste los libros que te entregue el mes pasado ¿Qué opinas?




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