Capítulo 7
Licantropía:
El pasillo de la escuela se llenó de miradas acusadoras cuando el joven licántropo caminaba con la mirada fija en el suelo, sus gafas empañadas por la niebla del aliento entrecortado dejaban ver su ansiedad. Nixia y Borea intercambiaron una mirada de preocupación mientras observaban a su amigo ser ignorado por los demás estudiantes, que se apartaban a su paso, manteniendo una distancia respetuosa.
-¿Cómo debe sentirse ser rechazado por todos tus amigos, sentirse solo, y que te tengan miedo por algo que ni siquiera recuerdas? -reflexionó Nixia, con una pizca de tristeza en sus ojos, Borea asintió con compasión, mientras se ajustaba el uniforme.
Al divisar a Jasper acercándose, Lumar apretó la mano de Borea con determinación en una señal de acción:
-¡Jasper, espera! -llamó con un tono firme pero compasivo que detuvo al joven vespertilio, al escuchar su nombre, Jasper giró lentamente, encontrándose con las miradas inquietas de sus amigas, por un instante, sus ojos se iluminaron con un destello de angustia y sus manos se aferraban con fuerza a la corbata.
-N...No te tememos -murmuró Borea con voz temblorosa
-Ustedes no, pero yo sí -respondió Jasper con amargura, arrojando bruscamente sus gafas al suelo y pisoteándolas. Sin mirar atrás, continuó su camino, dejando a Nixia y Borea con un sentimiento de impotencia ante la profunda soledad que asfixiaba a su amigo.
Antes de la clase de herbología, Lumar se sentó un momento en el borde de la fuente de las dos sirenas, sumida en sus pensamientos mientras escucha el sonido del agua. De repente, Marcellus Stardrift se acomodó a su lado en silencio, acariciando con delicadeza la cabecita de Pyra.
-Amm... Nix -comenzó, tratando de captar su atención-. ¿Podrías quedártela? Tenía intención de devolvérsela, pero él es...
-Marcellus -interrumpió Lumar con firmeza-. ¿Por qué no se la das tú? No creo que Jasper te haga daño. Sí, es un vespertillio, pero también es tu amigo.
-Tras devolverle a Pyra, se alejó, visiblemente molesta.
Desde el principio del semestre, los estudiantes se vieron con un puñado de clases atrasadas de herbología, la ausencia del profesor Suman Prakash, un hombre misterioso que había estado involucrado en un enigmático evento para el rey, dejó a todos con la intriga. Las especulaciones sobre la naturaleza de este evento secreto corrían entre los pasillos, pero ninguna teoría parecía dar en el clavo.
Finalmente, el día en que el profesor Prakash hizo su entrada en el invernadero número cuatro, la curiosidad se apoderó de los alumnos, su estatura baja, sus rasgados y serenos ojos y su calvicie, evocaban la presencia de un monje en lugar de un maestro, sin embargo, el rostro amable y sonrisa cálida conquistaron a los estudiantes de inmediato aunque su voz era suave y apenas audible, su carisma silencioso hizo que el invernadero se llenara de respetuoso interés, los jóvenes reconocieron de inmediato la necesidad de guardar silencio a diferencia de las constantes intervenciones de Sarraf para mantener la disciplina en sus clases, la mera presencia del profesor Prakash parecía inducir al silencio sin necesidad de súplicas ni reprimendas.
-Disculpen alumnos pero aún no están preparados para las clases en el invernadero, tenemos muchas clases que retomar, así que tendremos que ir al salón por el momento.
Los alumnos caminaban con sus cestas negras junto al maestro, siguiendo el sendero hacia el salón de herbología, pasando por el puente del lago donde los sauces llorones colgaban sus ramas y desde el cual Nixia tuvo la impresión de que una enorme serpiente asomaba su lomo, un reptil de tamaño imponente que, para su sorpresa, parecía tener mechones de pelo. Sin darle demasiada importancia, ya que encuentros extraños eran comunes desde su llegada, continuó su camino.
Entonces llegaron al salón, construido alrededor de un árbol gigantesco, cuyas ramas anidan una estantería de libros sobre herbolaria y botánica. Un amplio ventanal de vidrio cubre toda la pared derecha, bañando el ambiente con un resplandor verdoso que hace brillar las mesas. Hay un estanque cristalino con plantas acuáticas que flotan perezosamente en la superficie y racimos de plantas alineadas que cuelgan boca abajo en la pared de madera.
La clase de herbología comenzó, anunció el tema del día:
-La Reflectifolia, conocida como Espejocarpa es un árbol con hojas que actúan como pequeños espejos, reflejando y amplificando la luz natural -explicaba Prakash-. Como no disponemos del árbol completo para una demostración hoy, les mostraré un retoño para que puedan apreciar su singularidad declaró yendo hacia la entrada del salón donde había un pequeño brote, se agachó cuidadosamente, lo tomó y plantó en una de las macetas vacías. -no toquen las hojas, aunque su apariencia es deslumbrante, pueden ser cortantes -enfatizó, sus ojos destellan con una mezcla de advertencia y fascinación por la planta -lo único que no es filoso de este árbol es su tronco -añadió, con una nota de divertida complicidad, entonces se acercó a Jasper y continuó mirándolo a los ojos -¿No es así Nightingale? -le peguntó sonriéndole mientras Jasper lo miraba con seriedad interrumpido por el sonido de las campanadas de fondo.
-Las clases del profesor Suman Prakash son fascinantes, susurró -Frida Grimstone, la enigmática y reservada estudiante cuyo aspecto exudaba un aura de misterio, su cabello negro caía sobre su ojo derecho, detrás del que se escondía una prótesis de cristal color rojo, a pesar de los rumores que circulaban acerca de ella, de ser una vespertillia debido a su aspecto, Frida se esforzaba por mantenerse al margen, aunque su apariencia inusual a menudo atraía miradas y comentarios mordaces entre sus compañeros, incluso aquellos que habían caído en la tentación de juzgarla por su apariencia, no podían negar su amabilidad.
-Es realmente extraña, pero en el buen sentido -comentó Nixia con un tono intrigado.
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Editado: 10.09.2024