Alguien te mira Sy

⚡ CAPITULO 13

Publiqué estos tres capítulos hoy porque no habfa más hasta el domingo, por algunos inconvenientes. Así que del 11 hasta 13 fue publicado hoy. Disfruta la lectura.

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El detective se levantó el sábado a las seis de la mañana con una llamada de su grupo, habían encontrado otra pista y está era muy valiosa. Se trataba del celular de la joven recientemente desaparecida y asesinada en ese mismo tenor, Gómez se tiró de la cama preparado deprisa, solo tardó dos minutos en la ducha, menos de cinco segundos cepillando sus dientes y ni decir para cambiarse lo hizo en milisegundos.

—Amor, hablamos —Le dió un beso en la mejilla a toda prisa.

—¿Y el desayuno? No te vayas tan temprano, hey.

—Cariño tengo que ir, tengo que ser quién levanté ese celular.

—¿De que estás hablando?

—Hablamos chao, te cuento! —Le dió un beso en la mejilla y se subió en el coche, ella como siempre le dió a la tecla de la puerta y está se abrió dándole paso a salir, ella se preocupo por él, nunca lo había visto tan ansioso por una pista, realmente se estaba tomando muy enserio este caso. Aparte sin desayunar y con esos nervios de punta no eran un buen ligue.

El detective Gómez se encontró con su grupo de amigos en la entrada del edificio donde lo esperaban para irse a la escena en dónde habían encontrado el celular, hasta que entraron al centro de la ciudad y luego a la universidad, Gómez no sabía que era específicamente dentro de la universidad, el personal de seguridad los llevo hasta un callejón cerca del gran estacionamiento, un callejón dónde ponían botes de basura, allí estaba en una esquina fuera con la intención de que sea encontrado.

—¿Alguien le puso la mano? —Preguntó Jhonson al salir del carro, el rector de la universidad negó con la cabeza.

—Desde que me avisaron les dije que nadie le pusiera la mano —Contestó el rector.

—¿Quién lo encontró?

—Yo —Respondió una de las empleadas de limpieza—. Me tocó hoy sacar la basura y lo ví, me pareció raro y llame al director, he vendido dos veces mientras iba y venía buscando las bolsas porque estoy sola de este lado, las otras me dejaron sola y no me gusta...

—Esta bien mi doña —La interrumpió Jhonson. La detective la llamó a una esquina para pedirle su nombre mientras el detective Gómez caminaba hacia donde estaba el celular. Rodríguez le sacó varias fotografías y luego Velázquez se puso sus guantes sacó una bolsa y lo entró.

—¿Aquí lo encontraron? —Cuestionó Gómez al rector.

—Sí —Caminó un poco con los brazos cruzados—. Desde que ella lo vio nos avisó. Y les hable a ustedes. Realmente no estoy seguro si es él de Gabriela —Contestó el hombre, con los brazos cruzados del frío que hacía esa mañana se giró mirando hacia la ventana, hacia una de las muchas ventanas. Gómez afirmó con la cabeza y miró hacia el lugar en dónde habían encontrado el celular.

—Sácale otra fotografía sin el celular Rodríguez —El joven afirmó con la cabeza y empezó a tomar fotografías en diferentes ángulos.

—Muchas gracias rector —Dijo Sebastián asiendo que y él hombre lo mirara. luego se fue a su carro, Jhonson se montó con Gómez está vez. Rodríguez y Velásquez en el otro auto.

Al llegar a la comisaría solo mostraron sus rostros, está vez Sebastián sacó su placa mientras sostenía una cara de pocos amigos, Jhonson se había quedado callada todo el trayecto pensando que le diría a Gómez. Realmente no había mucho que decir, pero quería decirle algo que lo dejara satisfecho por lo menos hasta que se sepa de la información que tiene el celular.

—Esto es terrible —Fue lo primero que dijo Gómez cuando entró a la sala, el personal computarizado los miró a los cuatros.

—¿Que sucede chicos? —Preguntó un detective, los tres jóvenes miraron a Gómez y este con su rostro de quiero matar a ese maldito asesino se fue a su oficina a zancadas.

—Nos mata si te decimos algo —Dijo Rodríguez y se fue detrás de Jhonson y Velásquez, al llegar a la oficina lo encontraron clavando la cabeza en la mesa.

—Ese hijo de perra nos conoce, me conoce perfectamente; quiere jugar conmigo tal vez está confabulando con el mismo rector —Jhonson cerró la puerta porque algunos se acercaban para husmear en sus asuntos.

—No descarte a ese hombre, realmente siempre me pareció raro —Dijo Jhonson, la chica se sentó en el asiento colocando el pequeño cuaderno de anotaciones.

—Y viniendo de ti que conoces los sicópatas reales, pues le pondré más atención cuando lo vuelva a ver —Habló Rodríguez.

—No es él, yo sé que no. Pero tal vez si él estuviera metido en ese lío lo estaría protegiendo, recuerden que todo empezó un año después de él empezar, deberíamos no sé un día investigar a su familia —Dijo Velásquez, Gómez levantó la cabeza afirmando con la cabeza.

—Buena idea —Dijo—. Que tenemos.

—Un asesino que se burla de nosotros, que quiere que sepamos que lo estamos buscando y que él lo sabe y una señora que habla mucho —Termino de decir Rodríguez. Jhonson afirmó con la cabeza.

—Si esa mujer hubiera sabido algo hace rato que lo hubiese soltado, créame conozco ese tipo de gente. No pueden guardar la verdad. Ella me dijo —Jhomson abrió el pequeño cuaderno—. Que solo vio el celular y lo tomó y al ver la fotografía de Gabriela lo volvió a poner en el mismo lugar...

—Espera, lo tomó, maldita sea... —Interrumpió Gómez.

—Si, ese fue su peor error la verdad podría tener sus huellas —Siguio Jhonson.

—Estamos seguro que la tendrá —Contestó Velázquez.

—Bueno, sigo —Dijo la jóven—. Él le contestó que ese era el celular de la niña Gabriela y que llamaría al detective Gómez en...

—Le dijo que ese era el celular de la... —Rodriguez interrumpió a Jhonson.

—Exacto —Gomez interrumpió a Rodríguez—. Me dijo que no sabía de quién era el celular y ahora simplemente nos llamó para avisar por si acaso, aparte me dijo que nadie lo tocó. O está hablando mentira o mi siquiera tiene idea de lo que dice.




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