Alas

PARECIDO AL AMOR

TELECOM (SEDE – BÉRGAMO)

Radiante y como toda dama imponente. La sede había recibido una visita inesperada, dejando boquiabierta a empleados e incluso a clientes.

Era temprano y Vilma Toledano ingresó pidiendo ver a su hija en su despacho.

— Señora, la jefa aun no ha llegado, pero desde luego puede pasar a esperarla en su despacho y le sirvo algo de tomar.

Vilma observó su reloj. Eran casi las 8:30.

— La esperaré —dijo mientras Idara la acompañaba hasta el despacho—

— ¿Desea que le sirva alguna cosa?

— Café, por favor. Con un poco de azúcar.

— Enseguida, señora.

— Disculpa. ¿Mi hija tiene pendientes está mañana?

— Por el momento una reunión a las 9:00 —contestó la asistente—

— Okay… gracias.

 

APARTAMENTO DE CARLOTTA TOLEDANO

Tal y como comenzaba a hacérsele costumbre. Y una muy mala si fuese a enterarse su padre, a Carlotta le quedaban solo 10 minutos para llegar puntual a la sede. Observó su reloj y luego observó al chico que yacía tendido en su cama y por el cual no podría partir sin despedirse.

— Si lo despierto para despedirme llegaré tarde y estaré muerta —conversaba consigo misma— No lo haré. Tomaré mi bolso y me iré.

Carlotta se dispuso a marcharse. No podía hacerlo. No sin al menos impregnar en su mejilla un beso.

— Debería llevarte conmigo para tenerte como un pisapapeles sobre mi escritorio —susurró a su oído—

— No soy tu juguete, Ali…

— No mencioné la palabra juguete.

— Sobre tu escritorio no me querrías precisamente como un pisapapeles porque eres insaciable, hermosa mujer.

— Y tú eres insoportable, pequeño.

— Mejor vete ya antes que te arrepientas.

— Me voy… Te dejo aquí el duplicado de las llaves. Nos vemos en la noche.

Carlotta se incorporó de la cama. Esta vez sí iba a marcharse, pero Renzo la sostuvo de una mano jalándola de nuevo hacia él.

— ¿Qué clase de jefa se apresura por llegar puntual a su oficina?

— Ya te dije que no soy ninguna jefa. Suéltame que debo irme.

Renzo la sujetó con más fuerza y la despidió con un intenso beso en la boca.

— Ahora pensará en mí todo el día, señora Toledano —dijo sonriente volviéndose a echar a la cama—

— No solo eres insoportable. Eres muy arrogante también. Me voy…

Llevando una prisa que ya no podría hacer milagros por ella, tomó su bolso. Respiró profundo y se marchó para intentar lidiar en la sede con otro día espantoso.

Con media hora de retraso llegó al trabajo por lo que echarse a correr ya no tenía caso.

— Jefa…

— Buenos días, Idara. Llego tardísimo. ¿Novedades?

— Su madre la espera en el despacho.

— ¿Mi madre? ¿Y hace cuánto que está esperando?

— Cómo 20 minutos.

Apretando los dientes se dirigió rumbo a su despacho.

— Madre… buenos días.

— Buenos días cariño.

Carlotta saludó a su madre con un beso en la mejilla y tomó asiento.

— Idara… me traes agua, por favor.

— Enseguida

— Imagino que todavía tienes a ese niño metido en tu apartamento. Lo digo por la hora que acabas de llegar, Carlotta.

— Conoces su nombre, madre. Y sí, Renzo continúa en mi apartamento.

— Hija, tú y yo ya hablamos sobre esto. ¿Dime por qué te empeñas en querer arriesgarlo todo? Si en verdad te importa mucho ese muchacho. ¿No es acaso más sensato que lo veas de manera esporádica?

— No lo es… Lo quiero conmigo. Para mí. A mi lado, y te lo dije.

— Pues quiero ver entonces lo que harás cuando tu padre llegue a la ciudad. Con el chico no sé lo que harás, pero espero al menos que a partir de mañana comiences a ser puntual.

— ¿Mi padre vendrá? ¿Te lo dijo?

— Vendrá y fue lo que vine a advertirte. Cariño, tu padre no conoce la dirección de tu apartamento, pero sabes que no le será difícil averiguarlo. Espero que no te hayas expuesto en público con Renzo porque esta ciudad es muy pequeña y si los comentarios llegan a oídos de Cosme no quiero imaginar lo que…

— Suficiente, madre —irrumpió— Es suficiente. Para mi desgracia sé todo de lo que mi padre es capaz, por lo tanto no es necesario que me lo recuerdes.

— Permiso, jefa. El agua que me pidió.

En cuestión de segundos Carlota bebió toda el agua de la botella.

— jefa, le recuerdo que la reunión programada empieza en 10 minutos.

— Adelántate, Idara y tenlo todo listo. Estaré ahí en breve.




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