Capítulo 15.

Evolet.

Escucho susurros a mi alrededor, trató de abrir los ojos pero estos no reciben la señal que mi cerebro les manda entonces trató de moverme pero mi cuerpo tampoco me responde, comienzo a entrar en pánico y a hiperventilar ya que no se en dónde ni con quien estoy, mi mente está en blanco es como si me hubieran borrado todo lo que pasó este día o el pasado en todo caso, no puedo, no puedo recordar maldición porque no me acuerdo, y cuando pensaba que tenía todo perdido un bombardeó de imágenes llegan a mí y pude al fin recordar todo, cuando llegó Havers temprano a la correccional y hablo con migo de no sé de qué pero tiene algo que ver con que me iban a trasladar, cuando la custodia prácticamente me secuestro y me saco de la correccional, cuando unos hombre iban corriendo por el bosque con la custodia y con migo colgada de su hombro tratando de zafarme de su agarre, cuando se detuvo la custodia porque alguien estaba enfrente de ella y también recuerdo que sentido como una tipo inyección en mi cuello y después tuve mucho sueño y MALDICIÓN me drogaron a saber si los ineptos de la marina me pudieron rescatar o estoy en algún lugar oculto en otro estado, joder ahora si es hora de entrar en pánico.

Comienzo a ahora si ponerme de punta los nervios y casi tengo un ataque de pánico.

- ¡Señor está entrando en una crisis! - grita alguien cerca de mí, y mierda si no voy a entrar en una crisis, no sé si me secuestraron (que creo es lo más factible) o si me pudieron rescatar.

Siento que me tocan un brazo, es un toqué cálido y suave pero firme a la vez, me comienza a acariciar el brazo como tratando de relajarme, pero es un mal momento para hacer ese tipo de cosas ya que estoy al límite de nerviosismo, escucho pasos y un azote de una puerta que creo es de la habitación en la que estoy.

- Aléjate de ella Dren, ahora mismo.

Dejo de sentir el cálido toque y siento unas manos firmes que me tratan de buscar algo.

- Soy el doctor Wolf y estas en una estación de la marina- o por cristo que suerte- Estas aún un poco sedada así que tu cuerpo no te va a responder bien por un rato más.

¿Que? no por favor también tengo necesidades biológicas.

- Sin embargo, puedo hacer algo por ti.

Escucho que se aleja de mi un poco y busca algo en muchos frascos de vidrio ya que al chocar hacen un sonidito algo así como si estuvieras chocando copas en un brindis, se detiene el tintineo y a continuación escucho que abren y cierran cajones y ya después de casi una eternidad el doctor regresa a mi lado.

- Esto que te voy a poner primero es inhibidor del sedante que te administramos, pero te advierto vas a estar mareada un buen rato- a continuación, siento un pinchazo de lado derecho de mi cuerpo y casi al instante puedo mover todo mi cuerpo.

Poco tiempo después puedo moverme como se debe y trató de abrir los ojos y cuando los abro veo toro con mucha luz y me lástima tanto que me cubro con mis manos.

- Veo que no llevas bien la luz con tus ojos, deja ver si puedo solucionar eso.

Otra vez escucho el alboroto de que están buscando algo, pero no dura mucho.

- Estas son unas gotas que van a ayudar a tus ojos a ver con más claridad y él asunto de la luz, te advierto que va a arder un poco y vas a ver al principio todo azul, pero eso se va con el tiempo, no te frotes los ojos por ningún motivo.

Siento que me abren mis párpados de lado derecho y a continuación siento un ardor imposible de soportar, sí, claro arde sólo un poco.

trató de pensar en otra cosa y no en el ardor de mis ojos y parece que resulta ya que al poco tiempo ya no me arden casi nada, es momento de abrir los ojos.

Los abro y lo primero que veo es a alguien muy joven en otra camilla con una cara de preocupación que no puede con ella, dudo mucho que él sea el doctor y vaya que el doctor tenía razón veo todo en color azul, que extraño es todo cuando sólo puedes ver un sólo color y algo incómodo además, alguien se plata enfrente de mí y me tapa la vista del joven, es un hombre muy alto por lo que tengo que levantar la cabeza casi mirando al techo, tiene unas facciones muy finas y por lo que puedo tratar de ver es que está muy feliz, pero ¿Por qué?

-Va a ser todo un honor estar el día de la activación con usted señorita.

Entonces una ráfaga de preguntas sale de repente de mi cabeza y van directamente a mi boca.

• ¿Por qué estoy aquí? ¿Quién es el? - digo señalando al de la camilla- ¿Qué fue lo que paso? ¿Por qué la marina me quiere en sus establecimientos? ¿Que encontraron en mi sangre? ¿Estoy a punto de morir? ¿Mi madre sabe que me trasladaron? ¿Quiénes eran los hombres que me sacaron de la correccional? ¿Tengo una enfermedad extraña? - y por último digo la pregunta más estúpida que pude haber dicho- ¿Puedo ir al baño?