⚡ CAPITULO 23

Sebastián se encontraba en una habitación, su esposa estaba dormida a su lado por todos los calmantes que le había puesto el doctor que la atendió, Jhonson llegó un minuto después hacia donde el había Sido trasladado hasta que estuvieran fuera de peligro y hasta que el detective encargado del caso llegara de Nueva York para que pueda ver la escena del crímen él mismo.

—Lorena no me dejes así, sabes que necesito saber algo —Una lágrima bajó por su mejilla.

—Solo tenemos el mensaje, encontraron una camioneta en la camara de seguridad y la camioneta estaba en la universidad como siempre, revisaron bien, los perros huelen a la joven, pero solamente ahí en la camioneta. Es como si se desapareció de ahí mismo. Hay mucho más pistas que en los casos anteriores pero todo nos llevan a un... —Sebastiam se echó hacía atrás llorando como un bebé.

—¡No puede ser! No puede ser. Oh no. Mi niña. No. Por favor.

—Sabes que haré todo lo que este a mi alcance para encontrarla, pero es como si la tierra se la tragara no hay nada. Entró a las tres de la mañana, a esa hora se ve la camioneta detenerse y sabemos que algo le pasó a Sierra porque la lleva cargada, tiene algo que le tapa el rostro y es muy alto la verdad, sabes es muy alto ese hombre —Su esposa se removió incómoda tratando de despertar y ambos miraron hacia ella, Jhonson se sintió terrible al verla de esa manera—. Prometo que cualquier información vengo a decirte, lo prometo —Dicho esto la joven se levantó del asiento y salió de la habitación, empezó a sollozar mientras caminaba hacia la salida y antes de salir secó sus lágrimas.

—Chicos es terrible. Es terrible —Velázquez se echó hacía atrás tratando de apaciguar la marea que había dentro de él. Los tres se montaron en el carro y se fueron al edificio a la espera del nuevo jefe encargado del caso.

El Joven llegó a las tres y media de la tarde, el detective Jeremy Jones de algunos veintisiete años graduado hace tres años y pasado directamente a la FBI por sus logros. Saludó al nuevo equipo y presentó a dos compañeros más.

—El es el detective Fernández y ella es la detective Contreras ambos estarán trabajando con nosotros —Los tres detective saludaron a los nuevos integrantes y le dieron paso en la oficina enseñándole cada cosa que habían hecho conforme el tiempo iba pasando.

"Su hija y su novio acaban de salir, bueno salieron hace rato ya. Supongo que hoy sería un día perfecto para matar dos pájaros de un tiro."

Att: El asesino.

—En este mensaje no tomaron cartas en el asunto —Cuestionó Fernández.

—Por esa razón el detective Gómez fue a buscar a su hija a la universidad para llevarla a casa —Contestó Velásquez.

—¿Cuánto tiempo pasó hasta que el envío este mensaje? —Preguntó Jones mientras leía.

—Pues varias horas, Sy había salido a las once de la mañana y él al parecer les tomo la hora o tal vez los persiguió, el mensaje fue mandando de un celular desechable que encontramos a metro de la universidad ese, el asesino tardó tres días antes del secuestro y al tercer día que es hoy envío este mensaje. Lo hemos ubicado en la universidad.

"Buenos días, hoy se despierta con el terror en su cabeza, le tocó a la suya señor Gómez, hasta luego"

Att: El asesino.

—Quiero las cámaras de seguridad de toda las instalaciones en la universidad de hoy de las tres de la mañana hasta las seis, también quiero el aparato dónde ella se comunicaba su celular y su laptop. Quiero las fotos de la escena y también quiero ver las fotos de las anteriores víctima —Jones se levantó de la silla mientras recibía el forden con la información de cada víctima, abrió y miró los apuntes.

—Nosotros tenemos todo eso —Comentó Rodríguez.

—Lo quiero de nuevo.

—Bien, ¿Ustedes sabiendo que la niña entra en las elecciones del secuestrador no la mandaron a protección de testigos? — Preguntó la detective Contreras.

—No sabíamos que de tantas ella era — Contestó Jhonson.

—Estamos hablando de una chica que estuvo cerca de la sexta víctima, ¿Acaso no lo vieron venir?

—Mire, yo le pedí muchas veces al superintendente que nos permitiera dar una rueda de prensa para alertar a las chicas de que forma usa el asesino para acosar a su presa hasta obtenerla en sus manos, pero dígame él siempre está en otro mundo, también le dijimos, pida seguridad para mandarlo a la universidad, la seguridad suficiente hasta que ese asesino se dé por vencido. Pero tampoco entonces, mandar a Sy a protección de testigos hubiera Sido por igual un pedido que nunca sería escuchado. Nosotros le dijimos a Gómez que la dejara en casa, pero tampoco sabíamos que ese hombre estaba tan obsesionado con la niña para ir y llevársela de su propia casa, es un asesino serial simplemente hubiera elegido a otra más cerca, pero es obvio que tenía algo contra Gómez —La detective respiró profundo para calmar sus nervios tragó en seco sintiendo como le dolía la garganta.

—Se que ustedes son muy cercanos al detective Gómez, pero quiero que trabajen lo más concentrados posible y lo más calmados —Empezó hablar Jones mientras caminaba hasta estar al lado de Jhonson—. Bien, usted y yo vamos a volver a la escena del crímen, Velásquez y Contreras quiero que vayan a la universidad a pedir todas las grabaciones sin quejas algunas, no quiero que vengan sin eso en sus manos y si tiene que traer preso a alguien que se ponga resistente llamen refuerzos ¿bien? —Ambos afirmaron con la cabeza—. Rodríguez verdad —El joven afirmó con la cabeza—. Y Fernández saquen toda la información útil que tenga esa laptop y ese celular —Ambos afirmaron con la cabeza, mientras Velásquez y Contreras salían por la puerta, Jones le dió el paso a Lorena para que salga primero y luego el se fue detrás de ella hasta que llegaron a su auto.

—Muy lujoso para mí gusto —Comentó Jhonson al ver el carro del agente, ambos entraron y se abrocharon el cinturón.

—Es lo que gana un detective de la FBI que hace que valga la pena comprar algo así, ¿creés que con ese carrito de ferrocarril van alcanzar a un asesino en una huida?