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Cuando estaba a medio camino me acordé de que tenía que llamarle a mi padre, cosa que al darme cuenta inmediatamente hice.

-Omar ¿ya estás en camino?- me preguntó cuándo contestó.

-Estoy a medio camino, lo siento por no avisar antes, tuve un inconveniente- le dije tratando de ocultar mi estado.

-¿Qué pasó?- me preguntó preocupado.

-Nada, ya estoy cerca.

-¿Que tan cerca?, tiempo, no distancia- me pidió entendiendo que no quería hablar del tema.

-Estoy corriendo y ya estoy viendo el Americano- dije cuando vi mi escuela blanca.

-Tranquilo, trataré de agilizar la situación aquí. Antes de que entres, toca el timbre, así por lo menos podremos controlar todo, cálmate, no quiero preocuparnos aquí, llega a la casa, cálmate y toca el timbre. Mientras esperas continua calmándote, hasta que alguien te abra, entras tranquilo, vas directo a tu cuarto, empacas y te vas con Jano, pero no se te olvide calmate- me pidió de una manera de los más pacífica posible.

-Ok.

-Calmate, mínimo cuando estés aquí, no sé cómo funciona con Jano, así que eso tú tendrás que verlo sin mi ayuda, pero ahora en la casa controlarte. No quiero tener problemas sabes que está la policía aquí y si te ve, cuando pierdes el control, puede que ambos estemos en problemas, pero más yo, cosa que ambos no deseamos. Hijo por lo que estoy viendo, lo más seguro es que desaparezca de nuevo una temporada, así que puede que está sea la última vez en un tiempo que te vea, así que lo más seguro es que te tengas que quedar con Jano hasta el lunes, después creo que me iré a otro estado para ver algo, no estoy con los municipales, ni estatales, estoy con los federales y un par de militares y de la marina, así que puede que desaparezca un rato. Tranquilo, no es nada grave, al parecer se necesita mucho mi ayuda en otro lado, tienes ya una vida en Puebla y también tienes esos momentos, por eso decidí que no me acompañarás, eso y por el peligro y porque me lo negaron, además de que no insistí mucho en ello, así que espero dejarte de una manera buena y perfecta, tú no me preocupas mucho porque tienes a los chicos y puedes vivir solo en esta casa, así que espero que cuando regrese te encuentre vivo y estable, te tengo que cortar, no se te olvide calmarte y tocar el timbre, adiós- Me cortó la llamada, pero se notó que eso le costó más de lo que él planeaba, al igual que a mí porque no lo vería en una buena temporada y más porque ya estábamos algo estables ambos, motivo por el cual quería tenerlo un rato más en la casa.

Pero no pedí el tiempo así que fui a mi casa mientras trataba de calmarme y medio dió efecto, porque por lo menos ya no lloraba. Me calme mejor y toque el timbre, para volver a calmarme, cosa que no tardó mucho porque en unos segundo abrieron la puerta como si me hubieran esperado.

-¿Quién eres?- preguntó el militar que estaba en la puerta, que por cierto me dio un buen susto y más porque se veía que él le tocó ser cuidador de puerta desde hace ya un rato.

-Vivo aquí- dije lo primero que se me ocurrió pero el solo hizo un gesto de ¿y luego?

-Soy hijo del señor Vega, vengo por unas cosas y me voy. Creo que usted ya está al corriente de eso- dije para no perder la compostura, que de momentos era de entre incomodidad y formalidad.

-Identificación- me dijo aún con el mismo tono y busque mi credencial escolar.

-Aquí esta- le dije dándosela con la zurda, cosa que fue un error enorme porque se quedó viendo mi mano cuando se la ofrecí.

-Esta es mi credencial de la escuela- le dije para sacarlo de su trance.

-Mmm, sí sí, déjame que la revisen adentro espera aquí- dijo como formalidad y cerró la puerta.

Dejándome solo unos instantes más los cuales ocupe para tapar mi mano como pude, además de hacer una nota mental que decía "evitar el uso de la zurda y más cuando hay gente que no sabe muy bien de mi pasado. Aunque bueno en sí debe de ser siempre", nota que a cada rato tengo que recordar porque siempre se me pasaba y más en momentos donde se volvía la situación más incómoda que lo habitual, como lo de hoy.

-Pasa… Omar, ya sabes cómo va la cosa, así que no diré más, además de que tienes el tiempo algo limitado- dijo dándome mi credencial y fui directo a mi cuarto. Solo que cuando pase por el comedor vi a mi padre junto con otros hombres hablando de no sé qué, porque no les presté mucha atención por respeto y porque no podía saber eso como me hubiera gustado.

Al llegar a mi cuarto empecé viendo que mi padre me había echado en la maleta, ropa, productos de higiene personal y que él sabía que necesitaba si o si, algunos medicamentos por si me dolía la mano, cosa que nunca me ha pasado en mi vida, o por si necesitaba algo por si perdía mi cordura. Además de manzanas para llevarlas con Jano y el viendo que iba a estar una buena temporada ahí, dejó varias, con una nota que decía que este fin, iría él por más para recompensar las faltantes. Una vez que vi todo lo que tenía ya listo, tome lo demás muy rápido porque ya se me había hecho algo tarde, que era ropa como jeans, camisetas, chamarras, también zapatos, algunos accesorios, mis guantes y mi cajetilla que tenía escondida para evitar que en mi ausencia mi padre la vea y con eso salí justo en el tiempo de mi casa. Sin saber qué fue de mi padre y sus acompañantes, cosa que aunque me interesaba, no podía hacer por principios y porque no se me permitía saber, bueno no por ahora.

Cuando llegue a la casa de Jano, le mandé un mensaje que le decía que que ya estaba en su puerta.

-Pasa rápido y no hables- me dijo algo bajo y eso hice, fuimos en silencio a su cuarto, pero lo que logré oí fue que sus padres estaban hablando algo preocupados, haciendo que recordará su situación.

-Antes de que preguntes, si, están hablando de eso. El miércoles se pelearon y pues mi padre le dijo a mi madre que si quería seguir de florecita en la casa, debe de dar dinero o de plano no pedir mucho, mis hermanos tuvieron suerte de que mi padre no les dijera eso, no pueden trabajar legalmente y tienen becas que yo les ayudo a mantener- me dijo viendo a la ventana.