¿algo más cliché que una apuesta?

Capítulo 3.

Dos semanas han pasado desde mi última conversación con Julie, y es mucho tiempo pensando en lo eficiente que es la chica para investigar sobre ciertos temas. Fuera de eso, todo ha sido relativamente normal, todos los días almuerzo con los chicos, mis clases han estado bien, aunque no he tenido evaluaciones aún y mi relación con David sigue un tanto estancada en la indiferencia mutua. Adrien y Mark están todo el tiempo juntos, al parecer recuperando el tiempo perdido.

El chico de gafas no solía hablar mucho, excepto con su pequeño grupo de amigos, en los que Adrien y David eran participes, además del novio del último chico, el cual no sé su nombre, pero sé que habla alemán o algo así, y algunas veces incluían a Diego y a Alex, el que descubrimos era el nombre del chico de cabello azul.

−Miren es Julie− miré a Nathan el cual apuntaba a la entrada del comedor. Desvié mi mirada hasta las puertas del lugar, en donde la recién nombrada miraba, al parecer, buscando algo.

−Jules− alcé mi voz llamando a la chica, la cual sonrió al conectar su mirada con la mía.

−Hola chicos ¿Cómo están?

−Guapos− habló Eliot a lo que todos reímos mientras asentíamos con la cabeza.

−Lo están− Julie se sentó junto a mi− ¿Cómo van sus clases?

−Están bien, varios proyectos, pero todo soportable −Stefan habló.

−No están tan aburridas como esperaba− sonrió Chen mientras comía un sándwich de pollo.

−¿Y tú que tal estás? ¿Cómo van las cosas con tu japonés?− Nathan le habló.

−Estamos bien, celebraremos nuestros 7 meses muy pronto −La sonrisa de la chica era segadora.

−Pues muchas felicidades− Eliot le sonrío.

−Muchas gracias, espero podamos salir un día de estos, como en los viejos tiempos− Recuerdo los años escolares, en donde todos estábamos juntos, nosotros fuimos los únicos que nos quedamos en la misma universidad, otros de nuestros amigos se fueron a estudiar a china, y el resto a Inglaterra. Aún tenemos contacto con algunos, pero, es difícil coordinar tiempos cuando hay grandes diferencias horarias.

−Sería agradable ir de fiesta como antes −Dije recibiendo una afirmación por parte de todos.

−Hay que organizarnos, pero por ahora, Aaron necesito hablar contigo− Julie mi miró.

−Ah claro vamos.

−¿De qué van a hablar que no podemos escuchar? −Stefan cuestionó.

−Eso es clasificado cariño −Sonreí para luego lanzarle un beso a mis amigos.

−Ya largo de aquí −Eliot me guiño el ojo, para posteriormente iniciar una conversación con los otros 3 chicos de la mesa. Sin más seguí a Julie a un lugar desconocido para mí.

−Tu chico es difícil, parece un fantasma.

−¿No has podido encontrar nada?

−Algunas cosas he podido reunir, pero poco he descubierto que sea interesante −desde su mochila sacó una hojas −Como te había comentado antes, es un prodigio en la música, es un genio al respecto, toca piano, guitarra, batería, algunos instrumentos de viento, canta, rapea y compone. Sus gustos son bastante básicos, nada destacable excepto que ama la sandía por alguna razón. Pasa casi todo su tiempo en la sala de música o con sus amigos. Viene desde Canadá, pero no sé porque decidió regresar a Estados unidos, habla inglés y español fluido y es todo lo que encontré.

−Está bien para mí, gracias, Jules− Le di un pequeño abrazo− Lo demás me toca a mí.

−No debería preguntar, pero quiero saber para que necesitas todo esto.

−Te dije sin preguntas, pero diré que creo que ganaré un auto.

−A veces das miedo ¿te lo había dicho?

−Creo que me lo habías dicho antes – nos reímos, para luego despedirnos y cada uno ir a su clase correspondiente. Meditándolo un poco, la capacidad que tienen las mujeres para ser detectives es increíble.

Caminaba por los pasillos mientras leía las hojas que mi genial amiga me había dado, estaba todo lo que ya me había dicho además de algunos datos extra. Antes de llegar a mi salón rasgué las hojas en varias partes para luego tirarlas al papelero y no dejar evidencia de mi investigación.

Entré al salón segundos después, en donde una fuerte carcajada me hizo abrir mis ojos asombrado, era la primera vez que oía esa risa, intrigado, miré al final del salón en donde Adrien, David y Mark sonreían contentos. Al parecer esa peculiar risa era de Mark, el cual al ver toda la atención que consiguió, ocultó su rostro entre sus manos el cual se había sonrojado, siendo más notorio luego de recibir las burlas de sus dos amigos. Sin más camine para acercarme a ellos.

−Que buena risa tienes Mark −Le sonreí amable.

−Gracias... supongo− el chico no levantó su mirada en ningún segundo.

−Aaron, ¿podemos reunirnos este viernes para comenzar nuestra composición?− David habló con una pequeña sonrisa aún animado.

−Claro, en donde sea.

−Reunámonos en la biblioteca ¿Está bien?

−No hay problema, ¿Ustedes ya comenzaron? −pregunté sin dejar de mirar al sonrojado muchacho.

−Me siento bastante inútil− Adrien habló sonriendo −Mi amigo aquí presente es un genio componiendo música.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.