Alguien te mira Sy

⚡ CAPITULO 4

Sierra casi sufría un colapso al escuchar aquello, conoció perfectamente a esa pobre chica, sabía que era la alegría en persona, una bella chica que a pesar de su gran hermosura siempre fue la joven más humilde del planeta tierra, ella la apreciaba mucho ya que desde que se conocieron Gabriela no se le despegaba, la joven trato de secar las lágrimas que salían de sus  ojos, pero no podía controlarla, en estos momentos podía sentir como estaba más cerca de un estado de pánico respirando agitada, sus amigas la miraron preocupadas y se arrepintieron de verle contado a pesar de que ya sabían que ella se enteraría tarde o temprano ya sea por sus bocas o por los de las demás.

—Sy —La llamó con cariño Helena —. Por favor tranquilízate, ella ya no está y no se puedes hacer más nada, la vida sigue y tu debes sonreír y ser feliz por ella —Helena le hablaba con cariño.

—Helena tiene razón cariño, se que debes llorar y sacar todo lo que sientes ahí dentro, pero debes tranquilizante —Maya señaló su pecho, todas se sentía ahora muy mal por ver a Sierra de ese modo, sabían que Sierra apreciaba a Gabriela, pero ahora descubieron de que había algo más que sólo aprecio, ella la quiso de verdad.

Caminaron mirando todos los carteles dentro del teatro la cual estaba repleta de estudiantes, maestros, el rector y otros empleados más, sobre el escenario estaban los padres y hermanos de Gabriela quienes recibían la condolencia de todos los que eran amigos de Gaby, Sierra se dirigió hacía ellos. La familia había sido invitada por el rector para hacerle una ceremonia de un audio en la universidad a la joven asesinada.

—Buenas señores Montés, mis más sinceras condolencias para ustedes, quiero decirles que yo conocía bastante bien a Gaby, la quería mucho por que ella era pura, inocente, dulce... — La voz casi se le quiebra —. Me gustaría dedicarles unas palabras.

—Gracias por tus palabras y sí, puedes decir unas palabras en honor a nuestra hija —Dijo una mujer, era muy parecida a Gabriela, cabello largo hasta las caderas de un castaño muy oscuro, ojos marrones y de buena figura.

Una vez que todos los alumnos de la Universidad estaban sentados algunos amigos de Gabriela empezaron hablar de ella, para Sierra esas personas en realidad no la conocían de verdad, cuando llegó su turno de hablar se paro frente al público, tenía un poco de pánico escénico pero olvidaría su miedo y hablaría sobre su difunta amiga, sus oscuros ojos dieron con la mirada de sus amigas quienes le sonrieron para darle motivación y ánimos.

—Hola, yo conocí personalmente a Gabriela, creo que de todas estas personas y aparte de su familia era la que más la conocía —Empezó y nuevamente sus ojitos se llenaron de lágrimas, ella agachó un poco su cabeza y con el dorso de su mano secó sus lágrimas e intento reír un poco, ella le dolía porque Sierra era una persona que cuando encontraba una amistad se apegaba a esa persona como si su vida dependiera de ello, por eso quería elegir bien su futuro esposo, porque sabía que en el momento en que se enamorara sería fiel para toda la vida aunque él sea infiel, por esa misma razón no había tenido más amigos que las tres muchachas que conoció en su infancia, pero Gabriela se había poco a poco ganado su corazón—. A ella le encantaba reír, decía que "Siempre locos, nunca Triste, hagas lo que hagas sonríe y se feliz que la vida es solo una y si se va nunca vuelve" —Hizo silencio un momento y miró el pequeño altar que le habían hecho a la joven en donde su fotografía estaba ahí y la chica sonreía mostrando una exagerada sonrisa, pero que se veía que en verdad era feliz, todo el público se conmovía al escuchar a Sierra —. No quiero decir lo típico, solo les diré que Gaby a pesar de esa sonrisa que siempre nos brindaba era una joven que también sufría, pero ella a pesar de estar triste nos sonreía a todos y esa alegría hacia que nos sintiéramos mejor.

—ERA COMO UNA HEROÍNA —Gritó alguien del público, el detective Gómez entró viendo de primer plano a su pequeña, debían estar ahí ya que era una investigación abierta.

—Exacto, Gabriela era una Heroína, con su sonrisa, su chispa, esa felicidad que reflejaba nos salvaba a todos —Los padres de la joven estaban llorando al escuchar a Sierra —. Yo podría decir que la conocía, tanto o más que a mi misma, ella era la persona más Jocosa que conocía —Intento reír —. Pero lo era de manera especial —Ella miró nuevamente a los padres de Gaby —. Ella desde el día uno en que me conoció no se me despegó, todo el tiempo quería estar conmigo y para mi eso era tierno, ella era la persona más dulce de todo el mundo, confiaba en todos y cuando era traicionada lloraba durante días, no hay nadie en este planeta como ella, señores Montés — Esta vez se  dirigió a los dolientes padres —. Tienen que sentirse orgullosos de su hija, ella fue la mejor hija, la mejor hermana y la mejor amiga y compañera, era una alumna ejemplar, yo le agradezco por a ver criado a una chica única, tan buena, talentosa y que su único defecto solo fue confiar en ese maldito asesino.

Ella se alejó del público y se dirigió con la familia Montés quienes la abrazaron y agradecieron por sus dulces palabras.
El rector de la universidad pasó para dar el último adiós a la jovencita, el hombre de algunos cincuenta años, pero con apariencia de menos, cabello rojizo y ojos verdes oscuro subió a la plataforma, miró el floral con su foto y se quedó observando con tristeza.

Hace cinco meses la joven había desaparecido al salir de la universidad sin dejar huellas, la última aparición de vista a ella fue en las cámaras de grabación de la universidad cuando salía por la parte del estacionamiento, lo que les decía al detective Gómez y su grupo de investigación que ella había Sido raptada en aquel mismo lugar y que probablemente de ahí se la llevaron a otro lugar, pero el estacionamiento era inmenso y solo tenía cámaras de seguridad en la salida y entrada más no tenía en donde estaban los autos estacionados. El rector de la universidad les había dicho que no vio necesario poner cámaras en todo el estacionamiento uno porqué era perdida de mucho dinero y dos porqué Georgia y la universidad en si eran seguras, pero desde el primer secuestro y asesinato hace tres años hasta ahora aún no la ponía y eso molestó mucho al detective. Le hizo saber que si había otro secuestro de ese lado sería su responsabilidad si no agregaba las cámaras de seguridad, pero el rector le había devuelto potente que aunque pusiera las cámaras de seguridad si había otro secuestro se haría como quiera, él tenía razón, pero Gómez tenía más, con las cámaras de seguridad se hubiera hallado el asesino o por lo menos una pista que los llevará al hombre.




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