Algo de ti

Corazone de papel

— ¡Gloria! ¡Campo de sonrisas! ¡Agua en el desierto! ¡Corazón ABIERTO! 
 
Cualquiera que escuche a Flor cantando puede pensar que está pidiendo ayuda. Pareciera que en lugar de cantar se pone a gritar cada palabra.  

 

Así como su voz ondea por el lugar, sus caderas y piernas no dejan de moverse de un lado a otro. Sus manos no se mueven tanto ya que tiene que sostener llevar ciertos utensilios de cocina de un lado a otro. Tener que cocinar no le impide que baile, está demasiado feliz para no hacerlo. 

 

— ¡Flor! — su amiga, Sofia, se dio cuenta de que su amiga no iba a ser capaz de escucharla por el sonido de la música y por eso con pesar detuvo la radio. 

 

Pero no impidió a que Flor siguiera cantando y bailando. Parecía que hoy nada iba a interrumpir ese destello de felicidad que sentía hasta la raíz de su ser. 

 

— ¡Florencia, tenemos un problema! — gritó su amiga, tratando de obtener su atención. 

 

Cuando Flor vio a su amiga se acercó a ella aún con una sonrisa enorme en el rostro, dejo las cosas que tenía en las manos y tomo a su amiga invitándola a bailar con ella. 

 

— Sofia, hermosa amiga. Hoy no habrá nada que me haga sobre pensar y me lleve a la tristeza.  

 

Su amiga suspiro y se dejó llevar por el ritmo de una música imaginaria, y empezó a dar vueltas con su amiga. 

 

— Esto que te contaré si es un pequeño inconveniente para terminar con la decoración. 

 

Hoy era el mejor día del mes para Flor. Hace tres años había abierto su propia repostería y tenía en mente hacer el lugar más grande, había planeado colocar un segundo y tercer nivel; el segundo sería una pequeña biblioteca donde amantes de la lectura tuvieran la oportunidad de leer libros prestados o alquilados, y el tercer piso sería para alquilarlo en citas u ocasiones especiales. Todo esto era con el propósito de que las personas consumieran sus pasteles y leyeran libros ahí mismo, y es obvio que cualquier celebración pequeña siempre requiere de pasteles por lo que cada nivel estaba pensado en darles dulzura a las personas por medio de sus pastelitos y para hacer más conocido el lugar, por supuesto. No tenía planeado ser la próxima millonaria de Guatemala con este plan, pero si quería ser reconocida por dar buenos pastelitos en un lugar grande y hermoso. 

 

— Soy toda oídos — dijo Flor y se detuvo de su baile — dime ese inconveniente que de seguro tiene una solución rápida. 

 

Sofia se obtuvo a observarla un poco, sabía que lo que diría a continuación no sería de mucha gracia para Flor, quien con arduo esfuerzo había estado ahorrando por meses para esta inauguración. 

 

— Primero quiero que sepas que la primera planta ya está decorada y los pasteles ya casi están... 

 

— Eso ya lo sé, yo hice la mitad de las manualidades y decoraciones — además de cocinar pasteles, Flor era muy buena con las manualidades y hacer flores era su don. 

 

— Okay. Entonces, como decía, el segundo nivel aún tiene un retraso con algunos libros pero los chicos dijeron que ellos mismos irían a traerlos para que no vengan tarde — Sofia volvió hacer una pequeña pausa y Flor achino un poco sus ojos tratando de escuchar el problema que tenía a su amiga preocupada — Ahora con el tercer nivel no podemos pintar nada ni poner las mesas porque los encargados se lo han robado y no contestan el celular. 

 

Flor se quedó de piedra por un instante. 

En su mente ya no existía la canción de Gloria, solo habían imágenes de ella gritando y destrozando el carro de los responsables de empezar a tener una jaqueca. 

 

— ¡Wow! No te lo puedo creer. Tenía más miedo de los proveedores de los libros que de estas personas. El joven que los acompañaba se veía tan encantador — dijo mientras se ventilaba la cara con las manos. Podía sentir la rabia arder en su cuerpo. 

 

— Caras de ángeles vemos pero mañas de ladrones no sabemos. 

 

— ¿Ya trataron de todo para contactarlos? — Flor quería tener un poco de esperanza, si al menos no inauguraba el tercer nivel, ella quería su dinero de regreso. 

 

"¿Cómo pude ser tan estúpida para confiarles el dinero?" — pensó Flor y se dirigió a las escaleras para volver ir al tercer nivel. 

 

— ¡Franco fue a su despacho! — dijo en alto Sofia mientras seguía a Flor. Se sentía mal por su amiga, sabía lo mucho que significaba el tercer nivel para ella. Porque aunque Flor no lo quisiera admitir, el tercer nivel era su favorito ya que ella es una romántica desquiciada. 

 

— Hazme el favor de llamarle y dile que cuando los encuentre les quiebre las manos por ladrones. 

 

Sofia sabía que Flor no decía eso en serio, pero con escucharla entendía cuan enojada estaba. 

 

— También le diré que les queme el auto. 

 

Flor entro al lugar y vio que ya todo estaba limpio, solo las paredes esperaban su toque de color y el centro necesitaba de unas mesas pequeñas para quedar listo. El tercer nivel tenía una salida a un pequeño balcón donde habían ya unas macetas de flores pero que aún se veía vacío por la ausencia de una mesa.  

 

Ella salió y el viento cálido le dio en la cara, pronto sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas. 

La vista era bonita, era afortunada de tener la vista hacía un parque y edificios más lindos del lugar. 

 

Sofia se acercó cuando escucho que Flor se sorbía la nariz. 

 

— Flor... 

 

— Esperé tres años para este día. Unos clientes ya sabían lo que sería de este lugar y querían saber cuándo podían realizar ya una reserva.  

 

— Amiga, yo sé que esto destruye tus planes pero confío en que puedes volver a ahorrar y dentro de poco... 

 

— Este lugar era el más especial. Había mandado a hacer mesas y sillas con formas de corazones y flores, la pintura sería la más delicada y llamativa. Ni siquiera el horno fue tan caro como la mesa quería para este lugar. 




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