Al otro lado de las cadenas

Capitulo 8

Capitulo 8 Una gran Herencia

Las calles de Florent eran bulliciosas y llenas de vida, pero Alexis y julie finalmente encontraron la casa que buscaban. Era una construcción de piedra con un techo inclinado de tejas oscuras, algo vieja pero bien mantenida. Frente a la puerta de madera maciza, Alexis respiro hondo antes de golpear tres veces.

El sonido de pasos se escucho desde el interior, y tras unos segundos las puerta se abrió revelando a un hombre mayor de barba entrecana y mirada cansada. Su rostro refleja un poco de confusión y sorpresa.

-tu… ¿Quién eres?-pregunto

Alexis apretó los labios y saco con cuidado un rollo de pergamino que su abuelo le habia dado antes de morir.

-¿es usted Ernesto?....ahh, mi abuelo… ¡Sebastian!-se corrigió- me pidió que le entregara esto.

El anciano frunció el ceño y tomo el pergamino con manos temblorosas. Estaba sellado con cera roja. Sin decir mas , hizo un gesto para que entraran.

Dentro, la casa tenia un aire acogedor. La luz entraba por los ventanales, iluminando estanterías repletas de libros y pergaminos. En el centro, una mesa de madera oscura esperaba con algunas copas de vino sin terminar.

El anciano rompió el sello y desplego el pergamino con manos cuidadosas. La escritura, trazada con tinta negra, estaba clara pero mostraba la firmeza de alguien acostrumbrado a escribir con un propósito. Mientras leia, sus cejas se alzaron y luego fruncio el ceño en tristeza.

-Asi que… Sebastian ha muerto.

Alexis asintió con rigidez, julie bajo la cabeza.

El anciano suspiro profundamente y dejo la carta sobre la mesa.

-hace muchos años, Sebastian y yo compartimos mas que una amistad. Eramos hermanos de armas y…. de secretos- miro a Alexis con intensidad- Si él te envió aquí, es porque confió que ya estabas listo.

Sin mas, se puso de pie y se dirigio a un armario en la esquina de la habitación. Abrió una gaveta oculta y saco un pequeño cofre de madera con grabados intrincados. Coloco sobre la mesa y lo giro hacia Alexis.

-Esto le pertenece a tu familia- dijo levantando la tapa.

Dentro, sobre un fino paño de terciopelo, descansaba un anillo de plata con una gema azul incrustada en el centro. Era una anillo viejo, pero la magia que emanaba de el era inconfundible. Alexis trago saliva.

-¿Qué es esto?

El anciano sonrio con melancolía.

-lo ultimo de tu herencia.

Despues de la revelación del anillo, el anciano se levanto con decisión.

-es mejor que vayamos al banco de inmediato. - dijo tomando su capa antes de salir con Alexis y julie.

Una vez afuera, el anciano vio al caballo- Parece que a ti te ha ido muy bien… parece que aun te queda mucho por vivir-dijo mientras acariciaba a Cafecito, entonces llamo a su joven vecino que estaba caminando por ahí, luego de darle unas palabras y monedas, el joven tomo de las riendas al caballo.

-¿Dónde se lo lleva?-pregunto Julie

-oh perdona… será algo incomodo ir los 3 en ese caballo, ese joven lo llevara a un establo y mas tarde podrán ir a recogerlo.

-esta bien, gracias- Respondio Alexis

Caminaron por las bulliciosas calles de Florent, esquivando mercaderes y clientes que regateaban en los puestos. Finalmente, llegaron a un imponente edificio de piedra con grandes columnas en la entrada. El letrero tallado en madera decía: Banco Central de Florent.

Al entrar, los recibió un ambiente solemne. El mármol cubria el suelo, y tras un amplio mostrador de madera oscura, varios escribanos registraban transacciones bajo la mirada atenta de guardias armados.

El anciano se acerco a uno de los banqueros, un hombre delgado con túnica azul y una pluma en la oreja.

-venimos a hacer una consulta sobre una cuenta. Dijo con firmeza

El banquero alzo una ceja y observo a las 3 personas de pies a cabeza con un aire evaluador.

-¿tienen alguna prueba de identidad?-

Sin decir nada, Alexis levanto el anillo para que lo viera. El banquero experimentado sabia que se trataba de un anillo, de algun noble. Tomo el anillo y dijo- esperen un momento, confirmare esto.

Desaparecio por una puerta lateral y regreso minutos despues con un libro grueso. Lo abrió y paso varias paginas hasta detenerse en una anotación.

-si… la cuenta de Josefina Lacaster sigue activa- alzo la mirada hacia Alexis- y tal parece que no ha sido denunciada como robada…. Actualmente, tiene un total de 100,000 monedas de oro.

Silencio

Alexis estaba un poco sorprendido, hace mucho que no había escuchado el nombre de su madre.. y además una suma tan grande, era un poco demasiado para asimilarlo tan rápido.

Tras la mirada del banquero, Alexis respondió- puedo retirar algo ahora ¿verdad?

-por supuesto, pero recomendaría hacerlo en pequeñas sumas. Si gusta podemos organizar una cuenta especial para gastos diarios.

-sii.. creo que eso seria mejor-respondio Alexis, todavía procesando la cantidad de dinero que tenía.

Después de realizar el papeleo necesario, salieron del banco. El anciano los observo con una expresión seria antes de hablar.

-no es seguro que un joven como tu y una niña vivan solos en esta ciudad, pueden quedarse conmigo, hay espacio suficiente en mi hogar.

Alexis sonrió con gratitud, pero negó con la cabeza. Si fuese en otra situación talvez lo habría aceptado, después de todo al venir del pueblo vino con 536 monedas de oro y aunque no le garantizaba nada eso, confiaba que su abuelo le dio la dirección de este hombre para vivir con el. Pero ahora las cosas eran diferentes y ahora tenia una gran suma de dinero que incluso algunos nobles probablemente no tendrían y lo más importante el, ya era mayor de edad… talvez esto último le daba una confianza de juventud.

-gracias, pero quiero que mi hermana y yo encontremos nuestro propio camino.

El anciano suspiro, como si esperara esa respuesta.

En ese caso, les llevare a un lugar donde puedan encontrar una casa.




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