Alba: El Secreto De Grace

CAPÍTULO IV - LOS LIBROS DE PAVEL

   Oliver había escuchado algunas pisadas, no tenía ni idea de dónde provenían, tan solo sabía que alguien o algo estaba allí. Dio la vuelta hacia el portón, y de atrás de un árbol salió una joven, tenía el cabello largo color naranja, y en sus ojos se podia ver un campo verde, mientras que su piel era pálida. Desde la distancia le preguntó al muchacho:

            —¿Qué haces en mi casa? 
            —Lamento mi atrevimiento. Quería saber que es lo que se está quemando. No sabía que alguien vivía aquí.
            —¿Dijiste quemando?
            —Sí, por eso vine a ver.
            —No puede ser —dijo la joven quien apresuradamente dio la vuelta por la casa que terminaba justo en donde empezaba el pasillo.
            —¿Qué ocurre? —preguntó Oli confundido— Dime, ¿qué ocurre?
            —Me encontraron —comunicó la chica sin dar más explicaciones.
            —¿Quién te encontró —interrogó el adolescente caminando detras de ella.
            —Esas criaturas me encontraron. Vienen por mí. Saben que tengo los libros de Pavel.
            —No estoy entendiendo absolutamente nada, ¿quién es Pavel?
            —Mi padre.

  A unos pocos metros de ellos se estaba quemando algunos objetos, tal parece que eran las pertenecias de la joven, mientras que la puerta inferior estaba derrumbada. La muchacha buscó entre lo quemado algo que le resultara importante, pero nada, fue tan solo un aviso.

              —No encontraron lo que estaban buscando, es un alivio para mí, pero seguramente ellos estén muy enojados.
              —¿Podrías explicarme qué pasa? Estoy muy confundido —expresó Oliver.
              —Creerás que estoy mal de la cabeza.
              —Solo cuéntame, prometo no reírme.
              —No me importa si te ríes, además eres un completo desconocido.
              —De acuerdo, pero, ¿de qué criaturas hablabas?
              —De unas criaturas que tú nunca habías visto ni en tus peores pesadillas.
              —¿Cómo son?
              —Existen muchos, de diversas clases, pero solo hay una que da más miedo en este mundo. Sus garras siempre están afiladas, en sus ojos puedes ver solo el blanco, pero no te confundas,  en su espíritu invade la oscuridad. No tienen piedad, no conocen nada más que la maldad.

  El chico se quedó en silencio por unos instantes, hasta que tomó la decisión de contarle lo que le estaba ocurriendo en esos días:

              —Yo he visto a esa criatura que me estas describiendo. Lo tuve muy cerca.
              —¿En serio? —preguntó sorprendida.
              —Es verdad. Esuvo a punto de matarme. Ayer en la noche volvió a aparecer. No sé qué quiere de mí.
              —Son seres incapaces de aceptar la derrota. Estará detrás de tu alma hasta que la consiga. Creo que tendré que mostrarte algo.
              —¿Mostrarme qué?
              —Primeramente, ¿cómo te llamas?
              —Me llamo Oliver, ¿y tú?
              —Soy Grace. Mucho gusto Oliver. Sígueme por favor.

  Volvieron donde estaba el pasillo para adentrase a lo mas hondo de la residencia. A pesar de la preocupación del joven al respecto de la llegada de sus padres, su curiosidadad era mucho mayor.

              —Es hermoso —habló el chico refiriéndose a lo que tenían delante, luego prosiguió haciendo una pregunta— ¿Quién la construyó? 
              —Mi padre hace unos años. Al principio era endeble, pero se dio cuenta que a medida que iban creciendo las plantas, esta se haría más fuerte. 
              —Comprendo. Es realmente increíble. 
              —Lo es. Ahora vamos. Debo mostrarte algo. 
              —De acuerdo.

   Cuando cruzaron el paso, se acercaron a una gran estructura. Oli quedó asombrado, delante tenía lo que parecía una librería gigante. Habían muchas estanterías repletas de libros de todo tipo, ya sean novelas o libros de poesía, cientas de ellas. La colocación de las estanterías que eran bastante altas, fueron como para poder caminar entre ellas, con la posibilidad de perderse ya que esta era enorme, incluso el final estaba muy alejado de ellos. Fue colocado encima del pasto, de una forma que sea inamovible, y todo estaba ordenado. Se encontraban carteles que indicaban en que sección estabas, sean libros de fantasía, misterio, u otros géneros, sin dudas quie lo hizo, trabajó arduamente. Además tenía un techo zinc color verde que ayudaba contra la lluvia, y se podían desplegar telas que servían como paredes.  

                —Esto es fascinante —dijo el chico tocando uno de los libros— ¿Quién construyó todo esto?
                —También lo hizo mi padre. Ven conmigo, te cuento la razón.

   Mientras apreciaban las obras, Grace lo iba contando a su nuevo amigo la historia que guardaba aquel sitio:

                —Esto fue construido para confundir a esos seres que están detrás de ti y de mí. Mi padre, Pavel fue un creyente de que otros lugares a parte del mundo en que vivimos, existen. 
               »Después de la muerte de mi madre, nos mudamos aquí. Él decía que tenía tres objetos muy importantes, y que debía ocultarlo de la maldad. Así que los guardó en tres libros.
                —¿Qué pasó de tu padre?
                —Una noche, solamente desapareció. Me desperté por un destello que provenía de afuera. Fui a buscar a mi padre en su habitación, pero no estaba. Lo busqué afuera, lo busqué por todo el barrio, lo busqué por tanto tiempo, mas nunca lo encontré —recordó Grace su pena.
                —Lamento mucho por lo que has pasado. En verdad lo siento. 
                —Nunca supe nada más de mi padre, solo me queda proteger lo que tal vez le costó la vida. Sé que esos seres existen, peleé con ellos, y si las cosas suceden como mi padre me ha había dicho, estamos en peligro.
                —¿Qué te contó? 
                —Esos tres objetos que ocultó son como llaves. Quieren venir por nosotros también. 
                —¿Quiénes? 
                —No lo sé, pero no creo que sean amables con nosotros.




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