Nadie de los presentes en la cúpula perdida detalle alguno del increíble encuentro. Sin duda para ellos ver a un humano compitiendo de igual a igual con uno de ellos era difícil siquiera de imaginar; y es que por más musculoso y grande que fuera Lobezno, la capacidad de rivalizar con un lobo no radicaba en su físico, sino en lo que se encontraba dentro de él: su propia alma.
Lobezno era ligueramente más rápido que Vixit, y su menor tamaño lo ayudaba a esquivar aun más fácil las mordidas que el lobo intentaba a las extremidades, recibiendo Lobezno cada una de ellas con contragolpes que hacían sacudir la cabeza de su cada vez más enfurecido rival.
Cuando el lobo pareció tomar la ventaja quedando por encima de Lobezno, este logro posicionarse debajo de Vixit, justo en su estomago, lanzándolo desde ahí a 10 metros de distancia. El lobo cayó al suelo de maneta aparatosa, pero logro ponerse de pie en menos de un segundo; no se miraba adolorido, sino más bien rabioso por la frustración de no poder tocar a quien se pensaba debía dominar.
Lobezno por su parte era todo lo contrario, estaba tranquilo y concentrado, había hecho conscientemente todo lo que Liber le había enseñado hasta ese momento; lo que le hacía creer que lo peor estaba por llegar. Vixit corrió de nueva cuenta hacia él, pero esta vez más rápido que nunca. Lobezno apenas alcanzo a ver sus ojos llenos de rabia, cuando el lobo logro conectarle un zarpazo justo en el rostro luego de esquivar una mordida. El impacto hizo retroceder a Lobezno, pero en ningún momento este perdió la noción del enfrentamiento.
Vixit cada vez atacaba más rápido y decidido, tanto con el hocico como con las patas, haciendo que Lobezno solo pudiera defenderse cada vez con menos éxito. El lobo marco de sangre el cuerpo de Lobezno luego de 3 zarpazos más, pero él no hizo ni un pequeño gesto de dolor, ni siquiera cuando los colmillos le penetraron la carne. Vixit lo levanto sujetándolo del hombro hasta el cuello y lo azoto contra el suelo de piedra blanca; lo volvió a levantar, poniéndose en dos patas, para azotarlo más fuerte aun. Pero justo en el aire Lobezno clavo sus dedos en los ojos del lobo, tan fuerte, que este solo pudo liberarlo cuanto antes para que no siguiera.
Lobezno tomo su distancia del lobo. Del hombro le brotaba la sangre que le bañaba la parte derecha del pecho y parte del abdomen. Jamás había tenido esa sensación, su sangre se sentía hirviendo y su corazón bombeándola con más fuerza que nunca. Apretó los puños y miro al lobo furioso, mostrando los colmillos con ferocidad, cuando logro apenas escuchar a Liber, entre su cada vez más creciente rabia.
-Tienes que combinar tu enojo y tu habilidad, hermano. No te dejes dominar por ninguna de las dos.
-Guarda silencio, Liber. No puedes aconsejarlo –dijo Curia, más molesta que indignada.
Sin embargo, para Lobezno las palabras de su adoptivo hermano ya le servían de poco, pues no es que los lobos no sintieran dolor, pero en esos momentos de pelea, lejos de sentirse mermados, la adrenalina de su cuerpo se producía a niveles exagerados, impulsándolos a pelear con más ganas, para evitar la vergüenza y deshonra de ser vistos como perdedores; dejándose llevar por la rabia que los consumía.
Lobezno entonces corrió en contra del lobo, era su primera vez que él atacaba primero. Vixit trato de recibirlo con sus patas delanteras pero Lobezno fue más rápido y logro impactar con ambos puños en el rostro del lobo, y antes de que volviera a tocar el suelo con sus cuatro patas, lo sujeto con su mano izquierda del pelo del pecho, para golpear continuamente las costillas del lobo, haciéndolo retroceder, sin parar de pegarle en el mismo lugar.
Así llegaron hasta el enorme trono del líder, donde con fuerza Lobezno impacto al lobo, haciendo temblar la roca. Estaba sumamente molesto, pero a diferencia de la mayoría de los lobos, este siempre hacia mejor las cosas cuando estaba en ese estado, pues como Liber lo había dicho, se concentraba casi perfectamente en el resultado que quería lograr, mientras su fuerza y velocidad estaba al máximo.
Lobezno continúo estrellando con las dos manos la enorme cabeza del lobo en la roca, con toda su fuerza. Vixit trataba de reaccionar pero era inútil, cada vez que lo intentaba, Lobezno sin soltarle la cabeza, se alejaba de las patas y lo volvía a estrellar contra la roca blanca, la cual con cada impacto temblaba y se movía algunos centímetros.
Lobezno sabía muy bien que esa era la clave para derrotar al lobo, pues cada vez veía que reaccionaba menos. Lo jalo hacia él y lo recibió con un fuerte rodillazo justo en el hocico. El lobo apenas pudo reaccionar con un chillido, cuando Lobezno con todas sus fuerzas, velocidad y peso de ambos se preparaba para estrellarle la cabeza de nueva cuenta contra la roca. Pero antes de que eso pudiera ocurrir, el líder descendió justo sobre ellos, interponiéndose entre el ataque de Lobezno y lanzando a ambos lejos de la roca.
Lobezno incrédulo volteo a ver a su adoptivo padre que volvía a lo alto de su trono, en él veía un rostro de dolor y decepción, que lo dejo aun más pensativo que la propia intervención. Mientras que Vixit de pie sacudía la cabeza como si intentara aclarar sus propios pensamientos.
El lobo rugió con fuerza y corrió hacia Lobezno que alcanzo a recibirlo con un fuerte golpe. Pero no fue suficiente para doblegar al lobo que se mantuvo casi en la misma posición para así tener más al alcance el antebrazo de Lobezno y morderlo. Lobezno intento liberarse dando golpes con su mano izquierda en el rostro de Vixit, pero el lobo con cada uno de ellos más lo apretaba.
#7132 en Otros
#875 en Aventura
#6082 en Fantasía
#2336 en Personajes sobrenaturales
Editado: 12.12.2023