Capítulo 9
Auroras Boreales:
sobre una de las camas de sabanas amarillentas estaba Lumar, aún no despertaba:
—!Nix!, ¡Nix! —La voz de Borea hizo eco en la enfermería, llamando a su amiga de su inconsciencia.
—¿Qué... qué ha pasado? —balbuceó Nixia, parpadeando confundida intentando recobrar el sentido.
—Te desmayaste justo en la entrada de el bosque, ni siquiera habías despojado tu varita de su corteza —explicó Frida, dándole la varita. La chica, deslizó sus dedos por la superficie del instrumento, retirando la corteza, bajo esta, reveló una varita de un rojo profundo, pulida hasta obtener un brillo sedoso, cuyo diseño recordaba a el de un cuerno de unicornio, retorcido en espirales hacia su empuñadura.
—Es hermosa —suspiró, sus ojos chispearon por primera vez desde su despertar, mientras Borea compartía un breve vistazo de su propia varita, color noche y salpicada de gemas que parecían estrellas, Frida no se quedó atrás, mostrando con orgullo su varita de tonalidad clara, adornada por una impresionante piedra roja en el mango.
—Ya estás despierta. Veo que has encontrado tu varita. —Dijo Sarraf entrando
Lumar apuntó su varita a Sarraf —Te vi... ante el tablero... ¿Soy yo?
—Debes andarte con cuidado, Lumar—aconsejó— lo que sea que haya sucedido allí no presagia nada bueno.
—Yo... Yo solo... —intentó Lumar, pero fue silenciada por una mirada cómplice
entre sus amigos.
—Shh... Si revelas algo, podrías perder tu varita —murmuró Frida— Nix, recuerda lo que dijo la directora. No debes decirlo —insistió
—No te inquietes, yo sé lo que viste —la confesión de Borea atrajo la mirada confundida y algo alterada de las dos chicas.
—¿Qué?. ¿Y cómo puedes saberlo sin decírmelo?.
—No quería preocuparte más de lo necesario. No podías evitarlo. Además, ¿acaso no comprendes que no era real?. Esas presencias... Solo se manifestaron fuera de su propio cuerpo físico para guiarte hacia tu varita.
—No creo que precisamente me haya ayudado —dijo, corrigiendo.
—¿Un ser elemental maligno? —preguntó el profesor, su ceja arqueada revelaba tanto su sorpresa como su interés.
Nixia sacudió la cabeza, despejando cualquier malentendido —No, profesor, no era un ser elemental —aseguró.
—¿Y cómo entró allí? —Frida se inclinó hacia adelante
—Supongo que aliándose con un elemental maligno —supuso Sarraf
—¿Estás bien, querida? —La voz de la directora era tan suave como el terciopelo mientras entraba a la enfermería.
—Sí, estoy bien
—Es bueno escuchar eso, porque casi es el día, esperamos las auroras boreales para mañana —anunció la directora con una sonrisa.
—¿Auroras? —Lumar parpadeó, confundida por la referencia.
—¡Nix, por el amor de dios, tienes que empezar a leer más! —gruñó Borea, provocando risas entre los presentes.
—Sarraf, acompáñame —solicitó la directora.
—Sí, señora
—No te preocupes, cariño, nadie te hará daño —prometió la directora, enviándole un guiño reconfortante a Lumar, el parpadeo lento de su ojo arrugado parecía un gesto maternal, que logró arrancarle una sonrisa tímida.
Tras ganar un día libre para celebrar con sus nuevas varitas mágicas, los alumnos se dispersaron por el patio del colegio. Nixia se encontraba tranquilamente sentada en su escoba, balanceando los pies con confianza, la altura de dos metros ya no parecía intimidarla. En ese momento, Borea se acercó apresuradamente a ella con una chispa de emoción en los ojos.
—¡Nix baja un momento!, ¡he encontrado algo interesante! —exclamó Borea, intentando contener su entusiasmo.
Intrigada, aterrizó suavemente en el suelo y se acercó a su amiga sujetando la escoba por debajo de los pelillos.
—El otro día mencionaste que habías visto un pulpo en los baños, ¿verdad? —preguntó Borea
—Sí, es verdad —confirmó
—Bueno, resulta que fui a la biblioteca y me topé con un libro sobre maldiciones de marineros con un pulpo en la portada, así que lo tomé. —Los ojos de Nixia se abrieron con interés. —El marinero se llama Lumar.
—¿Qué? —Exclamó la chica. — ¿Ese apellido no es común por aquí?
—Por supuesto que no, en este lugar solo hay un apellido único por familia.
—Aclaró Borea—. Él terminó siendo víctima de una maldición después de proteger a su gemelo, todo ocurrió durante la guerra de los tres hermanos. Cuando ganamos la guerra y fuimos apartados del mundo elemental junto a los vampiros y los lobos, ellos fueron condenados. Ahora, ambos se encuentran incapaces de cruzar los muros de Almha hasta que su condena sea levantada.
—Eso no augura nada bueno —Nixia frunció el ceño con preocupación—. Además sería insensato que los hayan condenados si son héroes ¿no lo crees?
—Lo que sucedió con ellos fue que el hermano mayor era amigo de los gemelos y demandó en la corte de la Omis que ambos habían estado implicados y que también querían conquistar el mundo elemental y destronar a nuestro rey. Pero lo más sorprendente es que su nombre es Carver Lumar. —Borea notó que Nixia no captó la relevancia, así que continuó con emoción contenida—. Es el misterioso y solitario guardián del faro. Aunque la gente habla sobre él, no creo que sea un hombre malvado, a fin de cuentas cuida el faro de Almha. De hecho, podría ser tu abuelo perdido.
La idea impactó a la chica dejándola aturdida por un momento. Por fin tendría la oportunidad de conocer a su abuelo, una pieza faltante en el rompecabezas de su historia familiar. Además, la idea de revelar este hallazgo a su padre le llenaba de alegría, sintiendo la intensa felicidad que le irradiaría al conocer esta noticia.
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Editado: 10.09.2024