Capítulo 2

Capítulo 2

Hechizos:

Por las mañanas, los estudiantes de la escuela de magia se reunían en el comedor para disfrutar de un delicioso desayuno antes de comenzar el día. Había olor a pastel recién horneado y las mesas alargadas estaban lista para dar cabida a al menos veinte estudiantes por cada una, con símbolos mágicos tallados que se movían constantemente de un lado a otro con suavidad, rebotando en los bordes. Las sillas volvían a su lugar después de ser utilizadas caminando por si solas. Candelabros de bronce sostenían velas iluminando con suave y cálida luz los utensilios de plata y bronce junto a las risas y conversaciones de los estudiantes. Las patas de la mesa parecían tallados de dragón, cada una terminaba en afiladas garras. Apenas se acomodaron, las gigantescas mesas comenzaron a elevarse lentamente, acercándose casi a alcanzar el techo, la escena, aunque encantadoramente emocionante, generó una sensación de peligro y vértigo para algunos de los estudiantes que comenzaban a marearse con la altura.

—¡Vaya! ¡Qué emocionante! —exclamó Borea con entusiasmo, mientras agarraba su silla por los bordes del cojinete para no caer. —Esto solo sucede con los de primer año —explicó entre sonrisas. —Mi hermana me dijo que es una forma de que empecemos a acostumbrarnos a las alturas, para cuando echemos a volar por primera ves en nuestras escobas. Nixia sintió un poco de temor y emoción mientras se aferraba a la mesa. Aunque era una situación inusual, comprendió que formaba parte de las muchas experiencias que vendrían.

—¿Eres hija única? —preguntó Borea.
—Sí. Pero hubiese querido tener una hermanita.

—Yo tengo dos hermanos, una hermana mayor y un hermano mediano —cometó Borea—. Mis padres son ambos brujos. Mi madre es astróloga y mi padre, alquimista, aunque no pude conoseros ya que desaparecieron sin dejar rastro alguno —dijo con decepción mientras tomaba una uva de uno de los bol con inscripciones egipcias.

—Bueno, según escuché, mis padres también son brujos. Mi madre es piloto de rescate y mi padre, capitán de un buque de investigación, es biólogo —dijo con orgullo mientras probaba un trozo de pastel de fresa. Sin embargo, Borea no entendió bien lo que acababa de escuchar.

—Sé que es un capitán, como en el Astrea. Creo que "biólogo" se refiere a algo como un biomágo, pero... ¿qué es un piloto de rescate? —preguntó, curiosa.

—Es una persona que trabaja en una avioneta rescatando a personas en peligro en alta mar.

—¿Avionetas?... Espera, ¿vienes del mundo humano? —exclamó, emocionada, captando la atención del resto de los estudiantes en la mesa—. ¿Cómo es allí? ¡Tengo tantas preguntas! —dijo, llena de energía, mientras la mesa comenzaba a descender suavemente hacia el suelo.

Pronto se acercaba la hora de la genial asignatura Paranormal, sería su primera clase. Entonces escuchó por primera vez las tres campanadas.
El salón está en el primer piso, cercano al pasillo con vistas al patio. Las mesas y sillas son de hierro, mirando hacia el pizarrón y al esqueleto de laboratorio que está parado en una esquina coronado con varias telarañas. Del techo cuelgan cadenas de gruesos eslabones y hay un constante murmullo de voces del más allá, el maestro es un señor de complexión delgada con una tez bronceada, un rostro enérgico y vestía una túnica de color azul oscuro.

—Buenos días estudiantes, mi nombre es Alaric Sarraf y estaré acargo de enseñarles la clase Paranormal. Abran sus grimorios —clamó mientras los alumnos decían el hechizo correspondiente, todos intentando abrirlo, las palabras **Aperio Revelio**, hacían eco una y otra vez.
escribió en el pizarrón:

Lección: Introducción a los fenómenos paranormales y su estudio
—El Objetivo de la lección es introducirlos en la enseñanza paranormal, explorando los plexos paralelos y Novales, sobre todo ese mundo que corre a la par que el nuestro y el de los humanos, al que muchos suelen llamar lo invisible. Incluyendo fenómenos como la telepatía, la precognición, la telequinesis, la proyección Noval, entre muchas mas que Irán aprendiendo y desarrollando a lo largo de todo el curso.

—Pss. —Llamó Borea desde la mesa cercana a Nixia— observa —susuró para que viera como abrir el grimorio— **Aperio Revelio** —su grimorio abrió con suavidad junto al sonido de las páginas—. No puedes pegar la varita al broche o no le darás espacio a la energía —explicó.

Lumar consiguió el hechizo con éxito y tomó notas con su pluma de cuervo y la tinta invisible dentro del tintero, cuando su concentración se vio interrumpida por un estudiante que llegó tarde.

—Acérquese, joven, exclamó Sarraf mientras Nixia se sorprendía al reconocer a su vecino Arthur del mundo humano. El maestro observó el nombre del joven en su broche y con una descolocada expresión, algo muy habitual en el profesor Sarraf, aveces se quedaba en un limbo de segundos como si su mente pululara por el desierto, entonces se guardó la riña y con el puntero lo invitó a sentarse. Nixia, por su parte, había perdido la gran concentración que mantenía antes.

Luego de darse por concluida la clase y salir del salón, ella agarró el brazo de Arthur por primera vez y finalmente pudo leer su nombre mágico en el broche, al parecer ese lugar le contrajo la valentía que no tuvo durante meses

—Orión Shadowend —leyó—. Eres inclusive más guapo de cerca —le dijo atrevidamente, recibiendo una mirada fría a cambio.

Antes de que la situación pudiera intensificarse, la voz de Borea rompió la conexión incipiente entre ellos:

—¿Lo conoces? —preguntó Borea ingenuamente interrumpiendo. Orión se apartó con brusquedad de Nixia como si el contacto físico lo hubiera sacudido de alguna forma, y siguió su camino.

—¿Sabes quién es? Es uno de los vespertillios —explicó Borea— Los vespertillios son seres mitad vampiros y mitad brujos, o mitad licántropos y mitad brujos. Solo nacen un par de ellos cada mil años. Aunque últimamente hay muchos de ellos. Dicen que son personas peligrosas, incluso los maestros procuran mantener un trato precavido con ellos, por eso no recibió ningún regaño por parte de Sarraf.