Alerta! Chica Nueva ©

Capítulo 31.

31. Detención con compañía.

 

Cassie

El timbre suena y todos los estudiantes comienzan a guardar sus cosas para después abandonar el salón de clases. Lanzando un bostezo, me pongo de pie y guardo el libro que utilicé como almohada durante las horas de la profesora Charles. Está de más decir que a la mujer no se le pasó desapercibida mi conducta y me ha regañado más de tres veces.

—Señorita Foster, quédese un momento —pronuncia la profesora, al verme de pie, lista para marcharme.

Ella toma asiento en su lugar y espera a que todos los adolescentes abandonen el salón para quedarnos a solas.

—¿Qué necesita? —pregunto, a sabiendas que lo que me dará será un regaño por dormir en su clase.

—Foster, lleva aquí tres meses y aún no ha podido hallarse en mi materia. Quisiera saber si sucede algo con mi manera de explicarme o es un problema de comprensión suya. —Se mantiene en silencio un momento, esperando que le dé una respuesta que no llega. —También, quisiera saber ¿cuál es el motivo por el cual ha utilizado mis horas de clases para dormir?

Contengo la acción de tomar una bocanada de aire y expulsarla con frustración para no darle motivos a la mujer que tengo delante y me repruebe.

¿Qué podría decirle?

He tomado una clase con Asher y después me he enfadado con él por ser un idiota conmigo, rechazando cualquier ayuda que quiera darme. Ahora me encuentro a la deriva y sin entender nada de nada.

Nada.

—No es nada, profesora.

—¿Nada? —reitera—. Yo creo que ese nada se traduce a todo. Voy a serle sincera, Foster. El examen que debo tomar antes que el año acabe está cerca, solo faltan algunos meses, y tu aporte a las clases, tus tareas y tu forma... de prestar atención no es la mejor para aprobar. No digo que no lo harás, pero siguiendo esos pasos estoy segura que no.

Trago en grueso con sus palabras.

—Yo-o...

—Soy tu profesora y estoy para ayudarte en lo que necesites, pero no puedo ayudar a alguien que no se ve interesado en aprobar. Deberías prepararte con alguien más y prestar atención en clases, no utilizar mis horas para descansar.

Asiento.

—Lo sé, y lo lamento por eso. Estoy... preparándome para ese examen, así que no debe preocuparse por ello.

—¿Cómo lo estás haciendo?

—Recibiendo ayuda de mis compañeros —comento, mintiendo un poco.

Helena no se dignó en enseñarme ni una sola vez. Lo único que hemos hecho es practicar para las audiciones de animadoras y olvidarnos del resto. La ayuda de Asher se descartó, y ahora solo ella es mi solución para aprobar.

—¿De quién? —inquiere.

—Helena Mendler.

Asiente.

—De acuerdo. De todas formas, quiero que tenga en cuenta que la atención y el comportamiento en clases también es importante. Por lo que, por su actitud de hoy, debo mandarla a detención.

Bufo, sin inmutarme que sigo delante de la presencia de la mujer.

—Bien.

La profesora Charles me tiende una hoja con la explicación del porqué me manda a quedarme después de clases. Me despido con un simple saludo y salgo del salón para dirigirme a mis próximas horas de clases.

Lo único malo que ha pasado durante el día ha sido la conversación con la profesora de Matemáticas, después de eso, nada impidió que quisiera irme corriendo del instituto. En realidad, lo que quiero decir es que nadie llamado Asher Black ha intentado molestarme.

En parte, agradezco que no se haya acercado ni una vez durante las veces que nos encontramos en algunas clases que debíamos compartir, y el hecho de que él y el resto se hayan sentado en sus mesas de siempre en la cafetería.

No quería seguir siendo una clase de entretenimiento con todos los pares de ojos puestos en nuestra mesa mientras comemos. Lo que no sucedió y pude disfrutar de comer el menú de hoy y sin sentir las miradas de las mesas del centro.

—¿Así que tienes detención?

—Sí —confirmo a la pregunta de Megan.

Ella niega con un movimiento de cabeza.

—Lo lamento por ti, Cassie.

—¿Alguna vez has ido?

Sus ojos se abren para negar con velocidad.

—No. Jamás —aclara con algo de temor ante la idea.

—¿Tú, Helena?

La rubia traga el pequeño mordisco que le ha dado a su barra de cereal para después responder.

—No, no lo he hecho.

Bien. Ninguna de mis amigas ha asistido a detención.

¿Ahora cómo sabré donde queda eso exactamente?

—¿Dónde queda el salón de detención? —pregunto, pero ambas desconocen aquello.

—Podrías preguntarle a Jerry —opina Megan.

—Sí, Jerry ha estado varias veces —sigue la rubia.

Nos colocamos de pie, debido a que habíamos decidido sentarnos en las escaleras de la entrada del instituto. La hora escolar había acabado hace cinco minutos y dentro de otros cinco minutos más, debía estar en detención para cumplir con la sola hora que me dio la profesora.



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En el texto hay: amor, chicossexys, bromasyvenganzas

Editado: 28.07.2019

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