08. Promesa

Rain abre su ventana ante el insistente sonido del balón siendo golpeado contra el asfalto que llevaba más de media hora resonando. Se enojó aún más al ver que su hermano también era parte del alboroto.

—Taylor ¿¡Ahora te uniste con este fastidioso para molestarme?!

—No todo se trata de ti —le responde Taylor de regreso —Will y yo solo estamos jugando baloncesto en la calle, cálmate.

—Dudo que Hulk sepa el significado de calmarse —se burla Will y sigue picando el balón de manera constante sobre el asfalto.

—¡Idiotas! —gruñe —¡Vayan a otro lado! ¿Creen que son las seis de la tarde? Los quiero lejos de mi maldita ventana.

Dijo y cerró la ventana de un solo golpe, seguramente si sigue así terminará rompiendo los cristales.

—Se ve y se escucha más fastidiosa que de costumbre —comenta Will y le pasa el balón a Taylor —¿Como van las cosas en casa?

—Solo han pasado dos días desde el inicio de la guerra y ninguna se ve con ganas de dar su brazo a torcer. Todas las comidas en casa son incómodas y silenciosas —explica mientras pica el balón un par de veces y se lo tira a Will de regreso —Los encuentros en los pasillos del colegio me tienen asustado, no quiero toparme con una y que la otra me vea ya que pensará que estoy del lado enemigo y ya estoy vuelto loco.

—Son momentos como estos que me hacen feliz de ser hijo único —Will se ríe.

Taylor ríe por lo bajo, aunque por dentro deseaba que la pelea estuviera resuelta para poder estar en paz en su casa y no a las después de las ocho de la noche jugando baloncesto en medio de la carretera.

Will comienza a hacer piruetas con el balón, como pasarlo por debajo de sus piernas mientras corre y Taylor solo lo mira desde lejos.

—¡Deja de hacer tanto escándalo! —Se escucha la voz de Rain nuevamente desde la ventana, Will se detiene y la mira —Hablo en serio, William, no me hagas bajar allí y romper ese balón a tijeretazos.

—No puedes bajar, estás castigada —responde de manera tranquila.

—¡Me caes muy mal! —lo señala.

Will le saca la lengua. Rain le enseña el dedo del medio.

—Hulk ¡¿Cuándo has oído que una persona se ha muerto por caerle mal a alguien?!

—¡Sólo juega por otro lado, intento leer!

—¡No! Llevo viviendo aquí dieciocho años y la mitad de ellos he jugado en la calle y ningún vecino me ha dicho algo. Tú sólo vives aquí desde hace dos semanas y jodes demasiado. Creo que si alguien está en posición de pedir paz soy yo, ¡Déjame jugar tranquilo! —responde Will y continúa golpeando el balón contra la carretera.

Rain gruñe frustrada y lanza golpes al aire antes de cerrar la ventana de un golpe, otra vez.

—¿Sabes, Will? corres el riesgo de enamorarte de mi hermana y créeme que si lo haces —baja la mirada y susurra —Locualesmuyprobable —sube la mirada —Entonces no hay nada que yo pueda hacer, porque amar a Rain es como una subida muy alta y cuando vas a caer será solo para morir.

—¿De qué diablos estás hablando? —Will deja de golpear el balón y lo sostiene en sus manos —Jamás me enamoraría de Rain.

—Si te gustaba Alexis entonces Rain también. Son gemelas, mientes si me dices que no es verdad.

Will bufa y dice de manera tranquila —Tendrán el mismo rostro, pero son como el cielo y el infierno, y quemarme es lo último que quiero ahora.

—Bien...Que raras son tus metáforas —Taylor lo mira extraño, pero sube los hombros de manera cansada —Sólo promete que no intentarás nada con mi hermana, eres un chico genial y odiaría perder esta amistad solo porque debo estar siempre del lado de mi familia.

—Créeme, Taylor, yo nunca tendría algo con tu hermana. Te lo prometo.

—¿Lo dices de verdad?

—Sí, Taylor, lo digo en serio. Nada va a pasar entre Hulk y yo. Es una promesa.

—No dejarás de llamarla así, ¿verdad?

—Nope —Will ríe y Taylor también.

Taylor estaba emocionado ya que llegó a la realización de que quizás era la primera vez que podría conservar una amistad en la que el chico no se enamoraría de una de sus hermanas, ya que después de todo Will se lo prometió y Rain parecía odiarlo cada día más.