Alguien te mira Sy

⚡ CAPITULO 1

La puerta de la habitación fue abierta y dos jóvenes entraban pegados, besándose y tocándose por todo su cuerpo, el joven un chico de unos veinte  y tanto años pelirrojo, las manos de él bajaban hasta el trasero de la chica; rubia, esbelta y de la misma edad que el chico, apretaba su trasero con fuerza hasta hacerla gemir a través del beso que los tenía unidos, luego sus manos subieron hasta quitarle el vestido a la chica y apretar sus senos que eran sujetados por el sostén, él se alejó de los carnosos labios de la chica y bajo a su cuello, dando pasos para llegar a la cama chocaron con una mesita por lo que ambos rieron.

— Mi amiga está dormida, así que no podemos hacer mucho ruidos — Habló ella quitándole la camiseta al pelirrojo, él sonrió y la volvio a besar.

Llegaron a la cama y ahí el sostén de la joven salió volando, los labios de él tomaron unos de aquellos pezones y con sus dientes jalo este haciendo que la chica gimiera, la muchacha que estaba durmiendo en la parte superior del camarote se movió incómoda y abrió sus ojos al escuchar unos sonidos, bufo molesta al saber de qué se trataba aquel sonido por lo que volvió a intentar dormir.

Mientras que ella trataba de dormir a pesar de los gemidos, su compañera disfrutaba de unos labios que tenían capturados sus pezones, que los pellizcaba y chupaba logrando que de la garganta de ella salieran gemidos llenos de placer, luego los labios del joven bajaron por el abdomen de Maya, ese era el nombre de la chica, el cuerpo de ella tembló al sentir un dedo entrar entre su parte íntima y empezar un movimiento tan erótico, entrando y saliendo de su feminidad de forma lenta, Maya arqueaba su espalda y mordía sus labios, el joven sacó su dedo y metió este a la boca de la chica para que ella probará su propio sabor, después su boca se apoderó de la feminidad de Maya y chupo los labios vaginales de ella.

— Aaah —Gimio ella en voz alta olvidándose por completo de su compañera.

Lo boca del pelirrojo se movía bastante bien dando a mostrar que era más que un experto en el sexo oral y de que sabía complacer a las mujeres excelentemente. Cuando Maya llegó a su tan añorando orgasmos él se alejó, bajo su jean y boxer dejando ver su miembro erguido, tomó un condón se lo coloco y luego subió sobre la joven, tomó las piernas de ella y se las envolvío en su cintura.

Sin avisar penetro a la chica y está gimió tan alto y la que intentaba dormir tuvo que cubrirse los oídos, no podía entender la costumbre de su compañera de traer hombres al dormitorio universitario, Maya seguia gimiendo ya que disfrutaba tanto de las embestidas que recibía por parte de él quien no dejaba de entrar y salir, cambiaron de oposición, ella estaba sobre él quien estaba de rodillas en la cama apollado sobre sus talones y con Maya enganchada y brincando como cual conejita.

La noche para ellos fueron larga llena de sexo desenfrenado mientras que para Sierra, la joven que dormía o intentaba hacerlo su noche se hizo más que larga ya que no podía descansar y todo por la calentura de su compañera, al día siguiente los amantes se había despertado entre besos y sexo pero esta vez era un poco más silencioso, cuando terminaron la amiga de esta salió de la cama y se puso un camison.

— Gracias amiga una vez más no me dejaste dormir — Susurró Sierra para si misma mientras sacaba la almohada de su rostro, la cual había puesto desde el momento en que Maya entró tirando toda su ropa al suelo y besoqueandose con el chico. Se levantó con todo el peso de la noche en sus hombros, que como ya sabrán no había dormido nada, un polvo en la noche, otro en la madrugada, otro más en la mañana; se preguntaba si esta gente no sé cansaba ya que no entendía como podían tener tanto sexo. Salió de la cama a paso lento para pedirle amablemente al novio de su amiga que se largará de la habitación ya que ella quería ducharse para entrar a la primera clase que por cierto iba tarde según su criterio.

— Sy cariño estás despierta, ¿no escuchaste nada, verdad? — Preguntó Maya sonriendo con algo de sueño,  estrujando sus ojos, volvió a la cama con el chico y este la abrazo.

—No, para nada, he dormido como un bebé — Habló Sierra con sarcasmo —. Es obvio que no dormí nada por sus ruidos, par de asquerosos —Su amiga y el novio de esta rieron, Sierra puso en blanco sus ojos y se giró sobre sus talones para ir al baño, pero luego recordó que aquel chico seguía ahí—. Pretende quedarse toda la mañana o quizás todo el día, necesito bañarme, si mal no recuerdo esto es un dormitorio para chicas y si alguien los cacha nos meterán a los cinco en problemas —Señaló la litera de las chicas la cual una de ella, Helena, estaba en su primer sueño bien rendida ya que llegó después de que los dos jóvenes terminarán su sección de sexo, Sierra supuso que también estaba en noche de sexo, la chica se percató de que Mirza la que dormía en la litera de arriba no estaba allí.

—Antes de que preguntes por Mirza se quedó en la habitación de su novio, o en otra realmente no recuerdo con quién se fue — Habló Maya la cual aún seguía entre los brazos del pelirrojo, tenía el celular en las mano e intentaba sacarse una selfie con su novio.

Sierra recordó que ahora la única que estaba soltera era ella, había terminado con su loco ex novio hace dos meses, pensó en sus apasionadas noche de sexo y que después de pasar tanta noche de pasión este se volvió loco, suspiró y abrió los ojos al ver como el chico que antes estaba en la cama de su amiga se levantó de la cama totalmente desnudo, se para frente a ella y la saluda con una sonrisa; luego procede a vestirse lentamente. No es que andaba viendo las cositas de los novios de sus mejores amigas, pero si este hombre se le paraba en frente así todo descubierto y como dios lo trajo al mundo ella no podría evitar verlo, de hecho no lo evitó, su mirada fue directamente a su entrepierna que por cierto no estaba tan mal, sacudió su cabeza sacando esos pensamientos sucios de su mente, camino hasta el baño y comenzó a quitarse la ropa, la joven se metió a la ducha comenzando a lavarse la cabeza para luego enguajarla, tenía el cabello rizado que debes en cuando planchaba, así que dejarlo mojado sería perfecto para ellos, salió de la ducha pensando que tenía la hora en la frente de tal modo que comenzó hacer todo de prisa, no es que había visto la hora en su celular sino que su instinto le decía que era bastante tarde, recogió los libros y cuaderno que llevaría y lo adentró a la mochila. 《O no, no podía llegar tarde otra vez con esa maestra》 pensó, ya iba mal con esta y que probablemente hoy daría un examen.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.